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Zapata

lunes, 30 de diciembre de 2013

México 2014 Segunda parte (30 de Diciembre 2013)

En lo que respecta a la explotación de los recursos naturales, según la OCDE, México es el único miembro de esa organización que pierde bosques y selvas cada año, a razón de 155 mil hectáreas, colocándolo en el lugar número 21 a nivel mundial dentro de los países que más pierden estos recursos.

La mayor parte de esa pérdida se debe a empresas y aserraderos clandestinos que devastan bosques y selvas; y otra parte lo hacen los campesinos que requieren tierras para sembrar (incluso los que se vinculan con el crimen organizado para sembrar marihuana u adormidera). 

Lo que se pierde cada año por deforestación e incendios es casi tres veces más de lo que se obtiene por producción maderable (15 mil millones de pesos de pérdidas, contra 6 mil millones de pesos de producción de madera).

Por si fuera poco, hay más de 2600 especies de animales en alguna categoría de riesgo, lo que pone en jaque la biodiversidad del país. De hecho, el 28.7% de los ecosistemas naturales del país ya se perdieron definitivamente.

Parte importante de la responsabilidad por lo que sucede en el medio ambiente mexicano tiene que ver con las empresas mineras, principalmente los grandes consorcios mexicanos y canadienses, que han devastado zonas enteras del país, para obtener oro, plata, cobre y decenas de minerales más, por un pago prácticamente simbólico de impuestos (sólo el 0.3% de su producción, lo que da utilidades del orden del 93.5%) .

Las empresas canadienses tienen en su poder el 95% de la producción de oro y plata y el 97% de la de cobre del país. Según un estudio del investigador Carlos Alberto Durand de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las empresas mineras obtuvieron  ingresos por 552 mil millones de pesos entre 2005 y 2010, y sólo pagaron de impuestos 6500 millones de pesos.

Para resumir, en el ámbito económico y social el modelo aplicado en México los últimos 30 años ha sido un fracaso, e incluso la OCDE coloca a nuestro país en el penúltimo lugar de la organización (sólo ligeramente arriba de Turquía) conformada por 34 países, en el Indice de Mejor Vida, calificándolo con cero (las calificaciones van de 0 a 10) en el rubro de seguridad; está en el último lugar en educación con 3.3 de calificación; y en ingresos con un promedio de 12,182 dólares anuales, quedó muy lejos del promedio de los países de la organización que es de 22,284 dólares anuales, por lo que recibió una calificación de 0.7.

Increíblemente los mexicanos, a pesar de estas condiciones de vida, se sienten satisfechos con su vida en general, pues alcanzaron un puntaje en este rubro de 6.7, lo que en parte explica el porqué nuestros gobernantes y la élite económica abusan continuamente de la población, pues el pueblo mexicano ha demostrado que se adapta a condiciones de vida muy bajas, y prefiere no cuestionar, ni protestar por la situación social tan lamentable en la que se encuentra. Las calificaciones en otros rubros fueron 3.3 en vida laboral; 3.6 en vivienda y 3.7 en salud.

Como ya se comentó, es el rubro de seguridad el peor, pues México tiene la tasa de asesinatos más alta en la OCDE. El propio gobierno de Peña Nieto dio a conocer que en el primer año de su mandato se registraron 16,736 homicidios dolosos y 14,796 culposos; mientras que se denunciaron 1,704 secuestros en todo el país y 8,017 denuncias de extorsiones.

Así, en materia de seguridad, aunque el gobierno afirma que en todos los rubros hay disminuciones (excepto en secuestros), es el que más preocupa a la población y a la comunidad internacional, a pesar de que en los últimos 9 años los recursos destinados a seguridad pública pasaron de 50,936 millones de pesos (2006) a 153,985 millones de pesos (presupuesto para 2014), un aumento del 302%; y de que por ejemplo los efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional aumentaron en los últimos 37 años de 92,559 a 212,208 (un 229% más).

Se aprecia así que el aumento de personal y de presupuesto a lo largo de los años no ha servido para disminuir la criminalidad y la inseguridad, y esto es así porque el el Estado mexicano se caracteriza por ser un estado cleptocrático; esto es, está dedicado a succionar recursos de la sociedad en beneficio de gobernantes y élites económicas, y no para buscar resolver los grandes problemas nacionales.

Los que llegan al gobierno lo hacen para enriquecerse, lo ven como un botín; y las burocracias ven sus áreas de responsabilidad como su patrimonio, como su "coto privado de caza".

De ahí que los problemas en todos los ámbitos de la vida nacional crezcan y se compliquen más año con año, hasta que llegan a un punto de crisis que obliga a gobernantes y grandes empresarios a buscar quien debe pagar "los platos rotos", y como siempre es el pueblo el que debe cargar con los costos, no ellos.

Este modelo depredador lleva inevitablemente a explosiones de ira y de protesta de algunos sectores de la población, que se sienten desesperados ante su situación (campesinos, estudiantes, maestros). Por ello los gobiernos neoliberales han fortalecido el aparato de seguridad, que no está enfocado realmente a combatir a las organizaciones criminales y la delincuencia común, sino a aplastar cualquier intento de la población por inconformarse o responder violentamente ante la explotación de que es objeto.

De ahí vienen las amenazas del encargado de la represión, el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, que ha estado insistiendo las últimas semanas sobre la respuesta contundente que dará el Estado a quien no se sume, y por el contrario, se oponga a las reformas recientemente aprobadas.

El problema no es querer o no sumarse a dicho modelo, sino que el mismo es excluyente y está diseñado sólo para el 20% de la población que se lleva al menos el 50% de los ingresos. Al modelo "le sobran" casi 100 millones de mexicanos, que no tienen forma de conectarse con una economía depredadora, que únicamente busca el lucro y la concentración del ingreso en una minoría, por cierto, cada vez más de origen extranjero.

En lo que respecta a política exterior, en otros artículos de este blog ya se analizó la subordinación del país a las prioridades que dicta Estados Unidos (Proyecto Norteamérica primera y segunda parte; México irrelevante); así como su papel de "Caballo de Troya" para descarrilar proyectos autónomos, especialmente en América Latina (ahora México está coordinándose con otros aliados de Estados Unidos como Australia, Corea del Sur, Turquía e Indonesia, para crear un grupo que pueda oponerse a los BRICS en distintos foros y ámbitos).

En suma, el 2014 será un año en donde las élites política y económica de México querrán consolidar su proyecto de subordinación al gran capital trasnacional, intentando dividir y aplastar la oposición que hay en dicho proyecto, mientras que la izquierda institucional y las organizaciones sociales tendrán que buscar un campo común para intentar detener el avance de este modelo explotador y excluyente.




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