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miércoles, 31 de mayo de 2023

¿Neta, Presidente?

Un pacto con los cárteles contra la violencia sellaría la derrota del López Obrador frente a los criminales, lo que es humillante para él y preocupante para el resto de los mexicanos.

Raymundo Riva Palacio

mayo 31, 2023

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2023/05/31/neta-presidente/

El subsecretario de Seguridad Pública, el general Luis Rodríguez Bucio, afirmó que la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, es una de las jueces cuyos criterios “parciales” han favorecido a delincuentes. Así, con ligereza, enumeró a varias juezas y jueces que aseguró hicieron lo mismo en el pasado. La denuncia se inscribe en el contexto de la guerra que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador contra el Poder Judicial, y en especial contra la ministra Piña, pero se realizó en un mal día, porque el Presidente se pronunció a favor de un acuerdo con los cárteles de la droga para que se reduzca la violencia, con lo que el señalamiento de “favorecer” a criminales parece caer en la cancha del gobierno.

La candidez del Presidente, o el cinismo, se combina con la forma de sus ideas, que no es la más clara y consistente que se podría esperar de alguien que tiene su investidura. Aunque es muy pausado en sus respuestas, no logra la abstracción necesaria para sintetizar y exponer sin dar vueltas retóricas, donde a veces se pierde –y regresa al ataque de sus villanos favoritos–, y en otras se mete en problemas innecesarios. Ayer fue uno de esos días, al mezclar la demagogia con su proclividad a tratar con deferencias a narcotraficantes.

Cuando una periodista le preguntó sobre la propuesta de la madre buscadora Delia Quiroga, del Colectivo Nacional de Víctimas 10 de Marzo de Sonora, que hace unos días lanzó un llamado a nueve cárteles de drogas para alcanzar un pacto social para prevenir y erradicar la desaparición de las personas, el Presidente, cuya inconsistencia verbal es antológica, contestó: “Yo estoy de acuerdo. Ojalá y se lograra la paz. Eso es lo que deseamos todos, que no haya violencia, que no haya homicidios, que no haya agresiones porque se afecta a todos”.

La mira del Presidente, lamentablemente, está extraviada. Su forma de razonar, igual. Su desinformación es notable. El colectivo había difundido un comunicado dirigido a los cárteles de SinaloaJalisco Nueva Generación, de Juárezdel Golfo, del NoroesteLos Salazarde los Beltrán LeyvaLos ZetasVieja EscuelaLa Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, donde les pidieron acabar con las desapariciones. “Nuestro colectivo anhela que nuestros familiares desaparecidos regresen, vivos o muertos, así como que esta práctica sea eliminada, por lo que necesitamos su ayuda y colaboración”, dijo Quiroga, quien encabeza el colectivo. “Nuestras autoridades se han empecinado en actuar de forma omisa y negligente. Ustedes pueden contribuir a que pare la violencia”.

López Obrador, en su extraordinaria declaración desapegada de la realidad por su carácter de jefe del Estado mexicano, subrayó: “Que no actúen las organizaciones (con violencia), ¡claro que sí! Sí. Ese es el exhorto, que no actúen de manera violenta… Todo lo que signifique hacer a un lado o no usar la violencia yo lo apruebo, y eso no tiene que ser sólo por demanda de la autoridad. Es por los mismos integrantes de estas bandas. Ellos deben asumir una responsabilidad”.

Lo que estas palabras significan es la claudicación de su gobierno a sus responsabilidades constitucionales y entregarle el poder de frenar la violencia a los criminales. Dicho de otra forma, es la subordinación plena del Presidente como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, a los deseos y humores de los cárteles de las drogas. Que ellos, no él, sean responsables de sus actos, es otra de sus inverosímiles afirmaciones, que sólo reflejan su profunda ignorancia o tolerancia criminal, y lo que el negocio de las drogas significa.

Previo a este llamado del Colectivo Nacional de Víctimas 10 de Marzo, otra organización, la Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas, había hecho un llamado a los jefes de los cárteles de Sinaloa y su facción Los Salazar, así como a sus adversarios, el Cártel Jalisco Nueva Generación, para que liberaran –quien la tuviera– a una de sus integrantes, Yesenia Guadalupe Durazo Cota, que llevaba cinco días desaparecida.

“Acudimos a ustedes porque en nuestras búsquedas nos hemos dado cuenta, sin querer, que quienes tienen el verdadero control y poder sobre los distintos territorios de México son ustedes”, apuntaron. “Hagan a un lado sus diferencias por un momento y ayuden a que entreguen a la compañera con vida. Demuestren a la sociedad que ustedes pueden sentir amor y compasión por los demás”. Uno de los cárteles la liberó con vida.

López Obrador ha entregado el país –por omisión y comisión– a los cárteles, cedido territorio y acumulado asesinatos y desapariciones como nunca ningún otro presidente en tiempos de paz los tuvo. Dice, sin embargo, que todo marcha mejor que antes. Quizás espere que las cosas terminen mejor de como van, pero a decir de sus propias palabras, pretende ser convocado a la mesa por personas como Ismael Zambada y Nemesio Oseguera, para que firme un pacto social contra la violencia, con lo cual quedaría sellada por él la derrota ante los cárteles, que hoy es humillante para él, aunque no lo perciba de esa manera, y preocupante para el resto de los mexicanos.

martes, 30 de mayo de 2023

Prophets of Doom: Kissinger and the ‘Intellectual’ Decline of the West

by Ramzy Baroud Posted on May 30, 2023

https://original.antiwar.com/ramzy-baroud/2023/05/29/prophets-of-doom-kissinger-and-the-intellectual-decline-of-the-west/

It is unclear why 100-year-old Henry Kissinger has been elevated by Western intelligentsia to serve the role of the visionary in how the West should behave in response to the Russia-Ukraine war.

But does the centenarian politician have the answers?

Every major global conflict that involved the US and its NATO allies in the past had its own state-sanctioned intellectuals. These are the people who usually explain, justify and promote the West’s position to their own countrymen first, then internationally.

