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Zapata

jueves, 26 de febrero de 2015

MEXICO SEGUIRÁ HUNDIDO

Las próximas elecciones para renovar la Cámara de Diputados, 9 gubernaturas[1], 17 congresos locales, 996 ayuntamientos y las 16 delegaciones políticas del D.F. confirmarán una vez más que la subclase política mexicana no va a sufrir ningún castigo de la ciudadanía por su desastrosa conducción del país, caracterizada por la corrupción, el abuso, la impunidad, la violación sistemática de los derechos más elementales de la mayoría de los mexicanos, la complicidad con el crimen organizado y su subordinación a los intereses empresariales de los oligarcas mexicanos y de las corporaciones trasnacionales.

Comencemos por establecer que en las elecciones intermedias el abstencionismo es mayor que en las elecciones presidenciales:

1991: 34.47%
1994: 22.84%
1997: 42.98%
2000: 36.03%
2003: 58.81%
2006: 41.45%
2009: 55.39%
2012: 36.97%
Fuente: Sistema de Consulta de las Estadísticas de las Elecciones Federales (www.ine.mx)
  
El porcentaje de abstención para la elección de diputados federales en 2009 fue de 55.39 %, cifra menor al porcentaje de la elección de 2003 que representó el 58.81 %.  Asimismo, fue mayor el porcentaje de abstención en la elección de 2006, 41.45 %, que en la elección de 2012, 36.97%.

Aún así, para esta elección intermedia es muy factible que el nivel de abstencionismo se eleve a los rangos que se observaron en 2003 y 2009. Esto es entre 55 y 60% de los votantes registrados, no acudirá a votar.

Esto permite que los aparatos clientelares de los partidos políticos, específicamente el de los principales (PRI, PAN y PRD) podrán movilizar a sus bases para asegurar una votación, al menos similar a la que obtuvieron en los últimos dos procesos electorales para elegir diputados federales:

PAN
2006: 33.9%           2009: 28.01%        2012: 25.9%
PRI-PVEM
2006: 28.21%        2009: 43.65%        2012: 38.00%
PRD-PT-Convergencia
2006: 28.99%        2009: 18.31%        2012: 27.00%

El problema para la izquierda es que ahora enfrenta dividida (más que nunca en los últimos 30 años) la elección federal, pues el ex candidato presidencial de las coaliciones de izquierda en 2006 y 2012, Andrés Manuel López Obrador, ha formado su propio partido político (el Movimiento de Regeneración Nacional), que bien podría obtener entre 10 y 12 puntos porcentuales, dejando al PRD con una magra votación de entre 12 y 15 puntos porcentuales (los otros dos partidos de la izquierda, PT y Movimiento Ciudadano lucharán por mantener su registro, intentando llegar a 3 puntos porcentuales cada uno).
  
Por lo que respecta al PRI es muy factible que pierda dos o hasta tres puntos porcentuales en su votación, pero los recuperará con creces gracias a su alianza con el PVEM, al que el Instituto Nacional Electoral ha permitido realizar una pre campaña enorme de propaganda, sin sancionarlo (y el propio gobierno le ayuda con políticas públicas que “avalan los logros” del PVEM), que le ha permitido elevar sus intenciones de voto entre la muy poco informada y manipulable ciudadanía, lo que muy posiblemente le dará entre 8 y 10 puntos porcentuales de votación; que sumados a los 30 ó 32 puntos que consiga el PRI, les podría redituar una votación conjunta cercana o incluso mayor a los 40 puntos porcentuales, asegurándoles así nuevamente la mayoría en la Cámara de Diputados.

El PAN por su parte intentará recuperarse algo después del desastroso sexenio del fascista Calderón, por lo que podría alcanzar una votación de entre 27 y 30 puntos porcentuales.

Aún no se sabe qué tan grande será el porcentaje de votos nulos, a pesar de que algunos académicos e intelectuales han iniciado una campaña para que la ciudadanía anule su voto y así enviar un mensaje de repudio a la subclase política mexicana; pero en todo caso el porcentaje no será superior a 3 ó 4 puntos porcentuales de la votación.

De confirmarse nuevamente la mayoría para el PRI-PVEM, se mantendrá la línea de aprobar toda legislación que profundice la dependencia económica de México respecto a Estados Unidos, así como su subordinación en materia de seguridad y ahora también de política exterior; se seguirá obstaculizando desde los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), una mayor transparencia y rendición de cuentas de los gobernantes (ahí están las 80 enmiendas que quiere hacer el Presidente a la Ley de Transparencia para evitar que los ciudadanos tengan acceso a la información económica, hacendaria, de seguridad, etc.);  se mantendrá la prohibición tácita a una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones (ahí está la legislación secundaria que en los hechos niega la posibilidad, establecida en la Constitución, de que los ciudadanos puedan ser consultados para avalar o no cambios constitucionales o legislativos, con la complacencia de la propia Suprema Corte, cerrando así, por ejemplo, la posibilidad de que se le preguntara al pueblo si estaba de acuerdo o no con la apertura en materia energética);  se continuará con el enorme déficit en materia de defensa de los derechos humanos (no se aplican ni por equivocación la gran cantidad de tratados y convenciones internacionales que el gobierno mexicano ha firmado en la materia, y que son letra muerta en este país); y por supuesto, se seguirá aplicando una política económica depredadora de los recursos naturales, explotadora de la mayoría de la población y subordinada al gran capital trasnacional.

En suma, después de las elecciones de este 2015, no va a cambiar nada en el país; seguirá hundido y gobernado por la cleptocracia y los oligarcas todopoderosos.




