¿Neta, Presidente?
Un pacto con
los cárteles contra la violencia sellaría la derrota del López Obrador frente a
los criminales, lo que es humillante para él y preocupante para el resto de los
mexicanos.
Raymundo
Riva Palacio
mayo 31,
2023
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2023/05/31/neta-presidente/
El
subsecretario de Seguridad Pública, el general Luis Rodríguez Bucio, afirmó que
la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, es una de las jueces
cuyos criterios “parciales” han favorecido a delincuentes. Así, con ligereza,
enumeró a varias juezas y jueces que aseguró hicieron lo mismo en el pasado. La
denuncia se inscribe en el contexto de la guerra que tiene el presidente Andrés
Manuel López Obrador contra el Poder Judicial, y en especial contra la ministra
Piña, pero se realizó en un mal día, porque el Presidente se pronunció a favor
de un acuerdo con los cárteles de la droga para que se reduzca la violencia,
con lo que el señalamiento de “favorecer” a criminales parece caer en la cancha
del gobierno.
La candidez
del Presidente, o el cinismo, se combina con la forma de sus ideas, que no es
la más clara y consistente que se podría esperar de alguien que tiene su
investidura. Aunque es muy pausado en sus respuestas, no logra la abstracción
necesaria para sintetizar y exponer sin dar vueltas retóricas, donde a veces se
pierde –y regresa al ataque de sus villanos favoritos–, y en otras se mete en
problemas innecesarios. Ayer fue uno de esos días, al mezclar la demagogia con su
proclividad a tratar con deferencias a narcotraficantes.
Cuando una
periodista le preguntó sobre la propuesta de la madre buscadora Delia Quiroga,
del Colectivo Nacional de Víctimas 10 de Marzo de Sonora, que hace unos días
lanzó un llamado a nueve cárteles de drogas para alcanzar un pacto social para
prevenir y erradicar la desaparición de las personas, el Presidente, cuya
inconsistencia verbal es antológica, contestó: “Yo estoy de acuerdo. Ojalá y se
lograra la paz. Eso es lo que deseamos todos, que no haya violencia, que no
haya homicidios, que no haya agresiones porque se afecta a todos”.
La mira del
Presidente, lamentablemente, está extraviada. Su forma de razonar, igual. Su
desinformación es notable. El colectivo había difundido un comunicado dirigido
a los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, de
Juárez, del Golfo, del Noroeste, Los
Salazar, de los Beltrán Leyva, Los Zetas, Vieja
Escuela, La Familia Michoacana y Los Caballeros
Templarios, donde les pidieron acabar con las desapariciones. “Nuestro
colectivo anhela que nuestros familiares desaparecidos regresen, vivos o
muertos, así como que esta práctica sea eliminada, por lo que necesitamos su
ayuda y colaboración”, dijo Quiroga, quien encabeza el colectivo. “Nuestras
autoridades se han empecinado en actuar de forma omisa y negligente. Ustedes
pueden contribuir a que pare la violencia”.
López
Obrador, en su extraordinaria declaración desapegada de la realidad por su
carácter de jefe del Estado mexicano, subrayó: “Que no actúen las organizaciones
(con violencia), ¡claro que sí! Sí. Ese es el exhorto, que no actúen de manera
violenta… Todo lo que signifique hacer a un lado o no usar la violencia yo lo
apruebo, y eso no tiene que ser sólo por demanda de la autoridad. Es por los
mismos integrantes de estas bandas. Ellos deben asumir una responsabilidad”.
Lo que estas
palabras significan es la claudicación de su gobierno a sus responsabilidades
constitucionales y entregarle el poder de frenar la violencia a los criminales.
Dicho de otra forma, es la subordinación plena del Presidente como comandante
en jefe de las Fuerzas Armadas, a los deseos y humores de los cárteles de las
drogas. Que ellos, no él, sean responsables de sus actos, es otra de sus
inverosímiles afirmaciones, que sólo reflejan su profunda ignorancia o
tolerancia criminal, y lo que el negocio de las drogas significa.
Previo a
este llamado del Colectivo Nacional de Víctimas 10 de Marzo, otra organización,
la Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas, había hecho un
llamado a los jefes de los cárteles de Sinaloa y su
facción Los Salazar, así como a sus adversarios, el Cártel
Jalisco Nueva Generación, para que liberaran –quien la tuviera– a una de
sus integrantes, Yesenia Guadalupe Durazo Cota, que llevaba cinco días
desaparecida.
“Acudimos a
ustedes porque en nuestras búsquedas nos hemos dado cuenta, sin querer, que
quienes tienen el verdadero control y poder sobre los distintos territorios de
México son ustedes”, apuntaron. “Hagan a un lado sus diferencias por un momento
y ayuden a que entreguen a la compañera con vida. Demuestren a la sociedad que
ustedes pueden sentir amor y compasión por los demás”. Uno de los cárteles la
liberó con vida.
López
Obrador ha entregado el país –por omisión y comisión– a los cárteles, cedido
territorio y acumulado asesinatos y desapariciones como nunca ningún otro
presidente en tiempos de paz los tuvo. Dice, sin embargo, que todo marcha mejor
que antes. Quizás espere que las cosas terminen mejor de como van, pero a decir
de sus propias palabras, pretende ser convocado a la mesa por personas como
Ismael Zambada y Nemesio Oseguera, para que firme un pacto social contra la
violencia, con lo cual quedaría sellada por él la derrota ante los cárteles,
que hoy es humillante para él, aunque no lo perciba de esa manera, y
preocupante para el resto de los mexicanos.
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