They are not "intellectuals" in the strict definition of the term, as they rarely use critical thinking to reach conclusions that may or may not be consistent with the official position or interests of Western governments. Instead, they advocate and champion stances that are dominant within the various strands of power.

Quite often, these intellectuals have the privilege of time. In the case of Iraq, for example, neoconservative intellectuals, the likes of Bernard Lewis, worked tirelessly to promote war, which ended in the invasion of Iraq in March 2003.

Though the neocons continued to strongly support greater involvement in Iraq and the Middle East through military surges and the like, they were eventually – though not permanently – sidelined by a different group of intellectuals, who supported a stronger American military presence in the Asia-pacific region.

The West also had its own intellectuals who dominated news headlines during the so-called "Arab Spring." The likes of French philosopher Bernard-Henri Levy played a disruptive role in Libya and labored to shape political outcomes in the whole Middle East, posing as a dissident intellectual and a great advocate of human rights and democracy.

From Lewis, to Levy, to others, the powerful Western intellectual practiced more than mere intellectualism. They have traditionally served a fundamental role in politics without being politicians per se, elected or otherwise.

Kissinger, however, is an interesting and a somewhat different phenomenon.

He is the quintessential US-western politician, who defined a whole era of realpolitik. Such notions as human rights, democracy and other moral considerations were rarely factors in his hawkish approach to politics throughout his stints as a Secretary of State, National Security Advisor, and other official or non-official political roles.

For Kissinger, what ultimately matters is Western hegemony, particularly the sustaining of the current power paradigm of Western global dominance at any cost.

Thus, Kissinger’s intellect is the outcome of real-life experiences related to his long expertise in US diplomacy, the Cold War and other conflicts involving mainly the US, Russia, China, the Middle East and a host of NATO members.

Another difference between Kissinger and other state-sponsored intellectuals is that the man’s wisdom is now being sought regarding an event that has not, per the West’s own claims, been instigated by US-NATO actions. Indeed, many Western countries believe that they are in a state of self-defense.

Usually, this is not the case. Western foreign policy intellectuals typically shape policies in advance, promote and justify them while these policies are being carried out.

In the case of Kissinger, Western intelligentsia sought his wisdom as a result of their palpable desperation, reflecting their own failure to read and respond to events in Ukraine, in a unified and strategic manner.

It is as if Henry Kissinger is a 100-year oracle, whose prophecy can save the West from the supposed invasion of the hordes coming from the East. This claim is substantiated by the infamous statement made by the EU Foreign Policy Chief, Josep Borrell, when he said that "Europe is a garden … (but) most of the rest of the world is a jungle."

The problem, however, is that the oracle does not seem to make up its mind regarding the proper course of action.

In a recent interview with the Economist, Kissinger sharply contradicted earlier comments he made last September at a forum organized by the Council on Foreign Relations.

Back then, Kissinger stated that the “expansion of NATO beyond its present context seemed to me an unwise measure.”

Relative to Kissinger’s legacy, that position seemed sensible enough as a starting point for future dialogue. The response to Kissinger’s comment from Western analysts and ideologues, however, forced him to alter his position.

In an article in The Spectator in December, Kissinger articulated his own peace plan, one that ensures the “freedom of Ukraine” within a new “international structure," one that would allow Russia to “find a place in such an order.”

As for Ukraine and NATO, Kissinger proposed that some kind of a “peace process should link Ukraine to NATO, however expressed.”

That too was rejected, and loudly so, by many.

Almost a year after the start of the war, Kissinger shifted further away from his original position, by declaring that Ukrainian membership in NATO was the “appropriate outcome” of the war.

And, finally, in his long interview with the Economist, Kissinger linked Ukraine’s membership in NATO to the very “safety of Europe."

It would be convenient to claim that the apparent inconsistencies in Kissinger’s position were necessitated by new events on the ground. But little has changed on the ground since Kissinger made his first statement. And the possibility of a global, even nuclear war, remains a real one.

The problem, of course, is not Kissinger himself. The crisis is twofold: The West is unwilling to accept that war, for once, will not solve its problems; but it also has no alternative to ending conflict, except through the triggering of yet more conflicts.

This time around, Kissinger does not have the answer.

Dr. Ramzy Baroud is a journalist, author and the Editor of The Palestine Chronicle. He is the author of six books. His latest book, co-edited with Ilan Pappé, is Our Vision for Liberation: Engaged Palestinian Leaders and Intellectuals Speak Out. His other books include My Father was a Freedom Fighter and The Last Earth. Baroud is a Non-resident Senior Research Fellow at the Center for Islam and Global Affairs (CIGA). His website is www.ramzybaroud.net.

lunes, 29 de mayo de 2023

Felices con AMLO: ‘No se corra al centro, Presidente’

Unos cuantos empresarios se han beneficiado de las rentas que les brinda la discrecionalidad con que López Obrador maneja el dinero.

Pablo Hiriart

mayo 29, 2023

Tal vez Carlos Slim se lo dijo en broma al Presidente cuando se reunieron hace dos semanas, pero en política nada hay más serio que una broma. Le pidió que ojalá su sucesor o sucesora “no se moviera mucho al centro”, porque “les ha ido bien con la izquierda”.

Así lo narró el colega Mario Maldonado después de ese encuentro en Palacio Nacional, y si lo dijo en serio o en broma, el ingeniero tiene motivos para realizar esa petición: a un pequeño grupo de ricos les ha ido de maravilla con López Obrador.

Por eso el doblamiento vergonzoso de las cúpulas empresariales a los más fantasiosos y dispendiosos caprichos del Presidente y a su labor destructora de la democracia.

Los banqueros han tenido las mayores utilidades de la historia en nuestro país: 771 mil millones de pesos en lo que va del sexenio.

Y no todo es por prestar dinero, sino por cobrar comisiones que en sus países de origen no cobran.

Las ganancias de los bancos han crecido 71 por ciento en el gobierno de AMLO.

¿Cómo no van a estar felices?

Además, ya les dijo el Presidente que no habrá reforma fiscal. Es de las pocas promesas que ha cumplido.