[1] Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora.

miércoles, 25 de febrero de 2015

MÉXICO DEJÓ DE SER UN PAÍS SOBERANO

La propuesta tramposa que Enrique Peña Nieto acaba de enviar al Congreso sobre una nueva Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en donde se permite que agentes extranjeros (léase estadounidenses), puedan realizar revisiones aduanales y migratorias en territorio mexicano, con sus armas de cargo, a toda persona o transporte que se dirija a ese país, representa el último eslabón de la rendición de la soberanía mexicana, en cuanto el Estado mexicano renuncia al uso de la fuerza en su propio territorio (de lo contrario ¿porqué permitirles a los agentes estadounidenses el portar sus armas?). De esa forma, el elemento esencial que define al Estado soberano, esto es la aplicación de la fuerza de manera exclusiva en su territorio, se cede,  aunque sea parcialmente, - sin que se establezca una medida recíproca, es decir que los estadounidenses permitan a agentes mexicanos armados realizar esas mismas revisiones en territorio estadounidense- a una potencia extranjera, tal como si se hubiera perdido una guerra (el establecimiento de una fuerza de ocupación en el país derrotado).

Y es que el corrupto, débil, ligado al crimen organizado e ineficaz gobierno peñista, ha sido doblado en toda la línea por el gobierno y las corporaciones de Estados Unidos, que si bien ya sabían que tenían a un subordinado en Peña, pues éste envió las "reformas estructurales" al Congreso mexicano (que aprobó prácticamente sin discusión), mediante las cuales todos los recursos minerales y energéticos del país han quedado a disposición de las empresas trasnacionales, aún faltaban ciertos elementos que eran necesarios para tener el control absoluto de este país de caricatura. Y uno de esos elementos que faltaba en el esquema de seguridad, que los estadounidenses ya prácticamente tenían manejado gracias a la rendición que hizo el fascista gobierno de Calderón de innumerables aspectos del tema de seguridad (tales como permitirles acceder a la información de seguridad nacional del gobierno y establecer "centros de fusión de información" manejados sólo por los estadounidenses, no obstante lo cual todavía se dan el lujo de espiar las comunicaciones del gobierno mexicano, sin respuesta alguna por parte de éste último), era la añeja demanda de que agentes estadounidenses de todo tipo puedan operar armados dentro del país (algo que ya venían haciendo clandestinamente, con el "visto bueno" del gobierno mexicano, desde la pasada administración, y que ahora se "legaliza"), aplicando así extraterritorialmente sus leyes, ya que si operan en México armados, seguramente aplicarán sus "rules of engagement", o reglas de enfrentamiento, cuando la oportunidad se presente.

¿Por qué Peña apresuradamente realiza esta nueva rendición de la soberanía? No sólo se debe a que le ordenaron en su visita de inicio de año a Washington, que acelerara la integración de la economía y la seguridad del país a la de Estados Unidos (desarrollando así el concepto "Norteamérica" ideado e impulsado por el Council of Foreign Relations), en vista de la seria competencia que en ambos aspectos enfrenta Washington de parte de China y Rusia, sino también porque los estadounidenses le han estado enviando mensajes muy claros a Peña de que van a seguir dando a conocer las casas, cuentas bancarias y lujos de él, de su familia, de los miembros de su gabinete y de los priístas, en caso de que no termine de concretar la desaparición, no sólo de facto, sino también de jure, de la soberanía nacional.

Para el gobierno y las corporaciones trasnacionales de Estados Unidos la corrupción en un país como México no es un problema, sino una "palanca" para lograr sus objetivos, pues contando con la información sobre la permanente actividad ilícita de los gobernantes y empresarios mexicanos (a quienes incluso se les alienta a esconder sus ganancias en el sistema financiero de Estados Unidos), les es mucho más fácil convencerlos u obligarlos a que cedan espacios cada vez mayores de poder económico y político a los vecinos del Norte, hasta el grado de que desde hace 30 años la subclase política mexicana y el pseudo empresariado de este país son unos mozos de establo de los hacendados gringos. La amenaza de dar a conocer todas sus fortunas obtenidas por medio de la corrupción, fraudes y vínculos con el crimen organizado, es suficiente para ablandar y doblar a los ya de por sí muy obsequiosos miembros del gobierno mexicano (en sus tres órdenes: federal, estatal y municipal) y a la ineficiente y fascista subclase empresarial de este país.

Ahí está también la propuesta de Peña de que el actual embajador en Estados Unidos, Eduardo Medina Mora llegue a la Suprema Corte de Justicia, con lo que Washington contaría así con su ministro en el máximo tribunal mexicano, ya que Medina Mora ha sido desde hace 25 años un agente, por cierto nada encubierto (junto con Luis Téllez, los hermanos Werner, José Córdoba, Pedro Aspe, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Carlos Salinas) de los intereses empresariales y de seguridad de Estados Unidos, a los que defiende con tal enjundia y decisión, que incluso en los propios Estados Unidos se sorprenden del grado de abyección al que han llegado estos servidores del imperio.

¿Y cuál será la respuesta de la subclase política mexicana, de los medios de comunicación, de la intelligentsia? Seguramente el apoyo a tal medida o el silencio cómplice. 

Pero eso sí, entre los políticos estadounidenses no existe la menor duda de que los mexicanos están invadiendo su país (incluyendo los demócratas), y por lo tanto hay que detener el flujo de indocumentados a como dé lugar, por lo que en la frontera entre ambos países, no sólo sigue la construcción del muro, sino que se han intensificado los vuelos de drones (¿cuándo comenzarán estos drones a disparar contra indocumentados y miembros del crimen organizado, sin distinción alguna?), y numerosas empresas israelíes y estadounidenses están "probando" nueva tecnología para detectar y apresar a los illegal aliens; tecnología que se usa en los criminales ataques de los israelíes contra los palestinos, en sus incursiones genocidas en Gaza.

