Lo dije hasta el cansancio en este blog el último año y
medio, que Trump destruiría al neoliberalismo mexicano, hundiría al gobierno
peñista y provocaría una crisis mayúscula en las relaciones bilaterales.
El asunto es que el gobierno de Peña ya se había hundido
mucho antes incluso de que Trump fuera candidato presidencial.
Como aquí también se reiteró hasta el cansancio, el modelo
depredador neoliberal llegaba a sus límites en materia de explotación del
pueblo, de los recursos financieros y naturales del país; de corrupción
desbocada, de abuso y arrogancia, y de alejamiento del pueblo.
Las nefastas reformas estructurales no sobrevivieron ni el
sexenio de Peña y ya están reventando, empezando con la energética, que regaló,
a cambio de nada, los yacimientos petrolíferos, así como la distribución y
venta de los combustibles a las grandes trasnacionales y a sus socios
depredadores nacionales, con lo que Pemex inició su derrumbe, y con ello la
posibilidad de mantener precios aceptables de los combustibles para el
consumidor final.
Ahora es el “mercado” el que define esos precios (y para los
neoliberales eso es una magnífica noticia), y llevará el litro de gasolina
magna (la más usada) el próximo 1 de febrero a casi 20 pesos el litro (cuando
estaba a 14 pesos a fines del 2016), con lo que se desbocarán aún más los
precios de todos los productos, se disparará la inflación, tendrán que aumentar
tasas de interés y se detendrá aún más la actividad económica, cuando miles de pequeñas y medianas empresas no puedan hacer frente al alza de costos, y el
aumento a los precios finales de productos y servicios signifique una brutal
pérdida de poder adquisitivo de la población, intensificando el ciclo perverso
hacia el hundimiento de la economía.
Todo ello en el contexto de la abierta hostilidad de Trump
hacia México, quien ahora afirma que si Peña no va a humillarse a Washington a
aceptar pagar el muro fronterizo, mejor que no vaya. Ya sería el colmo que éste
incompetente, todavía quisiera ir a que se burlen más de él en Washington.
Como también lo reiteramos en este blog, la negociación sobre
comercio y el muro no iba a durar mucho, ante las exigencias humillantes de la
nueva administración estadounidense, pero los ingenuos gobernantes mexicanos
todavía esperaban “convencer” a sus contrapartes de que se podía salvar algo
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en
inglés) y del resto de los temas de la relación bilateral.
Aquí lo dije una y otra vez, que Trump no aceptaría nada
menos que revertir por completo el déficit comercial que tienen con México, de
lo contrario no seguiría en el NAFTA; y tal cual, Trump tuiteó que de lo que se
trata es de revertir el déficit comercial y de que México se comprometa a pagar
el muro, de lo contrario no tiene caso ni sentarse a negociar con Peña Nieto.
Pues bien, para todo efecto práctico esta “negociación” ya
terminó, por más que Videgaray y Guajardo digan que hay aspectos “alentadores”
en sus conversaciones con Kushner, Bannon y Priebus. Les están jugando el dedo
en la boca a estos ingenuos.
Como también lo dije aquí desde Abril del 2016, México debía
responder a cada medida hostil de Estados Unidos (ahora los “valientes y
arrojados” políticos mexicanos proponen medidas similares, cuando antes ni se
aparecían), como retirarse del NAFTA de ser necesario, así como de la
Iniciativa Mérida; revertir la estúpida medida de permitir a los agentes
estadounidenses estar armados en el país; cerrar esos centros de “fusión de
información” que tienen los estadounidenses en nuestro territorio; y
especialmente comenzar a revertir la nefasta política económica neoliberal que
ha puesto de rodillas al país ante las trasnacionales y el gobierno de
Washington.
¿Hará algo de esto el débil y confundido gobierno peñista;
así como la subclase política corrupta y sus socios oligarcas? Seguramente no,
porque aún piensan que pueden salvar algo de su subordinación y vasallaje con
los que todavía hasta hace poco llamaban “amigos, socios y aliados”. Debilidad
extrema de México, en medio del desfonde del proyecto neoliberal y con una
oposición desarticulada y sin un centro aglutinador, que pueda tomar las
riendas en caso de crisis extrema, lo que augura las dos posibilidades que
hemos manifestado aquí: Estado fallido o dictadura.
Artículo del 5 de Abril del 2016 y reposteado el 1 de
septiembre del mismo año.
Respuestas a Trump.
1. Deportaciones masivas: Mediante la
red de consulados mexicanos en Estados Unidos, el apoyo de organizaciones
méxico-americanas y de políticos afines de ambos partidos (Demócrata y
Republicano), conformar una campaña de recaudación de fondos para defender
legalmente en los tribunales estadounidenses a la mayor cantidad posible, de
ciudadanos mexicanos expuestos a la deportación; especialmente aquéllos con
hijos nacidos en Estados Unidos y/o que demuestren una estadía larga (de más de
5 años), durante la cual hayan pagado impuestos, trabajado y que no cuenten con
problemas con la justicia estadounidense (más allá de su entrada indocumentada
al país), con objeto de inundar a las cortes estadounidenses con estos casos y
así también hacerlos pagar con recursos de sus contribuyentes los procesos de
deportación (no se podrá detener la mayoría, pero si cada año las cortes tienen
que ver decenas de miles, eso puede obligar a hacer más lentas dichas
deportaciones).