Unos cuantos empresarios se han beneficiado de las rentas que les brinda la discrecionalidad con que López Obrador maneja el dinero.

Sólo en 2021, de acuerdo con datos de Compranet (citados por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad), la administración pública entregó 157 mil 796 contratos, de los cuales 80.3 por ciento fue por adjudicación directa.

La tendencia ha seguido en esos niveles, con la salvedad de que ya no podemos saber quiénes son los favorecidos y cuánto se llevan de manera directa, sin concursar, los favorecidos por la decisión presidencial.

Ese pequeño grupo de empresarios, lejos de preocuparse, está feliz que el Tren Maya cueste más del doble (130 por ciento) de lo presupuestado.

Más dinero para su bolsa.

Y si la refinería en Dos Bocas va a costar 16 mil millones de dólares en lugar de ocho, es una maravilla.

Ellos le siguen vendiendo al gobierno lo que pida, y le (nos) cobran lo que sea, sin temor a que se sepa porque la información está blindada por “seguridad nacional”.

La bochornosa generación de empresarios que ocupa los puestos directivos de los organismos del sector privado es indiferente a que anulen al INE, sometan a la Corte, ataquen la libertad de expresión.

Ganan dinero como nunca antes, aunque los pobres sean más pobres y las instituciones se desguacen por el vendaval autoritario que las embiste desde la Presidencia.

Vendrá el diluvio, pero ellos estarán a salvo, creen. Como creía estarlo Germán Larrea.

En Venezuela y Nicaragua hay una pequeña élite de millonarios coludidos con los altos mandos del gobierno, que le va fabulosamente bien.

Ese es el camino que ha tomado nuestro país. Vamos por esa ruta.

López Obrador tiene tranquila a la gente con ayudas económicas directas que la hace dependiente de su voluntad personal. Votantes cautivos y carne de mítines.

Igual hace con la reducida corte que integra las cúpulas empresariales.

Los valores liberales y democráticos que alguna vez inspiraron a los organismos del sector privado están siendo destruidos.

No es una abstracción –una idea– lo que se destruye, sino la libertad de elegir gobernantes o de cambiarlos. La posibilidad de ser iguales ante la ley. De diferir sin pagar las consecuencias. La educación, y no la militancia o la abyección, como motor del ascenso social.

El pequeño grupo de empresarios con el cual AMLO camina hacia el socialismo más retrógrado, calla ante el programa educativo que enseña a los niños a odiar al prójimo desde primero de primaria.

Sin cuidado le tiene el avance del narco en la política y en los gobiernos estatales y municipales. O que se empodere al Ejército con fines inconfesables.

Están ganando dinero como nunca, a cambio de traicionar sus valores y entregar a México a una caquistocracia (el gobierno de los peores) que también acabará por devorarlos a ellos.

domingo, 28 de mayo de 2023

 ¿CUÁL TRANSFORMACIÓN? (3)

Siguiendo con el análisis de la llamada “transformación” que el gobierno de López Obrador (AMLO) ha realizado durante su gobierno, ahora veremos el rubro de Reducción de la pobreza.

Uno de los puntos fundamentales de la campaña de AMLO para llegar a la Presidencia de la República fue que las políticas neoliberales habían provocado un aumento enorme del índice de pobreza en el país, con la concentración del ingreso en las altas esferas.

Así, a la llegada de AMLO a la presidencia entre el 1% y el 10% de la población concentraba el 59% del ingreso[1].  Y el 1% concentra el 29% del ingreso.

Se esperaba que las políticas redistributivas del gobierno de AMLO, mediante la entrega de dinero directamente a los sectores más desfavorecidos y la recuperación del poder adquisitivo del salario comenzarían a revertir esta situación. Pero principalmente, se esperaba una reforma fiscal que hiciera pagar a las grandes empresas y a las grandes fortunas mucho más que el 6% en promedio que pagan de sus ingresos al año.

Sin embargo, la pandemia y el obligado cierre de actividades que ella produjo golpearon duramente a la economía mexicana, por lo que entre 2018 y 2020, la población en pobreza pasó de 43.2% del total, según el Consejo Para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) a 43.9%; la pobreza extrema pasó de 7.2% a 8.5%; la población vulnerable por carencias sociales disminuyó de 25.3% a 23.7%; la población vulnerable por ingresos aumentó de 7.6% a 8.9%; y finalmente, la población no pobre y no vulnerable cayó de 24% a 23.5%.

En materia de ingresos en 2018, la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema era el 14%; para 2020 ya había aumentado al 17.2%.

Igualmente en materia de ingresos en 2018, la población con ingreso inferior a la línea de pobreza era 49.8%; para 2020 había aumentado al 52.8%.

Como se puede apreciar, la pandemia y la crisis económica derivada de ella, golpeó duramente al país, pues sólo en un rubro dentro de los considerados, hubo mejoría entre la población mexicana.

El CONEVAL dará a conocer en agosto de este 2023 las cifras oficiales de pobreza para 2022, basada en la Encuesta Nacional de los Ingresos y Gastos de los Hogares que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Por lo pronto, las cifras disponibles no avalan la retórica gubernamental sobre uno de los principales puntos del programa de gobierno de AMLO. Hasta el momento no hay bases para establecer que se ha reducido la pobreza durante este gobierno.

viernes, 26 de mayo de 2023

 OBJETIVOS DE RUSIA Y ESTADOS UNIDOS EN UCRANIA

A 15 meses de iniciada la llamada por el gobierno ruso “Operación Militar Especial”, y por los países occidentales “agresión rusa a Ucrania”, los objetivos de los principales actores en este conflicto han variado, según el resultado de las acciones bélicas; de la guerra económica lanzada por Occidente contra Rusia y de los posicionamientos del resto de actores internacionales durante el desarrollo del enfrentamiento.

Rusia

A diferencia de lo que la propaganda occidental sigue difundiendo hasta ahora, Putin y sus estrategas nunca consideraron la posibilidad de “ocupar” completamente Ucrania.

