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Zapata

lunes, 9 de enero de 2017

¿QUÉ VA A NEGOCIAR VIDEGARAY CON TILLERSON?

Cuando se encuentre Videgaray con el propuesto secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, en las próximas semanas, qué negociará el ex secretario de Hacienda, tomando en cuenta que es el “alter ego” de Peña y por lo tanto, lo que discuta y acuerde con su contraparte estadounidense, será lo que Peña apruebe.
Tillerson va a tener dos encomiendas primordiales: renegociar (junto con el representante comercial de su país) el NAFTA[1], de tal forma que el déficit de comercio que permanentemente tiene Estados Unidos con nuestro país, se revierta rápidamente en favor de Estados Unidos; y que México acepte, ya sea pública o privadamente, que de una u otra forma aportará los recursos para pagar el muro fronterizo.
Tillerson no va a estar encomendado para negociar los asuntos migratorios, que quedarán en la cartera del general Kelly en Homeland Security (así como los de seguridad) y de Jeff Sessions en el Departamento de Justicia. Ambos son “halcones” anti-inmigrantes que van a apretar hasta donde puedan a México.
¿Qué puede ceder México en el NAFTA, que deje satisfecho a Trump, y al mismo tiempo siga siendo atractivo para las trasnacionales que sacan provecho del mismo?
Por ejemplo, en materia de producción automotriz, el acuerdo comercial permite que toda la cadena de producción (que en muchas ocasiones comienza en Asia), fluya sin obstáculos arancelarios o no arancelarios, hasta la venta del producto final en Estados Unidos.
En otras ocasiones la mayor parte del vehículo se completa en México, y ya sólo algunos acabados finales se realizan en Estados Unidos.
Para que los estadounidenses terminen con superávit comercial (lo que devastaría a México, ya que el NAFTA es el tratado que le da el mayor superávit al país, y que le permite financiar el enorme déficit que se tiene con Asia y Europa), se tendrían que cambiar los flujos de las cadenas productivas, de tal forma que la mayor parte del vehículo se fabrique en territorio estadounidense, para así limitar el número de partes importadas.
Eso va a implicar que la mayor parte del vehículo que actualmente se fabrica en México, vería aumentar desmesuradamente su precio en Estados Unidos.
Y es que en México la industria automotriz paga 2.90 dólares la hora a los trabajadores (en promedio), mientras en Estados Unidos se pagan 26 dólares la hora[2]. Esto significa que para producir un vehículo o partes del mismo en México, la Ford o la General Motors se ahorran hasta el 90% del costo de mano de obra. Incluso los salarios de la industria manufacturera en México son 40% más bajos que en China.
¿Estarán dispuestos los estadounidenses, especialmente todos aquéllos que no trabajan o se vinculan a la industria automotriz, a pagar un aumento estratosférico en el precio de los vehículos?
Y en el caso de la agricultura, ¿México estaría dispuesto a comprar más a Estados Unidos y a vender menos de sus hortalizas, frutas, etc.?[3] Con ello la ya de por sí devastada agricultura mexicana, que ha expulsado a 20 millones de campesinos durante la vigencia del NAFTA, colapsaría.
De ahí que Videgaray, si quiere llegar a acuerdos con Trump, va a tener que sacrificar a los productos agroalimentarios, ya sea limitando las exportaciones voluntariamente (cuotas) y/o aumentando las importaciones de Estados Unidos (carne, jugo de naranja, maíz, etc.).
Y al mismo tiempo, tendrá que aceptar que una mayor parte de contenido nacional en las manufacturas se añada en Estados Unidos y no en México.
Si Videgaray acepta esto, para todo efecto práctico el NAFTA dejará de tener atractivo para la mayoría de las trasnacionales y para los productores de agroalimentos en México.
Se convertirá en un acuerdo de una sola vía (como en algún momento lo dijo Trump), para favorecer sólo a Estados Unidos.
En lo que respecta al muro, Trump ha señalado que habrá mecanismos con los cuales México pague el muro fronterizo.
El mecanismo que pudiera implementar, sin que nuestro gobierno pudiera hacer mucho al respecto, es el de aplicar impuestos o multas (o como le quiera llamar) a las remesas que los indocumentados mandan a nuestro país.
Habría que ver qué tipo de mecanismo legal utiliza, ya que en principio, no podría establecer esa medida sólo para una nacionalidad en específico, sino en general para todos los “ilegales” que trabajan en Estados Unidos y que envían dinero a sus países de origen.
Se ve realmente difícil, que aún Videgaray, llegue a aceptar públicamente que México pagaría (en cómodas mensualidades) el costo del muro. Eso le costaría inmediatamente el puesto y por lo tanto sus renovadas aspiraciones de ser el candidato presidencial del PRI se esfumarían.
Así que, al menos lo del pago del muro, aún para el servil y vasallo gobierno de Peña, resulta una marca muy elevada de pasar. Aunque no hay que desestimar la capacidad de servilismo y humillación de este gobierno.
Por lo anterior, llama la atención que Videgaray haya señalado en su discurso ante los embajadores y cónsules del país, en la reunión de año nuevo, que se negociará con dignidad e inteligentemente, pero rechazando tanto la sumisión, como la confrontación con Estados Unidos.
Pues hay que estar muy atentos de cómo pretende evitar ser humillado por Estados Unidos en el caso del NAFTA, y aún salvarlo; y cómo le va a dar la vuelta a las exigencias en el caso del muro, sin decirle abierta y claramente a Estados Unidos que en eso, ni negociación puede haber.



[1] North American Free Trade Agreement.
[3] Los principales productos agropecuarios que México exporta son cerveza de malta, tomate fresco o refrigerado, chiles y pimientos, berries, aguacate, carne y tequila. En el primer semestre de 2016 las ventas al exterior de los productos agroalimentarios fueron por 15 mil millones de dólares, con un superávit de 2,423 millones de dólares. http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/08/14/exportaciones-agricolas-rebasan-a-petroleo-y-remesas-sagarpa

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