Al mismo tiempo, iniciar una ofensiva
diplomática en los organismos multilaterales (ONU, OEA, CELAC, Unión Europea),
denunciando las violaciones a los derechos humanos que se presenten (y que
seguramente serán muchas) y tratar de que las ONG internacionales se inmiscuyan
en el proceso de documentar y denunciar dichas violaciones. Incluso con el
objetivo de llevarlas hasta los tribunales internacionales.
2. Bloqueo de envío de las remesas:
Si Trump lograra que el Congreso de su país aprobara alguna medida en ese
sentido, México debería aprobar también una "contramedida espejo",
mediante la cual se aplicaran impuestos equivalentes a las pérdidas que tenga
el país en el envío de remesas, ya sea con impuestos sobre las empresas
estadounidenses exclusivamente (esta no sería una "ley general", sino
dedicada exclusivamente contra las empresas de un país que está realizando
actos hostiles contra México); y/o aplicar impuestos a las salidas de capital
de empresas y empresarios estadounidenses.
3. Aplicación de aranceles a
productos mexicanos: El propio Tratado de Libre Comercio de América del Norte y
la Organización Mundial de Comercio prevén medidas de represalia contra países
que adoptan medidas arancelarias no justificadas o injustas, por lo que el
gobierno mexicano debería aplicar aranceles a las importaciones
estadounidenses, en la misma medida y monto que lo apliquen a las exportaciones
mexicanas.
4. Suspensión y o restricción (o
aumento de precio) en otorgamiento de visas: México debería aplicar visas a los
estadounidenses con un costo por el trámite de 100 dólares por adulto y 75
dólares por menor de 12 años. Se insiste que ello llevaría a una disminución
del turismo. Es falso, Brasil y Panamá aplican visas el primero y un pago único
de entrada al país el segundo, desde hace años y ello no ha afectado el turismo
estadounidense a ambos países. Si Estados Unidos suspendiera de plano el
otorgamiento de visas, el gobierno mexicano podría responder con la confección
de una lista de "personas non gratas" de Estados Unidos, a los que a
su vez no se les permitiría la entrada al país (enfocándola a los personajes y
familiares cercanos a Trump y sus colaboradores), en tanto no se levante la
suspensión del otorgamiento de visas a mexicanos.
5. Exigencias en materia de combate
al narcotráfico: México no esgrime el válido argumento que por lo menos la
mitad del problema del narcotráfico es responsabilidad de Estados Unidos, con
su enorme mercado de consumidores (consumen la droga por voluntad propia, no es
creíble que los cárteles mexicanos "los obliguen" a comprarla y
consumirla, sólo se las ponen a su disposición y ellos toman la decisión de
comprarla y enviciarse); el lavado de dinero monumental que se realiza en su
sistema financiero; la venta de armas que hacen los fabricantes y comerciantes
estadounidenses a los cárteles de la droga mexicanos; y, la complicidad de
numerosos funcionarios y policías locales, estatales y federales con ese
comercio ilícito. Hay cientos de formas de documentar todo esto y de exponerlo
públicamente.
También México debería eliminar
definitivamente de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos la
autorización a los funcionarios estadounidenses de las agencias de seguridad,
de poder portar sus armas de cargo en nuestro país; y de la misma forma se
debería cerrar definitivamente los dos "centros de fusión de
información" con los que cuentan esas mismas agencias de seguridad en
México, y en donde sólo laboran estadounidenses.
Finalmente, México bien podría
cancelar la Iniciativa Mérida (mediante la cual nuestro país compra a Estados
Unidos equipo, armas, transportes y recibe capacitación por casi mil millones
de dólares anuales, en materia de seguridad pública), y así también podría
cancelar sus compras de armas, transportes y equipo para las Fuerzas Armadas
mexicanas (que ha llegado a sumar más de 1100 millones de dólares en un año),
buscando otros proveedores en Europa y Asia.
6. Presiones diplomáticas: Conformar
un bloque de países latinoamericanos (Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba,
Brasil, quizás El Salvador, Nicaragua, Chile, Colombia, Perú), que denuncien en
los foros y organismos multilaterales las políticas contrarias al Derecho
Internacional Público de parte del gobierno de Trump (en materia de migración,
comercio internacional, derechos humanos, etc) y eventualmente promover
alianzas más explícitas con otros países que resulten afectados por otras
políticas de Trump (China, Japón, Corea del Sur, Vietnam, etc . en materia de
comercio e inversión extranjera).
En fin, que las posibilidades de
responder al narcisista, egocéntrico y bravucón Trump existen; desgraciadamente
el corrupto, débil y servil gobierno peñista no hará nada de lo anterior, ni la
subclase política mexicana, que se limita a hacer estúpidas declaraciones
contra Trump (como lo hicieron los corruptos y a su vez serviles de Estados
Unidos, Fox y Calderón) o inocuas campañas de tweets como la de los senadores
perredistas, que por supuesto sólo sirven para ponerse en ridículo.
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