Su objetivo con la ofensiva inicial siempre fue destruir la mayor parte del potencial bélico de Ucrania, en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de pérdidas; con objeto de que el ejército ucraniano no pudiera reaccionar rápidamente ante el avance de las tropas en el Este, en donde se situó el grueso del esfuerzo bélico ruso, para reforzar a las provincias recientemente anexadas de Luhansk y Donetsk; establecer el puente entre la región del Donbas y la península de Crimea, para lo cual se requería la toma de Mariupol; extender lo más posible el avance ruso hacia el Oeste por la costa, de ser posible hasta Odessa; y hacia el interior de Ucrania llegar hasta la toma de Zaporizhia y Bakhmut.

Con ello el Kremlin calculaba que Ucrania no tendría otro remedio que iniciar negociaciones de paz, en vista de que sus fuerzas armadas estarían casi destruidas y las provincias del Este estarían ya firmemente anexadas a Rusia.

De los objetivos expuestos, Putin logró debilitar significativamente a las fuerzas armadas ucranianas al inicio de la invasión; reforzar a las provincias de Luhansk y Donetsk; establecer la conexión entre el Donbas y Crimea, tomando en el camino a Mariupol.

Si bien avanzaron por la costa hasta Kherson, se quedaron cortos de llegar a Odessa; y hacia el centro de Ucrania pudieron tomar Zaporizhia y Bakhmut, con lo que dificultarán cualquier contraofensiva de los ucranianos; pero el costo en muertos, heridos y material bélico destruido para lograr este último objetivo fue descomunal (sólo del grupo privado Wagner que se encargó del mayor esfuerzo, hubo 20 mil muertos en 224 días de lucha en Bakhmut)[1].

Si bien Rusia ha logrado la mayoría de los objetivos que buscó en la “Operación Militar Especial”, no calculó correctamente el tamaño de la reacción de Occidente.

Por un lado la enorme cantidad de armas, municiones, transporte y equipo bélico que Occidente, especialmente los Estados Unidos, ha dado a Ucrania, ha permitido a sus fuerzas armadas recuperarse del golpe inicial recibido, y con ello detener las ofensivas rusas en las fronteras Norte y Oriental.

De la misma forma, los apoyos en materia de inteligencia, personal, entrenamiento e incluso con fuerzas especiales y “voluntarios” de diversos países de Occidente, han permitido a Ucrania responder a Rusia, no sólo en el propio territorio ucraniano, hasta el punto de lograr recuperar territorio que inicialmente se habían apropiado los rusos en el Norte y Este del país; si no que ahora se prepara una gran contraofensiva en el Este, con la esperanza de recuperar la mayor parte del territorio conquistado por los rusos (y con ataques a algunas zonas dentro del propio territorio ruso).

Así también, la guerra económica desatada por Occidente y algunos de sus aliados dentro de las economías del Sur Global, han generado un alto costo para la economía rusa, la cual, a pesar de todo, ha resistido las sanciones y los bloqueos, intensificando sus relaciones con China, la India, Irán, Arabia Saudita, Africa y países del Centro de Asia, con lo que ha podido mantener el esfuerzo bélico y al mismo tiempo evitar un colapso interno de su economía, que podría generar un descontento generalizado en su población.

No obstante lo anterior, Putin y su gobierno saben que una prolongación por años de la guerra va a significar un continuo desgaste económico, social, político y militar, y ello irá generando cada vez más descontento interno (que será incentivado y aprovechado por Occidente), por lo que el objetivo ruso ahora es que Ucrania se deslinde de Occidente y acepte iniciar negociaciones de paz.

Para ello el Kremlin cuenta con los buenos oficios de China, Brasil, Turquía, Arabia Saudita y la Secretaría General de las Naciones Unidas, que han estado intentando acercar a Moscú y Kiev para negociar.

Pero la posibilidad de una negociación seria dependerá nuevamente de los hechos en el campo de batalla.

Si la tan anunciada contraofensiva ucraniana logra avances importantes en el Este y Sur, empujando a los rusos hasta la frontera misma de Rusia, entonces Ucrania estará más envalentonada para continuar su ofensiva, hasta echar a los rusos fuera de las provincias anexadas de Luhansk y Donetsk, e incluso fuera de la península de Crimea.

Con ello también Occidente redoblará su esfuerzo bélico en favor de Ucrania, con lo que podría arrinconar a Putin y a su gobierno, llevándolo entonces a considerar el uso de armas nucleares tácticas para evitar una derrota militar, que bien podría llevar a un cambio de régimen en Moscú.

En cambio, si la contraofensiva de Ucrania logra avances modestos o se queda claramente corta respecto a sus objetivos, Moscú se verá fortalecido en su posición militar y por ende, en su posición política, para convencer a la comunidad internacional para que cese el apoyo militar a Ucrania; y con la mediación de las potencias antes señaladas y de las Naciones Unidas se encuentre una salida pacífica, que detenga la guerra y que reconozca los hechos en el terreno; es decir, la pérdida de territorio por parte de Ucrania.

Putin deseaba inhibir la posibilidad de que Ucrania entrara formalmente a la OTAN. Pero en los hechos, ahora Ucrania es una base inmensa de la OTAN, aunque formalmente no esté adherido a ella y por lo tanto, aunque se llegara a algún tipo de arreglo entre Kiev y Moscú, difícilmente los países de la OTAN, que ya tienen un pie dentro de territorio ucraniano, aceptarán retirarse del mismo.

Así también, la entrada de Finlandia en la OTAN, desbaratando con ello su larga neutralidad (que incluso dio pie al término “finlandización”, o sea, una neutralidad semejante a un “protectorado” respecto a la potencia adyacente), ha abierto un frente de 1340 kms. de largo, al que ahora Rusia tiene que destinar muchos más soldados y equipo militar para su vigilancia, que en el pasado.

En suma, Rusia logró algunos de los objetivos que se planteó inicialmente, pero las repercusiones de su operación militar han sido mucho mayores.