La propuesta de Obama de detener las deportaciones fue sólo un anzuelo para la crédula población de origen mexicano de Estados Unidos, con fines electorales para los comicios del 2016 y con objeto de identificar más claramente a los indocumentados que hay en el país, pues ilusamente saldrían a la luz, con lo que sería fácil ubicarlos y en cuanto la medida temporal se agotara, serían deportados. De todas formas, los republicanos con sus jueces a modo, ya la detuvieron por el momento, e insistirán en aplicar medidas punitivas contra los indocumentados. Así que ¿cuál amor hacia México?

De ahí que el "proyecto Norteamérica" solo tenga que ver con la explotación brutal de la mano de obra mexicana, en territorio mexicano por parte de las trasnacionales estadounidenses y canadienses; la extracción de las riquezas naturales de México en beneficio de Estados Unidos; la venta de productos (ahora también de energéticos no procesados) a México, para beneficio de las corporaciones estadounidenses; el control de la seguridad mexicana por parte de Estados Unidos, pero sólo para evitar riesgos a su territorio, sin importar los costos altísimos en muertos, heridos, desplazados y en términos de recursos financieros y materiales que genera su "guerra" contra el crimen organizado en territorio mexicano; y la muy probable inclusión de México, en un futuro cercano, como aportador de soldados para las aventuras militares estadounidenses en Medio Oriente y Africa, así como el establecimiento de bases militares, navales y aéreas de Estados Unidos en México, convirtiendo así a nuestro país en potencial blanco de ataques terroristas por parte de los muchos enemigos que se ha ido creando el imperio estadounidense en todo el mundo.

¿Quién resultará perjudicado por esta rendición cobarde y traicionera de la soberanía? Como siempre, el pueblo de México. Los corruptos gobernantes y empresarios mexicanos que resulten beneficiados de esto se convertirán (ya lo son) en los capataces de los gringos, dispuestos a reprimir y masacrar a los mexicanos para mantener el orden (un estado de seguridad nacional permanente), a cambio de las migajas que les lanzarán sus amos en Washington y Nueva York. Además, el negocio del crimen organizado (narcotráfico, tráfico de personas, de armas, de órganos humanos, de especies en peligro de extinción, etc.), en vez de estar manejado por la subclase política mexicana y sus socios del crimen organizado, ahora será manejado desde el propio territorio mexicano por la DEA, el ICE. el FBI y la CIA. En Estados Unidos ellos lo manejan, si no cómo explicar que entre el 80 y 90% de las metanfetaminas y la cocaína que entran a ese país, lo hagan por su frontera sur; ¿qué acaso todas esas agencias están dormidas; para qué sirve tanta tecnología y miles de policías fronterizos, de los condados, estatales y federales, si no pueden detener ese flujo inmenso de droga ilegal? La única respuesta es que ese negocio lo manejan las propias autoridades y los políticos estadounidenses, y México y el resto de países productores o de tránsito de la droga, son los convenientes chivos expiatorios a quienes culpar.

Ante la caída libre en que se encuentra el gobierno peñista, Washington ha decidido que es necesario apresurar la rendición completa de la soberanía mexicana, por lo que están dispuestos a usar todas sus armas políticas, económicas, comunicacionales, de seguridad, de inteligencia, etc. para que México ya no pueda oponer resistencia alguna a su subordinación completa a los dictados del imperio; por lo que Peña y su gobierno se han convertido tan sólo en los sepultureros del país.

