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Zapata

jueves, 26 de diciembre de 2013

Panorama Internacional 2014 Tercera parte (26 de Diciembre 2013)

América Latina

El próximo año habrá elecciones en Brasil, el gigante de América Latina. Hasta el momento todo indica que la presidenta Dilma Rousseff se reelegirá, a pesar de que durante el 2013 tuvo que enfrentar protestas sociales por los altos costos que está generando el Mundial de Fútbol a celebrarse en el 2014, así como por alzas en el transporte público y en contra de la corrupción de funcionarios públicos. Aún así, Rouseff ha respondido con sensibilidad y tino político a dichas protestas y ha comenzado a tomar una ventaja muy grande en las encuestas ante sus posibles rivales, en las próximas elecciones.

Aunque parezca difícil de creer, la manera como se desarrolle el Mundial de Fútbol, entre junio y julio (incluidos los resultados que obtenga la selección brasileña), así como los costos financieros y problemas de logística que se lleguen a presentar, pueden ser aprovechados por la oposición política para disminuir la ventaja de Rousseff (las elecciones son en octubre), y al menos forzar una segunda vuelta.

En el ámbito internacional, Brasil seguirá afianzando su independencia económica respecto a Estados Unidos, profundizando sus relaciones económicas con los otros BRICS (especialmente con China), con el Mercosur y la Unión Europea. De la misma forma, la muy clara posición de la presidenta Rousseff ante Estados Unidos en el tema de espionaje, ha demostrado a Washington que Brasil está dispuesto a enfrentar los desafíos de la potencia hegemónica, sin miedo ni genuflexiones (el caso de México); y de la misma forma, seguirá buscando desarrollar autónomamente sus grandes recursos energéticos, para evitar quedar subordinado a los dictados de las grandes empresas transnacionales (nuevamente el caso de México).

Por lo que respecta a Argentina, habrá elecciones presidenciales en 2015, y la presidenta Cristina Fernández ha asegurado que no se presentará a ningún cargo electivo (ya no puede reelegirse de nuevo), lo que abrirá el abanico de candidaturas y por supuesto fortalece la estrategia de la oposición (que obtuvo triunfos importantes en las elecciones parlamentarias de este año) para descarrillar el proyecto del gobierno actual, que ha sacado de la miseria a millones de argentinos y se ha enfrentado a los organismos financieros internacionales y a los capitales especulativos, que han querido mantener sumido en la depresión y el vasallaje a este país.

Las posibilidades de Argentina de mantener el rumbo actual son menos promisorias que en Brasil, ya que en el bando de la presidenta Fernández no se advierte ningún liderazgo fuerte y carismático que pueda entrar de relevo; además, las constantes protestas instigadas por la élite empresarial argentina y parte del aparato de seguridad, que sigue identificado con sus mentores estadounidenses, dificultan la estabilidad social, tal como se ha podido apreciar con las huelgas de la policía, que abrieron la puerta a saqueos en distintas partes del país.

Por lo que respecta a Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro obtuvo un muy importante triunfo en las elecciones municipales de este año, pues con ello afianzó su liderazgo (a pesar de los traspiés que tiene en sus discursos), pues fortaleció la presencia del proyecto "chavista" en donde más aceptación tiene, esto es, en la zona rural, en pueblos y ciudades pequeñas, y en los barrios populares de las principales zonas metropolitanas.

Maduro y su gobierno van a seguir sufriendo los embates de la oposición política, financiada por la élite empresarial venezolana, así como el continuo hostigamiento de Estados Unidos a nivel internacional. Sólo un liderazgo firme, honesto (lo que en los países latinoamericanos se dificulta mucho), unido y con visión estratégica podrá soportar las muchas presiones internas y externas que el capital transnacional, el local y Washington van a ejercer para desestabilizar al gobierno actual de Venezuela, por lo que el 2014 será otro año de prueba para este país.

En Colombia, todo indica  que el presidente Juan Manuel Santos se reelegirá en el 2014, con lo que continuará el proceso de negociación con las FARC, que han debido aceptar las negociaciones con el gobierno, sin un cese al fuego de por medio, lo que ha debilitado su posición, pues el Ejército colombiano les ha infligido duros golpes; además del programa de asesinatos de sus dirigentes, que realiza un equipo especializado conformado por estadounidenses y colombianos, con inteligencia proporcionada por las agencias de Estados Unidos.

En todo caso, Colombia se mantendrá firmemente en el bando de Washington, junto con Perú, Chile (no cambia nada el que nuevamente esté en la presidencia Michelle Bachelet) y por supuesto México, que seguirán jugando el papel de "Caballos de Troya", para desestabilizar los distintos proyectos sudamericanos autónomos como el ALBA, el Mercosur e incluso ese engendro que supuestamente intenta sustituir a la OEA, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Por lo que respecta a Centroamérica, los altos niveles de violencia que afectan a la región, su escaso desarrollo económico y dependencia respecto a Washington, así como su muy deficiente proceso de integración, mantendrán a la región (con las excepciones de Costa Rica y Panamá que tienen economías mejor estructuradas) sumida en el subdesarrollo.

Nicaragua es un caso especial, pues si bien mantiene una política exterior más independiente respecto a Estados Unidos, el que Daniel Ortega prácticamente se haya entronizado como presidente vitalicio de ese país, con importantes concesiones para la élite económica, debilita seriamente la democracia y deja la supuesta posición independiente de Managua, más como una pose, que como una realidad.

Cuba sigue intentando mantener su sistema semisocialista, con menos posibilidades de lograrlo en el mediano plazo, pues la única forma que el gobierno de Raúl Castro tiene de evitar una miseria profunda de la mayoría de la población, es abriendo cada vez más el cerrado sistema económico de la isla, lo que supone la gran oportunidad para los cubanos de Miami y el capital estadounidense ansioso de regresar a la isla de posicionarse, y una vez que inevitablemente los Castro mueran, transitar rápidamente a un sistema capitalista pleno, sin ningún tipo de transición pactada.


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