Ahora Putin es un “criminal de guerra” según la Corte Penal Internacional y Occidente ya no aceptará en el corto o mediano plazos ningún pacto con él; la economía rusa está prácticamente desvinculada de Occidente; el objetivo de Putin de que Rusia fuera uno de los tres polos principales de la sociedad internacional (con Estados Unidos y China), está más lejos ahora que antes, ya que Rusia depende de la alianza con China para que su economía no se desplome y también como disuasivo ante cualquier aventura bélica de Occidente contra los rusos. 

¿Hubiera estado mejor Rusia aceptando una ofensiva ucraniana contra la región del Donbas, sin que Rusia interviniera directamente, sino sólo ayudando mediante el grupo Wagner y con apoyo logístico y militar a las provincias escindidas? Vistas las consecuencias de la “Operación Militar Especial” es posible que sí. Pero el hubiera no existe, y ahora Putin tiene que adaptarse a las circunstancias actuales, para sacar el mejor provecho (o al menos las consecuencias menos negativas) de la decisión tomada.

Así, ahora Rusia debe ser más autosuficiente en alta tecnología, que antes importaba de Occidente en distintos rubros; está buscando con China el desarrollo de un sistema financiero alterno al que domina Estados Unidos; sus fuerzas armadas habrán aprendido de sus numerosos errores en Ucrania y podrán corregirlos en el futuro; se ha probado armamento de  última generación (como los misiles hipersónicos) y el tipo de defensas que Occidente tiene (así como su armamento ofensivo), por lo que ahora los rusos podrán prepararse mejor para un posible enfrentamiento directo con la OTAN; queda claro que guardar sus reservas internacionales en los bancos de Occidente es como regalárselas, por lo que ahora Rusia deberá resguardar en su propio territorio dichas reservas, etc.

Estados Unidos

Para Washington la intervención rusa en Ucrania ha servido para separar a Europa de Rusia, que con la dependencia del gas y el petróleo rusos para la economía europea, llevaba a una relación cada vez mayor entre ambos actores.

Ahora Estados Unidos ha podido forzar a los europeos a desvincularse económicamente de los rusos, y a depender en parte del gas licuado estadounidense (más caro y con más problemas logísticos), para el funcionamiento de su economía.

Para Estados Unidos el que Rusia se involucrara en una acción bélica del tamaño de la realizada en Ucrania, le abrió las puertas para estigmatizar y demonizar a Rusia en el ámbito internacional; intensificar la guerra híbrida que desde el 2014 (con la ocupación rusa de la península de Crimea) ya había iniciado; utilizar a Ucrania como peón en su “competencia estratégica” contra Rusia (y China), en el caso del teatro europeo; elevar su gasto militar y obligar a sus aliados europeos y de otros continentes a hacer lo mismo, con lo que los pedidos por miles de millones de dólares al complejo militar-industrial de Estados Unidos se elevaron exponencialmente; empantanar a Rusia en un largo conflicto en Ucrania, que desgaste su potencial militar y económico, genere problemas sociales dentro de Rusia y la aísle de Occidente y de los países vasallos del Sur Global; presentarse nuevamente como los defensores de los “débiles” y del “orden internacional basado en reglas“ (las de Occidente por supuesto); comprometer a Ucrania como una “base militar” apuntando al corazón de Rusia, sin importar ya demasiado que forme parte integral de la OTAN; y, probar su armamento (entregado a Ucrania) en combate real, ante uno de los dos grandes rivales de Estados Unidos en la escena internacional, así como las capacidades reales de los rusos en una conflagración que utiliza elemento humano de Ucrania, pero cuyos armamentos son en su mayoría proporcionados al gobierno de Kiev por los países miembros de la OTAN.

Así, Estados Unidos mantiene hasta el momento sus objetivos de debilitar todo lo que pueda a Rusia y aislarla internacionalmente; de ser posible, derrotarla militarmente en el territorio ucraniano, y a partir de ahí iniciar un desgaste mayor al gobierno de Putin, con el descontento social y político internos, ya no sólo ante los altísimos costos humanos y económicos que se están generando para Rusia, sino ante la posibilidad de que el conflicto llegue hasta las mismas ciudades rusas; lo que llevaría a un cambio de régimen en Moscú, que Estados Unidos esperaría le pudiera favorecer, impulsando como líder de Rusia a algún personaje débil y manipulable, como en su momento lo fue Boris Yeltsin.

Por todo ello, para Washington y sus países aliados y vasallos, lo mejor es que más allá del resultado de la contraofensiva ucraniana, el conflicto se mantenga por mucho tiempo más, con objeto de debilitar lo más que se pueda a Rusia, empantanarla en el conflicto y eventualmente conseguir cambios internos en Rusia que beneficien los objetivos de Occidente (básicamente dividir a Rusia en 5 ó 6 países diferentes, tal como se hizo con Yugoslavia, que puedan ser explotados económicamente, contrapunteados unos con otros y finalmente debilitados, para que ya no constituyan un competidor estratégico de Estados Unidos).

De ahí que la única forma de que el conflicto entre en una etapa de cese al fuego y negociaciones es que uno de los dos se debilite tanto en el campo de batalla, que ya no tenga otra alternativa que negociar.

Pero en el caso de Ucrania, Occidente no va a permitir que se debilite. Por el contrario, tras cada derrota ante los rusos, la OTAN redoblará y triplicará la ayuda a Ucrania, para que se mantenga en la lucha, sin importar la destrucción que ello siga ocasionando a la infraestructura del país, ni la matanza que ello significa.

Por lo anterior, sólo las poblaciones de los países de la OTAN y de la propia Ucrania podrían detener esa trayectoria, al protestar y apoyar a candidatos y políticos que se opongan a dichas decisiones, dado el costo que tiene para sus países, para Ucrania, para Rusia y para el mundo.

Ese rechazo interno en los países de la OTAN, del Sur Global, de Ucrania y Rusia mismas, y la presión de potencias como China, India, Brasil, Turquía, podrían generar el espacio idóneo para un cese al fuego y para el inicio de negociaciones de paz.