viernes, 20 de febrero de 2015

The Wreckage of American Democracy

The Logic of the Imperial Security State

by LUCIANA BOHNE
COUNTERPUNCH 
Weekend Edition February 20-22, 2015
 
What to think of a policy that bombs countries and leaves them to their fate? Most observers of US foreign policy since 2001 regard this policy as a failure. They look upon the ruins of Iraq, Afghanistan, Libya, Somalia, Yemen, and see no victory parade, no reconstruction, no stable government, no democracy, and no human rights. These are observers whose mindset is stuck in models of the past. They may have in mind WW II, a declared war, battles, victory, negotiations, treaties, and reconstruction. Say, Europe and the Marshall Plan or Japan. They may be thinking of a world order ruled by international law, Geneva Conventions, the United Nations, and of America as safeguarding this order. Consequently the disorder that the United States is sowing across the planet makes no sense. The politicos on the Potomac must be crazy—is the conclusion.
No such thing. They may be megalomaniacs, but they have a plan for precisely disorder, no less a plan than to subdue the world to its economic will militarily. America is slipping from its rank as the #1 economy in the world, a record held since the 1870s. History instructs that it is impossible to maintain a global empire without economic primacy. The American empire has its back to the wall, but it still has military supremacy, after the exit of its main challenger, the USSR, the greatest tragedy to relative peace in the world of our era. The world really did change on 11 September 2001. It gave America the excuse to choose the military option to keep dominating the world, which it could no longer do economically. The United States, too, took the opportunity to effect a silent coup at home, starting with the Patriot Act, and moving gradually forward to change the US from a democracy to a security state and to destroy, unopposed by a frightened domestic population, pieces of the world, one inconvenient country at a time. It’s a way of doing WW III without anybody but the victims noticing.
Failure? Look at Iraq, the epitome of a cancer cell eating the vital organs of the body, producing pain and suffering as it dies. But do, too, look at Iraq’s border with Iran and see that it is dotted with US military bases. Afghanistan? Permanent and indefinite US military occupation, clothed as a security agreement between Washington and Kabul, squeezing Iran on its eastern border. Libya? The removal of Muanmar Qaddafi in 2011 has left the whole continent bereft of protection from neo-colonial penetration. Since then, we’ve had the French invasion of Mali. Since the fall of Qaddafi, Libya’s North-African coast has become a gigantic refugee port, where thousands of desperate people gather chaotically to flee war and famine to reach Italy, 200 miles away, in inflatable boats. According to the United Nations, 90% of those fleeing Libya land in Italy. Only a few weeks ago 300 of these refugees drowned off the coast of Lampedusa, the volcanic island north of Sicily. According to Amnesty International’s latest report, 37,000 refugees are waiting to brave the sea to reach the shores of Europe. Two governments, two parliaments, and two armies currently rule Libya. Both vie for power and for control of the oil fields on the Gulf of Sirte. Islamist militia rule in Tripoli; a government recognized by the international “community” rules in Tobruk. In this institutional vacuum, the IS are moving in. They are in Derna, applying the whip to young men known to have imbibed alcohol. Perhaps in two months, IS will control the Libyan coast. The US is not stopping them.
Libya, in fact, provides the example, as good as any, of the logic of American imperial policy. After the bombing and the grotesque spectacle of the leader’s assassination, chaos ensues. Then, the “terrorists” move in to mop up the territory. Is there anyone sentient who still believes that the “terrorists” are the enemies of the empire? Is there anyone who still doesn’t see that the “terrorists” are the equivalent of the einsatzgruppen of the Hitlerite SS? With their sadistic theatre of public and grotesque terror, they provide the empire with reasons for intensifying interventions (Iraq) and renewing bombing campaigns for regime change (Syria). Moreover, the supposed advance of the “terrorist threat” serves to bind the empire’s vassals together in a common goal in the supposed struggle against terrorism– to “tighten security” at home and “to internationalize” foreign policy abroad. In reality, to get with the empire’s long-term goal of world domination.
Italy currently provides a good example of this vassalage to the empire’s goal. With the advance of IS in Libya, feudatory Italy prepares “to internationalize” a response to this perceived threat. To this end, it raises the specter of the black flag of IS flying on top of St. Peter’s. Italian Foreign Minister, Paolo Gentiloni, alerted viewers recently on SkyTg24 that Italy is threatened by the alarming situation in Libya, failing to note that the crisis is the result of Italy’s participation in the coup in Libya. Gentiloni warned that if mediation fails to produce results in reconciling the warring parties in Libya it is necessary “to do something more. . . . Italy is prepared to fight in a scenario of international legality.”
The “war on terror” was a brilliant propaganda idea. It created a state of exception to democratic order throughout the West, one that facilitated a craven and unquestioned transition from constitutional democracies to control states. In the US, the Patriot Act inaugurated this control state, which politologists like to call a “security state” to avoid calling it a police state, in which every citizen is regarded as a potential terrorist. The function of this type of state is not to promote order but to manage the disorder that it produces. On the world stage, terrorism is used as the instrument for creating the disorder that the world’s policeman—the United States—and its “allies” are called to manage.
Unquestionably, America is a basket case–and should be hospitalized in one of history’s asylums for states with Napoleonic delusions—but not because of its failures but because of its successes in achieving their ends: they make a wreckage of democracy and call it security; they terrorize the world one country at a time and call it . . . what? Anti-terrorism. They create the effect and call it the cause.
Is this a failure? In moral terms, yes. In imperial-policy terms, no.
Luciana Bohne is co-founder of Film Criticism, a journal of cinema studies, and teaches at Edinboro University in Pennsylvania. 

sábado, 14 de febrero de 2015

El Neo Pinochetismo a la mexicana

Por ningún motivo permitiremos que se metan en los cuarteles, sostuvo el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), Enrique Solana Sentíes, luego de la firma de un convenio entre el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y las secretarías de Marina y Defensa, con la presencia de los titulares de ambas dependencias.

Acerca de la demanda de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, de acceder a cuarteles militares en busca de sus hijos, el dirigente empresarial señaló: Tengo mucha pena por lo que les pasó, pero no vamos a abrir todos los cuarteles del país porque quieren ver si están ahí o no los muchachos. Es meterse a las entrañas de la sociedad mexicana, la parte más íntima de nuestro ser y dijimos que no aceptamos que se abran los cuarteles a nadie que no sea el Ejército.

Es muy difícil, cuando se está librando una verdadera guerra con personas que tienen lanzagranadas, metralletas y todas las armas del mundo, pues esperar un comportamiento de dama. Es un tema muy complicado, por eso insisto en que hay que revisar el marco jurídico para dar la cobertura a las fuerzas armadas para que se puedan mover y defender, no dejarlas indefensas, opinó.

Al encuentro privado, celebrado en el Club de Industriales, en Polanco, asistieron los secretarios de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, y de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón Sanz (quienes salieron por una puerta lateral y no emitieron declaraciones a la prensa), y empresarios afiliados al organismo, como Claudio X. González.

Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del  Consejo Coordinador Empresarial (CCE)...dijo que los derechos humanos son fundamentales, pero lo que sí es muy importante es que no nada más se tiene que defender el de los delincuentes; muchas veces pareciera que se está defendiendo no a la gente que trabaja día a día. A veces tenemos muy pocos mensajes en favor de las víctimas y sí en favor de los victimarios. (tomado de la nota de Miranda, Juan Carlos; La Jornada: Sábado 14 de febrero de 2015: p.7).

