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Zapata

viernes, 20 de enero de 2017

ADIÓS AL NAFTA

Como se esperaba Donald Trump reiteró en su discurso de toma de posesión, las mismas líneas políticas que desarrolló durante la campaña electoral, subrayando el nacionalismo, el proteccionismo y las críticas al establecimiento político de Washington.
Para México ya hay señales claras (en la página oficial de la Casa Blanca), así como en las comparecencias para su confirmación por el Senado, de los miembros del gabinete de Trump, de que la posición de la nueva administración respecto al NAFTA va a ser: cambiar el contenido nacional de las manufacturas para que la mayor parte quede en Estados Unidos (como ya se había adelantado en este blog); establecimiento de cuotas de importación para otros productos (los agroalimentarios) y cambio en las reglas de solución de controversias (para favorecer primordialmente a Estados Unidos).
Todo ello implicaría que México perdería eventualmente su superávit comercial con Estados Unidos y buena parte de las inversiones extranjeras que se han ubicado en nuestro país, pues ya no tendría atractivo un tratado en el que los productos exportados desde México no cuenten con preferencias arancelarias claras.
Ahora sí, los adoradores del neoliberalismo en México, los comentócratas pagados por las élites depredadoras y globalizantes de México y Estados Unidos (como ese empleaducho del Centro Woodrow Wilson, Rafael Fernández de Castro, que ahora está descubriendo que es mexicano), tales como Jorge Castañeda, Leo Zuckerman, Luis de la Calle, Héctor Aguilar Camín, etc. se desgañitan con propuestas de ser duros en la negociación con Estados Unidos, de usar el nacionalismo, de levantarse de la mesa si fuera necesario, de no temer en “retaliar” comercialmente o incluso en el tema de seguridad a Estados Unidos.
Estos amnésicos e hipócritas que siempre han apoyado la servil y vasalla subordinación de México a Estados Unidos,  ni por equivocación mencionaron jamás los graves efectos que el NAFTA tuvo en la agricultura mexicana, en numerosas ramas de la manufactura y la desnacionalización que generó en prácticamente todos los sectores de la economía, dejando al país sólo como un apéndice ensamblador y maquilador de la potencia vecina; nunca se preocuparon por señalar que el NAFTA, a pesar de haber sido presentado como la panacea económica para México (elevaría salarios, mejoraría el nivel de vida, modernizaría al país, etc.), ha servido realmente para enriquecer a una minoría de plutócratas, socios de las corporaciones trasnacionales, quienes han sido las verdaderas beneficiarias del tratado, y a la subclase política corrupta y ligada al crimen organizado. Pero el pueblo mexicano ha sido olvidado, recibiendo salarios de hambre, teniendo que emigrar, precisamente a Estados Unidos por las condiciones de vida miserables en las que vive en México, y viendo como sectores completos de la economía desaparecen para favorecer a unas cuantas grandes empresas trasnacionales y a los importadores de todo tipo de productos, que se dejaron de fabricar en el país.
Nada de esto dijeron o analizaron los ahora defensores de la soberanía nacional y de los “intereses” del país, incluidos los cinco gobiernos neoliberales (Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña) que se montaron en el NAFTA para enriquecer sólo al 10% de la población, que acumula el 65% de la riqueza nacional, explotando y en su caso olvidando al otro 90% de los mexicanos, cuando así les convino.
La verdadera desgracia para México no es la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos (que sí pone en riesgo a los mexicanos más desfavorecidos, pero también a las élites depredadoras, únicas beneficiarias del NAFTA), sino que la mayoría de las mexicanos hemos sido mal gobernados y explotados por una minoría de corruptos políticos, tecnócratas y plutócratas, que ahora que ven que su reino de la abundancia peligra, entonces sí se acuerdan del “pueblo” y lo llaman en su ayuda para intentar detener a Trump.
En este blog lo dije desde hace más de un año, y lo reiteré en numerosos artículos, que Trump destrozaría al neoliberalismo en México y que si bien todo el pueblo mexicano se vería perjudicado, esto sería a causa de que una minoría de vendepatrias enganchó anti democráticamente al país como apéndice de la economía, la política y las ambiciones militares de la superpotencia, a pesar de que numerosas voces desde la sociedad civil y desde la izquierda del espectro político advirtieron que era un riesgo enorme, que ponían al país de rodillas, prácticamente sin medios de defensa ante Washington, y que esto le ocasionaría un costo terrible al país. Y así sucedió.
Ahora estos vendepatrias están apanicados y piden la unión del pueblo. Pero ellos han sido los que lo han excluído todos estos años, los que lo han vilipendiado, los que han atacado permanentemente a sus líderes y organizaciones.
Su política económica destructiva ha llevado a millones de mexicanos a emigrar al vecino del Norte, y ahora se preocupan mucho por esos mexicanos a los que aquí no se les dio la oportunidad de vivir en paz y de mejorar su nivel de vida.
Y para los mexicanos que nos quedamos aquí sólo ha habido desprecio, arrogancia, explotación y represión. Ahí está la mayoría de la población económicamente activa (PEA) que tiene empleo formal (las dos terceras partes) que no ganan ni  tres salarios mínimos al mes; ahí está el 58% de la PEA en la economía informal; ahí está prácticamente el 80% de la población con al menos una vulnerabilidad grave en materia de salario, vivienda, educación, alimentación, salud, etc.
Pero ahora sí la élite depredadora y sus corifeos se preocupan por el bienestar de los mexicanos; piden unidad contra Trump; ahora recuerdan al nacionalismo (que lo han criticado y vituperado durante tres décadas) y piden la movilización del pueblo contra el muro, las deportaciones, etc.
Hipócritas, abusivos y vende patrias que sólo intentan salvar su pellejo, a costa del pueblo.
Seguramente, también como lo dijimos en este blog, Trump asumirá una postura de negociación muy dura, tratando de humillar a estos serviles del gobierno mexicano (sabiendo que les tiene documentadas sus ligas con el narcotráfico y su inveterada corrupción), y junto con la amenaza de imponer multas o impuestos a las remesas de los indocumentados, tratará de doblarlos para que aprueben los cambios al NAFTA que a él le convengan, y que paguen el muro.
Hay que ver si tienen la inteligencia y los cojones suficientes estos serviles, corruptos y vasallos funcionarios del gobierno peñista, como para levantarse de la mesa y dejar que se pudra ese malhadado NAFTA, instrumento de las grandes corporaciones trasnacionales; así como dar por terminado ese engendro de la Iniciativa Mérida; y  su correlato que es la subordinación de las fuerzas armadas mexicanas al Comando Norte de Estados Unidos.

Yo la verdad, no apostaría por ello.

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