Pero las élites occidentales harán todo lo posible para que eso no pase, pues sus objetivos son muy claros: la desaparición de Rusia como gran potencia mundial y su “balcanización” para explotarla económicamente y convertirla en una vasalla.

jueves, 25 de mayo de 2023

Ukrainian Intelligence Says It’s Trying to Kill Putin

by Kyle Anzalone Posted on May 24, 2023

https://news.antiwar.com/2023/05/24/ukrainian-intelligence-says-its-trying-to-kill-putin/

The Ukrainian intelligence service says it’s attempting to kill Russian President Vladimir Putin. A high-ranking official admitted to actively plotting the Russian leader’s assassination after a recent drone attack on the Kremlin. 

“Putin is noticing that we are getting closer and closer to him,” Vadym Skibitsky, the deputy head of Ukraine’s Main Intelligence Directorate, told Welt in an interview. He added, Putin is number one on the kill list “because he coordinates and decides what happens.”

The Ukrainian intelligence official claimed his agency had failed to kill Putin because he “stays holed up.” Skibitsky suggested another attempt could be made soon as the Russian leader “is now beginning to stick his head out.”  

Ukrainian officials have admitted to previously attempting to kill Putin. Last year, Kyrylo Budanov, the head of the Main Intelligence Directorate, in an interview with Ukrainska Pravda claimed, “There was an attempt to assassinate Putin…[It was an] Absolutely unsuccessful attempt, but it really happened… It was about [March 2022].”

Three weeks ago, two unmanned aerial vehicles were downed over the Kremlin, where Putin keeps an office. Although, the Russian leader was not present at the complex when the attack occurred. Kremlin spokesperson Dmitry Peskov said Moscow considered the drones to be an assassination attempt against Putin.

In the first month of the war, then-Israeli Prime Minister Naftali Bennett engaged Putin and Ukrainian President Volodymyr Zelensky in talks that nearly ended the war. The peace talks were blocked by Washington, but Putin pledged not to target Zelensky with any assassination attempts during those talks. The Kremlin appears to have upheld that agreement until the most recent attempt on Putin’s life. 

It is unclear if Moscow will continue to abide by the pledge. Zelensky has spent several weeks outside of his nation, traveling to allied countries and meeting with his counterparts. 

In response to the drone attack on the Kremlin, Dmitry Medvedev, a high-ranking Russian defense official, called for Zelensky’s “physical elimination.” A statement from Putin’s office said, “Russia reserves the right to take countermeasures wherever and whenever it deems appropriate.”

Skibitsky revealed another name on Kiev’s kill list is Wagner Group head Yevgeny Prigozhin. “We’re trying to kill him.” He added, “Our priority is to eliminate [Prigozhin] who orders his men to attack.” 

The intelligence official went on to name two more targeted high-ranking officials in Moscow. “But in the end, everyone will have to answer for their actions.” He continued, “Chief of the General Staff Valery Gerasimov and Defense Minister Sergei Shoigu planned the attack and now they cannot turn back.”

Welt asked Skibitsky if civilians in Russia could be added to the kill list. “We are at war and these are our enemies. If an important figure manufactures and finances weapons for [Russia], then his elimination would save the lives of many civilians,” he said. “According to international conventions, this is a legitimate goal.”

The US government believes Kiev has already carried out targeted assassinations inside Russia. Last year, Darya Dugina was killed by a car bomb. It is suspected her father, Alexander Dugin was the target of the attack.

miércoles, 24 de mayo de 2023

70 percent of US voters fear intel agencies will interfere in elections: Harvard poll

As polarization grows unabated among the US population, distrust of law enforcement agencies and news media is also spiking

By News Desk- May 23 2023

https://thecradle.co/article-view/25161/70-percent-of-us-voters-fear-intel-agencies-will-interfere-in-elections-harvard-poll

An overwhelming majority of US voters say they are concerned about law enforcement and intelligence agencies interfering in future elections, according to a new Harvard CAPS-Harris poll.

When asked whether they were concerned “about interference by the FBI and intelligence agencies in a future presidential election,” 37 percent of respondents said they were “very concerned,” while 33 percent said they were “somewhat concerned.”

This comes just months after the Ronald Reagan Institute (RRI) revealed that less than half of US citizens trust their nation’s military.

The Harvard poll shows that 71 percent of US voters believe the federal government needs “wide-ranging reform” to prevent the same meddling US spy agencies regularly conduct abroad.

Seven out of ten respondents also said they were “not surprised” that the FBI violated its rules to launch an investigation into the 2016 Trump presidential campaign over the so-called ‘Russiagate’ scandal.

A scathing report released last week by special counsel John Durham said the FBI probe lacked “analytical rigor.” It concluded the agency did not possess evidence of collusion between Trump’s campaign and Russia before launching an inquiry.

The report’s findings fly in the face of US corporate news outlets, which relentlessly hyped the Trump-Russia collusion allegations for three years and then downplayed the report, calling it a “whole big nothing.”

Such manipulation of information has eroded public trust in US media, with the Harvard poll showing that 56 percent of voters believe ‘Russiagate’ is a “false story” and that the Steele dossier – the basis of the FBI probe – was false.

On the other hand, more than 60 percent of respondents believe the son of US President Joe Biden, Hunter Biden, engaged in illegal influence-peddling and tax evasion. Similarly, 53 percent believe the president was involved in these schemes as vice president.

Over half of US voters also believe the FBI and the US Department of Justice (DOJ) are not investigating the Biden family’s alleged corruption. At the same time, 59 percent agree the story is real and not “Russian disinformation.”

As the US hurtles toward crucial elections next year in the shadow of the assault on the Capitol building by hordes of Trump supporters in 2021, researchers have been warning about rampant polarization along political lines that could lead to a “second civil war.”

According to an AP-NORC poll released earlier this month, nearly three-quarters of US adults believe corporate media is increasing political polarization, while just under half say they have “little to no trust in the media’s ability to report the news fairly and accurately.”

The AP poll also shows that four in 10 respondents believe the press is doing more to hurt US democracy, while only about two in 10 say the press is doing more to protect it. An additional four in 10 say neither applies.

On top of this, in the years since Trump left office, polls have shown that one in three US citizens – including at least 40 percent of republicans – believe violence against the government is sometimes justified.