Qué perlas estas declaraciones de los líderes formales del empresariado mexicano. A volar con los derechos humanos, a volar con las demandas de justicia de los padres, hijos, hermanos, de los desaparecidos, no sólo los de Ayotzinapa, sino de los más de 22 mil (reconocidos oficialmente), que no han recibido respuesta de un estado mexicano indiferente, omiso, arrogante y cada vez más endurecido ante los reclamos de la mayoría del pueblo mexicano y hasta de instancias internacionales, como lo demuestran las declaraciones desafiantes del secretario de Gobernación ante las muy puntuales recomendaciones del Comité de Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas. 

Cuando un régimen, no sólo un gobierno, se encuentra en vías aceleradas de pérdida de legitimidad (muy menguada desde las cuestionadas elecciones de 2006 y 2012); en medio de un largo estancamiento económico y carcomido por la corrupción, los vínculos con el crimen organizado, el cinismo y una alejamiento enorme entre subclase política-oligarquía con el pueblo,  cualquier legítimo reclamo social, cualquier crítica, cualquier propuesta alternativa a los dictados oficiales, es vista como un "intento de desestabilización", como un "ataque a las instituciones", como una "rebelión" o peor aún como el "inicio" de una "revolución".

Qué inseguros se sienten estos señores empresarios (y la subclase política de este país), y no por el aumento de la violencia, la impunidad o la corrupción, sino por la evidencia de que su modelo económico sólo ha servido para enriquecerlos obscenamente a ellos y a la cleptocracia que mal gobierna al país, dejando en la miseria y en el olvido a la gran mayoría del pueblo de México, y por lo tanto ya no toda la población se cree sus mentiras ("ahora sí con las reformas estructurales, el país va a prosperar"), y está harta de tanto abuso, tanto saqueo, tanta demagogia, tanta burla.

Por eso van corriendo a esconderse bajo los faldones militares, para que sigan protegiendo a estos vividores y a los corruptos gobernantes, sin que sean molestados por los reclamos del pueblo. Poco les importa que ese pueblo sea un día sí y otro también, masacrado por criminales y autoridades por igual, sea explotado hasta la médula y por supuesto sea ignorado todo el tiempo. Lo único que les importa es seguir acumulando riqueza y llevándosela al exterior (según la Reserva Federal de Estados Unidos, 30 de cada 100 dólares que han entrado en los últimos dos años al sistema financiero de ese país, provienen de México; es decir es un saqueo descomunal).

Lo que está sucediendo en México en estos momentos es gravísimo, pues tanto la subclase política, como el empresariado, ante su falta de opciones a los problemas que hunden a la mayoría de la población, están quedando acorralados en la respuesta violenta, en la criminalización de la protesta social y finalmente con ello, en hacer depender su poder en las fuerzas armadas (es decir se están "sentando en las bayonetas").

En este sentido, vale la pena recordar lo que señala el politólogo chileno Jorge Tapia Valdés en su libro La Doctrina de la Seguridad Nacional en el Cono Sur. El Terrorismo de Estado (Editorial Nueva Imagen, 1980; 1a. ed.): "Aunque en los casos de Brasil y Chile los golpes militares tuvieron el apoyo inicial de ciertos sectores de la clase media, generalmente como resultado de profundas campañas de 'manipulación de conciencias' previas al golpe de Estado, su único y verdadero apoyo lo encontraron en la élite tecnocrático-empresarial"(p.149).

¿Sugerimos que se prepara un golpe de Estado? No. Afirmamos que este régimen neoliberal sólo encuentra ahora su apoyo en las fuerzas armadas, en la tecnocracia burocrática, en el empresariado (especialmente los oligarcas mexicanos) y en una pequeña franja de la clase media. Esta escasa base social no le permite enfrentar la crisis multivariable en materia política, económica y social, por lo que cada vez más se va a encerrar en su propia burbuja, alejándose del pueblo y ello evidentemente va generando las condiciones para que los militares asuman el poder, cuando se presente un momento de crisis extrema de este modelo excluyente y depredador.

Cada vez más la subclase política mexicana, la tecnocracia, el empresariado y las fuerzas armadas mexicanas, están asumiendo la visión que en su momento adoptaron las dictaduras sudamericanas en los años sesentas y setentas acerca del conflicto social. Esto es, que el conflicto social es una "disfunción", es algo que debe ser "suprimido", y no los consideran fenómenos inherentes al desenvolvimiento de un país, que reflejan las carencias del propio régimen, y su falta de adecuación a las necesidades y aspiraciones de las mayorías.

En este punto vale la pena retomar a Tapia Valdés: "En la práctica, estos regímenes, más que destruir enemigos, parecieran sumar enemigos, y probablemente cualquier medición empírica comprobaría que, a medida que transcurre el tiempo, ellos tienen un espectro más amplio de contrarios...La búsqueda del orden y la unidad nacionales exigen que se ponga fin a las actividades de los diferentes grupos, facciones o partidos, que se estiman conflictivas o divisionistas". (ibidem p.228)

Ahí están las continuas declaraciones de Peña, de los secretarios de Defensa y Marina, del de Gobernación, en favor del orden, de la unidad, de la ley, del respeto a las instituciones, Así, cualquier reclamo, inconformidad, crítica, propuesta alternativa, se convierte en fuente de "divisiones", afectan la "unidad nacional", van contra "las instituciones", y por lo tanto, el aparato represor y de censura se activa para "eliminar" esa disfunción social.