The alarming figures come at a time when the US government is increasingly losing influence abroad, particularly in the Arab world, and as nations across the Global South move away from the US dollar hegemony to bolster their national currencies.

Nonetheless, Washington’s warmongering and interventionist policies continue full steam ahead, with the Pentagon boosting defense spending to astronomical levels. At the same time, the nation battles pervasive homelessness, drug addiction, and mental health epidemics.

martes, 23 de mayo de 2023

Biden’s Running Out of Ukraine Money? Good.

by Ron Paul Posted on May 23, 2023

https://original.antiwar.com/paul/2023/05/22/bidens-running-out-of-ukraine-money-good/

When the smoke finally clears, President Biden’s Ukraine debacle will go down – along with Afghanistan and Iraq – as one of the greatest foreign policy disasters in US history. Hundreds of thousands have been killed on both sides in the service of the US neocons’ long standing desire to “regime change” Russia.

And let’s not forget that $100 billion authorized by Congress to finance the neocons’ “Project Ukraine.”

With Russian control established in the strategic city of Bakhmut over the weekend, the neocon Ukraine project – like all neocon foreign policy projects before it – looks to be progressing rapidly toward failure. But that won’t stop the Biden Administration from attempting to extort more money from an America already teetering on the brink of economic collapse. And let’s not forget the battle over the “debt limit” raging in DC.

The Biden Administration’s profligate domestic spending is a battleground for Republican lawmakers, however when it comes to endless spending on Project Ukraine, with a few exceptions the two parties are in lockstep. At least when looking at Republican party leadership.

One thing is sure: we can count on Congress to throw good money after bad. After all, 20 years fighting the Taliban in Afghanistan got us…the Taliban in Afghanistan! With a cost of perhaps three trillion dollars. But the military-industrial complex and the think tanks pushing war and the mainstream media glorifying war all got paid well.

It may seem bleak, but this is where we have something to be optimistic about. As I’ve always said, you don’t need a majority to change the course of the country. A dedicated minority driven by the principles of liberty can produce incredible results.

The mainstream media is in a panic over the fact that of the $48 billion appropriated for Ukraine, only $6 billion remains. That won’t be enough to sustain “Project Ukraine” for more than a few weeks. With the tide of US public opinion turning overwhelmingly against throwing more money down the corrupt black hole called “Ukraine,” even unprincipled politicians are going to start listening to the emerging progressive/conservative alliance in Congress that’s had enough.

In Congress a principled multipolar minority is going to overtake a corrupt and mindless majority – bolstered by the American people. And that’s a good thing.

Election season is upon us, and although we would prefer to have recruited a majority of progressives and conservative/libertarians in Congress to our view that a hundred billion to Ukraine and possible World War III is not a good idea, we must nevertheless be satisfied that political realities are in our favor.

The communists talked about the “correlation of forces,” which took into account factors beyond military power to include politics and “soft power.” With that in mind, it seems likely that as the public mood in the US turns against sending endless billions to a corrupt Ukraine with the threat of World War III in the mix, the political animals in DC will begin abandoning the sinking ship.

With President Biden clearly flailing – and with the surprisingly strong primary challenge of Robert F. Kennedy Jr. – we should look for lawmakers to begin abandoning “Project Ukraine” in droves. That movement, led by principled conservatives and progressives, will sink forever the neocon “Project Ukraine” and thus save us from global nuclear annihilation. Hopefully after this disaster, Americans will turn against neocons one and for all.

Reprinted from The Ron Paul Institute for Peace & Prosperity.

lunes, 22 de mayo de 2023

Is NATO Crowding the Russian Bear Into a Nuclear Corner?

by Ted Galen Carpenter Posted on May 22, 2023

https://original.antiwar.com/Ted_Galen_Carpenter/2023/05/21/is-nato-crowding-the-russian-bear-into-a-nuclear-corner/

Western officials who salivate over the prospect of inflicting a decisive, humiliating defeat on Russia in its war with Ukraine remain oblivious to the dangers entailed in that scenario. As I pointed out early in the conflict, Russian leaders consider Ukraine to be the most vital of vital national security interests and they are likely to adopt whatever measures are necessary to prevent such a defeat. Not even the option of using tactical nuclear weapons in Ukraine is off the table.

So far, the danger of such a potentially catastrophic escalation has remained modest. Deficiencies in Moscow’s lumbering military, combined with recklessly expansive NATO military assistance to Kyiv, have caused the Kremlin’s war effort to be much slower and more costly in blood and treasure than Vladimir Putin and his colleagues anticipated. Nevertheless, Russian forces have seized and retained significant chunks of Ukraine’s territory and inflicted massive casualties on Ukrainian forces. As long as that situation continues, the danger of Moscow resorting to the use of tactical nuclear weapons is not great.

Recent developments, though, indicate that the risk is growing. In an important May 17, 2023, article in Russia Matters, retired Brigadier Gen. Kevin Ryan, a senior fellow at Harvard University’s Belfer Center for Science and International Affairs, lists a number of troubling signs. Among them were Putin’s announcement in late March that he would station tactical nuclear weapons in Belarus – closer to the territory of several NATO members. Ryan notes that "Putin has also made clear to the Russian people that Moscow’s red lines for the use of nuclear weapons, spelled out in its official documents, have all been crossed in the conflict in Ukraine. These include "aggression with conventional weapons against the Russian Federation, when the very existence of the state is threatened."

Recent changes in Russia’s military command are another alarming sign. Ryan emphasizes that "under Russian doctrine, the chief of the general staff and the heads of the ground and aerospace forces are the three officers who control all tactical nuclear weapons use in ground operations. Putin has now placed in direct control of the [Ukraine] war the three senior-most officers who have the authority to employ tactical nuclear weapons when he gives the order."

NATO’s strategy has been to use Ukraine as a military proxy against Russia while refraining from directly involving Alliance forces in the fighting. Unfortunately, the quantity and potency of the weapons systems being transferred to Kyiv have reached the point of posing a major threat not only to Russian forces in occupied Ukraine, but to the Russian homeland itself. There are now reports that the Biden administration has approved the transfer of F-16 fighters from U.S. allies to Ukraine. If true, such a step would signify yet another dramatic escalation of support. That move comes on the heels of the shipment of heavy battle tanks from the United States and other NATO members and the deployment of Patriot missile batteries around Kyiv. In addition to sending such weapons, NATO (especially British and US) intelligence agencies continue to provide Kyiv with vital intelligence data to make Ukrainian forces far more effective than they would be otherwise.

Such actions make a mockery of the official "nonbelligerent" status of the NATO powers. Russian leaders increasingly contend that their country is at war not only – or even primarily – with Ukraine. Instead, Putin and his associates contend that NATO itself is waging war against Russia – and doing so with the goal of eliminating Russia as a relevant power in the international system. Putin has warned repeatedly that the very survival of Russia is now at stake in the Ukraine conflict. At this most recent Victory Day parade marking the end of World War II in Europe, he claimed that the West’s goal is to achieve nothing less than "the collapse and destruction of our country."

Russian leaders are not wrong. In late April 2022, Secretary of Defense Lloyd Austin admitted that the Alliance’s goal was not merely to help Ukraine blunt and reverse Russia’s aggression, but to weaken Russia to the point that it could no longer pose a threat to any neighboring state. The West’s goals, both explicit and implicit, have escalated steadily. One objective now includes putting Putin on trial at The Hague for war crimes – a development that could take place only after full-fledged regime change in Moscow. The usual flock of neocon hawks continues to push the goal of inflicting a massive defeat on Russia. Such a maximalist stance gives Putin and other Russian leaders little incentive to avoid using tactical nuclear weapons, if the alternative is Russia’s total defeat and their own fall from power – with prison cells awaiting them.

The surprisingly limited success of Russia’s winter military offensive in Ukraine has intensified the danger. The conquest of the city of Bakhmut, which most Western military experts thought would take only days, is just now concluding after more than two months. Ukraine appears on the brink of launching a counteroffensive that NATO is heavily supporting. An advance that dislodges Russian forces from major portions of southern Ukraine could bring the problems with Russia’s conventional military strategy to a culmination.

An important principle of foreign policy 101 is to leave an adversary a dignified exit from a faltering or failed venture. US and NATO leaders are violating that fundamental requirement. Seeking to inflict an existential defeat on Russia is not only a myopic strategy, it is reckless. Cornered bears are very dangerous, yet Western officials are forcing Russian leaders to choose between utter humiliation for their nation and themselves or using tactical nuclear weapons in Ukraine despite the obvious, horrific risks. The West’s egregious mismanagement of relations with Russia threatens to culminate in nuclear catastrophe.

Ted Galen Carpenter is a senior fellow at the Randolph Bourne Institute and a senior fellow at the Libertarian Institute. He also served in various policy positions during a 37-year career at the Cato Institute. Dr. Carpenter is the author of 13 books and more than 1,200 articles on international affairs. His latest book is Unreliable Watchdog: The News Media and U.S. Foreign Policy (2022).

sábado, 20 de mayo de 2023

 ¿CUÁL TRANSFORMACIÓN? (2)

Para continuar con el análisis de las “transformaciones” que según la narrativa del gobierno de López Obrador ha realizado durante su gobierno, ahora toca el turno de los Recursos directos aportados por el gobierno federal en diversos programas sociales.

Para el ejercicio 2023 el Presupuesto de Egresos de la Federación establece los siguientes rubros:

Pensión para el Bienestar de las Personas

Adultas Mayores: 335,499 millones de pesos (aumento de 36.6% respecto a 2022)

Beca “Benito Juárez” para estudiantes de

Educación Media Superior: 37.554 millones de pesos (aumento de 5.5% respecto a 2022).

Programa de Beca de Educación Básica: 34,922 millones de pesos (aumento de 1.9% respecto a 2022).

Jóvenes Construyendo el Futuro: 25,090 millones de pesos (aumento de 3.1% respecto a 2022).

Jóvenes Escribiendo el Futuro: 11,162 millones de pesos (aumento de 2.2% respecto a 2022).

Sembrando Vida: 37.137 millones de pesos (aumento de 20.3% respecto a 2022).

Pensión para el Bienestar de Personas con

Discapacidad Permanente: 24,078 millones de pesos (aumento de 16.4% respecto de 2022).

Programa de Apoyo para el Bienestar

De Niños y Niñas Hijos de Madres

Trabajadoras: 2,926 millones de pesos (aumento de 1.8% respecto al 2022).[1]

Todos estos recursos suman: 506,368 millones de pesos.

Según el gobierno federal dichos recursos llegan directamente a 25 millones de personas.

Durante el periodo gubernamental de AMLO (2018-2023), faltando año y medio para su conclusión, el monto asignado a programas sociales ha aumentado un 110.6% en término reales.

Los principales cuestionamientos a esta política son que si bien ayuda a que un número considerable de la población pueda recibir apoyos para su manutención, complementando ingresos precarios, en un país en donde el 56% de la Población Económicamente Activa trabaja en la economía informal, esos recursos transferidos directamente a los destinatarios son sustraídos de otros programas e instituciones que tienen que ver directamente con la salud y educación de la población.

Asimismo, no hay padrones completamente confiables que permitan evaluar dichos programas, para saber si efectivamente están llegando a las poblaciones objetivo, y no se están desviando a núcleos de población que no los requieren.

La crítica principal es que por sí solos estos programas no reducen los índices de pobreza, aunque ayuden a evitar que se profundice la misma; son utilizados por el gobierno como chantaje electoral ante la población más necesitada, con la narrativa de que sólo votando por el partido oficial estos programas continuarán (cuando ya están incluidos como derechos en la propia Constitución); y sobre todo, con los aumentos tan relevantes en cada ejercicio presupuestal, no hay seguridad de que las finanzas públicas puedan mantenerlos a lo largo del tiempo, pues no tienen una fuente de ingresos directa que los respalde, por lo que en la medida en que siga creciendo su monto, las presiones a las finanzas públicas se multiplicarán continuamente.