Cada vez más este régimen sigue los pasos del autoritarismo y la dictadura; en suma, un neo pinochetismo a la mexicana, con objeto de sostener un régimen de explotación brutal de la mayoría de los mexicanos y de saqueo inmisericorde de los recursos financieros y naturales de este país.

jueves, 12 de febrero de 2015


La banca privada movilizó 417 mil mdd, apunta investigación
Mexicanos guardan en paraísos fiscales más del doble de la reserva de divisas del país

Roberto González Amador

Periódico La Jornada
Jueves 12 de febrero de 2015, p. 25
Ciudadanos mexicanos han transferido a paraísos fiscales, jurisdicciones donde las autoridades nacionales tienen escasas posibilidades de fiscalización, recursos por al menos 417 mil millones de dólares. Es una cantidad que equivale a más del doble de la reserva internacional de divisas del país. Esos recursos, de acuerdo con un reporte de una organización internacional, fueron movilizados en los últimos años a través, principalmente, de instituciones financieras llamadas de banca privada.
Los mexicanos son el sexto grupo nacional que más recursos financieros ha movilizado hacia paraísos fiscales, de acuerdo con la organización internacional Red para la Justicia Fiscal (TJN, por sus siglas en inglés), en un reporte publicado en 2012. Los chinos están a la cabeza, con 1.2 billones (millones de millones) de dólares, seguidos por rusos, brasileños, coreanos y kuwuaitíes.
La revelación, el domingo pasado, de que la filial de banca privada de HSBC en Suiza pudo ser utilizada para tratar de evadir impuestos por ciudadanos de decenas de países –entre ellos casi dos millares de mexicanos– puso al descubierto los múltiples fracasos de las autoridades fiscales o de los gobiernos en relación con los datos que existían ya en 2010 sobre esta práctica, comentó la TJN este miércoles.
Parte de la lista del HSBC divulgada el domingo por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), el periódico francés Le Monde y otros medios, entre ellos Univisión en el mundo de habla castellana, era conocida desde 2010.
Varios países han recurrido a esa información para recuperar impuestos no pagados.
En la lista del ICIJ (www.icij.org ) se revela que los depósitos de mexicanos u originados en México en la filial de banca privada de HSBC en Suiza alcanzan 2 mil 200 millones de dólares, depositados en mil 843 cuentas, propiedad de 2 mil 642 clientes.
México ocupa la posición número 30 entre 188 países incluidos en la lista del ICIJ con mayor cantidad de dinero depositado en esas cuentas. La cuenta de mayor cuantía asociada a un mexicano es de 596.4 millones de dólares.
A pesar de que hay varias razones legítimas para tener una cuenta de banco suiza, en algunos casos los individuos se aprovechan del secreto bancario para tener cuentas no declaradas. Esto dio por resultado que los bancos privados, incluyendo el Swiss Private Bank de HSBC, tuviera varios clientes que quizás no hubieran cumplido totalmente con sus obligaciones fiscales aplicables, expuso HSBC al ser consultado por este diario el martes sobre la publicación del ICIJ.
La firma aseguró que está cooperando con las investigaciones pertinentes en estos asuntos y reconocemos y somos responsables por pasadas fallas de control.
Casi el paraíso
La investigación de la TJN, publicada en 2012, reveló que 50 instituciones de banca privada en el mundo administran 12.1 billones de dólares, diez veces el producto interno bruto (PIB) de México, en inversiones de clientes de alto ingreso. En cinco años la cifra creció a un promedio de 16 por ciento anual.
Esa misma investigación apuntó a que los capitales que se han movido desde México a sistemas financieros en paraísos fiscales asciende a 417 mil millones de dólares, más del doble de los 195 mil millones de dólares que alcanza actualmente la reserva internacional de divisas del país.
La evasión fiscal en el mundo llega a unos 21 billones (millones de millones) de dólares, más del doble del valor de la economía de Estados Unidos.



Esta es la mejor prueba de que su política económica, con todo y reformas "estructurales", sólo sirve para concentrar el ingreso en una minoría, que se lleva el dinero al extranjero.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Three Muslim-Americans murdered in North Carolina by gunman (Updated)
US Politics Adam Horowitz and Alex Kane on February 11, 2015 - See more at: http://mondoweiss.net/2015/02/americans-murdered-carolina#sthash.5ajvGA5F.dpuf

Three young Muslim-Americans were killed yesterday evening in Chapel Hill, North Carolina by a gunman who had posted anti-religious messages on his Facebook. The victims’ names are: 19-year-old Razan Mohammed Abu-Salha; 21-year-old Yusor Mohammed Abu-Salha; and 23-year-old Deah Shaddy Barakat.
Barakat was a dental student at the University of North Carolina. Yusor Mohammad Abu-Salha was Barakat’s wife, and was set to start dentistry school next academic year. Razan Mohammed Abu-Salha was the sister of Yusor. Barakat and Abu-Salha were married last December.
Chapel Hill Police have named 46-year-old Craig Hicks as a suspect. He has been charged with murder and is said to have killed them “execution style” with shots to the head. The police have released a statement saying its “preliminary investigation indicates that the crime was motivated by an ongoing neighbor dispute over parking.”
VICE News has more on Hicks:
The owner of [a Facebook page believed to belong to Hicks] frequently posted anti-religious messages. He is a member of groups including “Friends of Freedom From Religion Foundation,” and “Atheism on Youtube.” There are also multiple posts directly referring to Muslims, and a picture of a revolver on a weighing scales with the comment: “Yes, that is 1 pound 5.1 ounces for my loaded 38 revolver, its holster, and five extra rounds.”
VICE News could not independently verify that this page belonged to him.
The News & Observer based in Raleigh, North Carolina reports that the father of the Abu-Salha sisters believe the murder was a hate crime, and that Hicks had harassed Barakat and Abu-Salha in the past:
But the women’s father, Dr. Mohammad Abu-Salha, who has a psychiatry practice in Clayton, said regardless of the precise trigger Tuesday night, Hicks’ underlying animosity toward Barakat and Abu-Salha was based on their religion and culture. Abu-Salha said police told him Hicks shot the three inside their apartment.
“It was execution style, a bullet in every head,” Abu-Salha said Wednesday morning. “This was not a dispute over a parking space; this was a hate crime. This man had picked on my daughter and her husband a couple of times before, and he talked with them with his gun in his belt. And they were uncomfortable with him, but they did not know he would go this far.”
Abu-Salha said his daughter who lived next door to Hicks wore a Muslim head scarf and told her family a week ago that she had “a hateful neighbor.”
“Honest to God, she said, ‘He hates us for what we are and how we look,’” he said.
The case has rocked the Muslim-American community, who have taken to social media to mourn and vent their outrage at what they say is a lack of media attention to the case. Many Twitter uses have used the hashtag #MuslimLivesMatter to bring attention to the killings, a nod to the #BlackLivesMatter hashtag that has come to symbolize the anti-police brutality movement. Nihad Awad, the head of the Council on American Islamic Relations, said in a statement that “based on the brutal nature of this crime, the past anti-religion statements of the alleged perpetrator, the religious attire of two of the victims, and the rising anti-Muslim rhetoric in American society, we urge state and federal law enforcement authorities to quickly address speculation of a possible bias motive in this case.” –
Friends of the three victims have posted a Facebook page to memorialize them: Deah, Yusor, and Razan have returned to their Lord. To Him we belong and to Him is our return. They have been murdered in cold blood and will undoubtedly as a result be resurrected with the best of people on the day of judgement and the day of true justice. This in fact makes them winners. This page is intended to facilitate communication and will hopefully carry on their legacy of service, great character and joy for life. Deah Barakat was a Syrian-American who was raising money to send dentists to Syrian refugee camps in Turkey.

The Guardian reports that Barakat had recently gone to Palestine to do relief work. The Abu-Salhas are reportedly Palestinian-Americans. - 

martes, 10 de febrero de 2015

Kiev’s Bloody War Is Backfiring
And the War Party is pushing to prop up their Ukrainian sock puppets
by Justin Raimondo, February 09, 2015

When Ukrainian army officers came to the Ukrainian village of Velikaya Znamenka to tell the men to prepare to be drafted, they weren’t prepared for what happened next. As the commanding officer was speaking, a woman seized the microphone and proceeded to tell him off: "We’re sick of this war! Our husbands and sons aren’t going anywhere!" She then launched into a passionate speech, denouncing the war, and the coup leaders in Kiev, to the cheers of the crowd.
What she did is now a crime in Ukraine: the only reason she wasn’t arrested on the spot is that the villagers wouldn’t have permitted it. But in Ukrainian Transcarpathia, well-known journalist for Ukrainian Channel 112 Ruslan Kotsaba has been arrested and charged with "treason" and "espionage" for making a video in which he declared: "I would rather sit in jail for three to five years than go to the east to kill my Ukrainian brothers. This fear-mongering must be stopped." Kotsaba may sit in jail for twenty-three years, the prescribed term for the charges filed against him.
Kotsaba’s arrest is part of a desperate effort by the Ukrainian government to intimidate the growing antiwar and anti-draft movement, which threatens to upend Kiev’s dreams of conquering the rebellious eastern provinces. Kotsaba’s particular crime, according to prosecutors, was in describing the conflict as a civil war rather than a Russian "invasion." This is a point the authorities cannot tolerate: the same meme being relentlessly broadcast by the Western media – that an indigenous rebellion with substantial support is really a Russian plot to "subvert" Ukraine and reestablish the Warsaw Pact – now has the force of law in Ukraine. Anyone who contradicts it is subject to arrest.
Also subject to arrest, and worse: the thousands who are fleeing the country in order to avoid being conscripted into the military. In a Facebook post that was quickly deleted, Defense Minister Stepan Poltorak wrote: “According to unofficial sources, hostels and motels in border regions of neighboring Romania are completely filled with draft dodgers.” President Petro Poroshenko, the Chocolate Oligarch, is readying a decree imposing possible restrictions on foreign travel for those of draft age – which means anyone from age 25 to 60. Ukrainians may soon be prisoners in their own country – but they aren’t taking it lying down.
Draft resistance is at an all-time high: a mere 6 percent of those called up have reported voluntarily. This has forced the Kiev authorities to go knocking on doors – where they are met either with a mass of angry villagers, who refuse to let them take anyone, or else ghost towns where virtually everyone has fled. In the Transcarpathia region of western Ukraine, entire villages have been emptied, the inhabitants fleeing to Russia to wait out the war – or the fall of the Kiev regime, whichever comes first. "It may seem a paradox," says Transcarpathia’s chief recruitment officer, "but from the western Ukrainian region of Ternopyl people have fled to Russia in order to escape army conscription." The frantic Ukrainian regime is now contemplating conscripting women over 20.
Poroshenko’s military mobilization is due not only to numerous setbacks in the east – Ukrainian troops are being pushed back on all fronts by highly motivated rebels defending their own towns and villages – but also because thousands are deserting, throwing down their arms and fleeing to Russia. In response, the Ukrainian parliament has passed a law authorizing local commanders to shoot deserters on the spot.
With Poroshenko’s war looking like a major disaster, one that could easily topple his EU/US-installed regime, the War Party in the US is turning up the heat, demanding that Washington provide Kiev with arms. Sen. John McCain is – naturallyleading the charge, but prominent liberals are also in the front ranks, with leading scholars of the Brookings Institution recently calling for heavy weapons to be sent. That provoked a response from a dissident within Brookings, former State Department official Jeremy Shapiro, who argues that the Ukrainian conflict is a civil war that cannot have a military solution, and is more than likely to provoke a dangerous military confrontation with Russia.
The Obama administration is under considerable pressure from within the President’s own party to start arming the Ukrainian army, but America’s European allies are reluctant to let this war go on much longer, especially now that their sock puppet Poroshenko is increasingly unpopular. With protests erupting all over western Ukraine, Germany’s Angela Merkel is openly opposing escalation of the war. She made that clear at a recent conference in Munich, where Merkel spoke after returning from talks with Russia’s Vladimir Putin and French President Francois Hollande. Meanwhile, on the sidelines, McCain was telling reporters: "If we had provided Ukraine with weapons they wouldn’t have had to use cluster bombs."
They don’t call him "Mad John" for nothing.
The United States is providing the Kiev regime with military training, and we already have American boots on the ground there, ostensibly to "strengthen the rule of law." What that means in practice is that we are bolstering a government that has declared war on its own people, and is rapidly closing off all legal means of dissent – charging political opponents with "treason," banning political parties, and unleashing ultra-nationalist mobs on anyone who dares dissent. While the US State Department regularly canoodles with Russian "dissidents" who defile Orthodox churches and bare their breasts for the Western cameras, you won’t hear Marie Harf so much as mention Ruslan Kotsaba’s name. As far as I know, the Global Post is the only Western media outlet that has noted his existence – and I’ve not seen a single mention in English about his arrest.
Ukraine is a tripwire that could easily set off World War III – and US provocations are edging closer to that by the day. The crisis was initiated by Washington’s regime-change campaign which succeeded in violently overthrowing elected President Viktor Yanukovych, whose electoral victory was made possible by the criminal incompetence and outright thievery of his predecessor, US-supported Viktor Yushchenko. The so-called "Orange Revolution" led to economic chaos, rampant corruption, and the unleashing of a virulent nationalist current that has culminated in the rise of open neo-Nazis taking seats in the Ukrainian parliament. We are seeing its openly fascistic culmination in the current gang lording over Kiev.
All this was done in the name of sticking a finger in Vladimir Putin’s eye, whose great sin has been kicking out thieving oligarchs and opposing US pretensions to global hegemony. Washington’s ultimate goal is regime-change in the Kremlin, and the reinstallation of a Yeltsin-like sock puppet who, when Washington says "Jump!", will answer: "How high?"
That they’re willing to risk World War III in order to achieve their goal underscores the sheer craziness of US foreign policy. The latest official US "National Security Strategy" puts the new cold war at the center of Washington’s military-diplomatic vision – an emphasis so monstrously misplaced that it’s hard to believe they’re serious. Yet you had better believe it: this is what we can expect from a future Democratic administration, if one should come to pass, with Hillary Clinton taking her husband’s Slavophobia – remember the Kosovo war? – to new heights of unreason.
The US has no business interfering in Ukraine’s civil war, and no legitimate security interest in the question of who gets to administer Crimea – which has been Russian since the days of Catherine the Great. The idea that we are going to confront Russia over this issue is dangerous nonsense – and, unfortunately, it is just the sort of nonsense politicians of both parties find hard to resist.
There are even some ostensible "libertarians" who can’t resist the temptation to refight the cold war, notably the voluble and well-placed NATO-tarian faction of "Students for Liberty" (SFL), who denounced Ron Paul for his supposedly "pro-Putin" (i.e. anti-interventionist) statements on Ukraine. Ron is appearing at their upcoming "International Conference," with several of the loudest NATO-tarians in attendance: one hopes he’ll give them a good talking to, although perhaps a spanking is more appropriate for these noisy brats. These juvenile blatherskites claim "Compelling arguments can be made for both advocates of globalist and noninterventionist foreign policy positions," but aver that "Ron Paul has crossed the line." It is they who have crossed the line: no libertarian is or can be an advocate of a "globalist" foreign policy – because conquering the globe is, you know, a statist thing.
Of course now that Ukraine – where SFL held a conference – is jailing draft-resisters and clamping down on all dissent, we don’t hear a peep from these adolescent cold warriors. They talk a lot about "liberty," but not in places where it can get them into trouble.
The main danger to liberty and peace in the world isn’t in the Kremlin, or Peking, or North Korea – it’s right here in these United States of America, in the global epicenter of evil otherwise known as Washington, D.C. This, our "libertarian internationalists" claim, is vulgar "anti-Americanism," but these foreigners have little conception of what true Americanism is all about. The Founding Fathers of this country are rolling in their graves as the usurpers in Washington sully the good name of America with the blood of innocents worldwide and defile the Constitution in the process. True Americanism means opposing these monsters as they rampage over the earth and destroy our civil liberties at home – not dutifully echoing their rationalizations for endless wars of aggression.
Important Addendum: If you’ve been to our front page, instead of coming directly to this space, you’ll note that we are in the midst of an emergency fundraising campaign – with emphasis on the word emergency. No, I won’t bore you with the usual give-us-money-now boilerplate: I just want to point out one important and quite pertinent fact.
The case of the above-mentioned Ruslan Kotsaba is being reported exactly nowhere in the Western major media. I repeat: nowhere. The German media has picked up on it, and the Japan Times has a story about it. This somewhat obscure news service, which seems to be centered on overseas news, is carrying a brief story. A very teeny tiny item mentions it on Radio Free Europe, the US government funded propaganda mill, but naturally gives zero details. And that’s about it. You probably won’t read much about it in the “mainstream” media – even though Kotsaba is himself a journalist, and you’d expect other journalists to pay attention.
Except when we’re in the midst of a new cold war with Russia and the propaganda mill is furiously turning.