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Zapata

lunes, 14 de marzo de 2022

 LÓPEZ OBRADOR SE BURLA DE LA OPOSICIÓN, MIENTRAS LA INSEGURIDAD SE EXTIENDE EN EL PAÍS

Hoy, en su conferencia “mañanera” el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se pitorreó de la oposición, al señalar que ya deberían empezar a seleccionar a sus posibles candidatos a la presidencia de la República[1], incluyendo a la “sociedad civil” (entre carcajadas); y formuló una lista de posibles aspirantes, entre ellos algunos que ya manifestaron su deseo de participar: la senadora Lilly Téllez, el senador Damián Zepeda, el diputado federal Gabriel Quadri, la diputada federal Margarita Zavala, el diputado federal Santiago Creel, el empresario Claudio X. González Guajardo; los dirigentes del PAN Marko Cortés y el del PRI Alejandro Moreno; y hasta los periodistas Carlos Loret y Carmen Aristegui.

Obviamente AMLO aprovecha el “destape” que sobre sus intenciones de buscar alguna candidatura presidencial, expresaron en estos últimos días Zepeda, Quadri y Téllez, para lograr varios objetivos.

Primero, desviar la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública del desastre en materia de inseguridad y violencia que vive el país todos los días, con matanzas, enfrentamientos entre cárteles y/o contra las autoridades federales y estatales; desplazamientos forzados de población civil, desapariciones, etc. en distintas entidades de la República (Michoacán, Zacatecas, Colima, Tamaulipas, Sonora, Guanajuato, Quintana Roo, etc.).

La realidad es que el gobierno de AMLO ha fracasado rotundamente en su objetivo de contener y disminuir la violencia, la inseguridad y la impunidad prevalecientes en el país. Tal como fracasaron los gobiernos priístas y panistas del pasado.

Pero como ya sabemos, AMLO nunca puede aceptar que se ha equivocado,;que su gobierno no ha alcanzado las metas que se ha fijado o que han aplicado estrategias ineficaces contra el crimen organizado (o de plano no han tenido estrategia alguna), por lo que es mejor desviar la atención de esta mega crisis de inseguridad, violencia e impunidad que sufre el país; y también, seguir culpando de todo a los gobiernos anteriores.

En segundo lugar, AMLO sigue metiendo la pata en grande en materia de política exterior, esta vez contestando una resolución aprobada por el Parlamento Europeo en la que se condena a México por las muertes de periodistas y el acoso que desde el Poder Ejecutivo Federal se ejerce contra comunicadores y reporteros.

Sin duda, la resolución peca de desinformación, exagera en muchos sentidos y no contextualiza adecuadamente la situación en la que trabajan los periodistas en México.

Pero la contestación arrabalera que el propio presidente aceptó haber redactado, junto con su “camorrero” Director de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuevas, es una vergüenza para nuestra política exterior, no sólo por no utilizar un discurso diplomático, e incluir descripciones de todos los parlamentarios europeos como “borregos”, sino porque no puntualizó, aclaró con suficiencia y detalló las pifias, desinformaciones y exageraciones de la condena del Parlamento; sino que también mintió  al señalar que México, nunca había enviado armas a países enfrascados en conflictos internacionales, cuando por ejemplo, el gobierno de Lázaro Cárdenas sí envió ayuda militar a los republicanos españoles en su lucha contra las fuerzas franquistas.

Tercero, el presidente necesita desviar el foco de la presión política y social de su aliado, el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, que fue grabado ilegalmente, en una conversación telefónica con su segundo de abordo, Juan Ramos, discutiendo una resolución de la Suprema Corte sobre un posible amparo a dos mujeres que fueron parte de la familia política de Gertz, a las que éste ha acusado de haber “asesinado” a su hermano Federico, por malos tratos y falta de atención médica.

Así, el fiscal fue pillado comentando la estrategia a seguir, en un asunto que le interesa en lo particular, y en el que como funcionario público involucrado en el caso, debió haberse excusado.

Y sin embargo, se advierte que por el contrario, está usando todo el poder de su institución para que el caso corra en su favor, e incluso hay expresiones suyas en las que se advierte que tenía el “acuerdo· de algunos ministros de la Suprema Corte, para que le ayudaran en el mismo.

Es decir, un verdadero cochinero, de uso indebido de recursos públicos para su beneficio; tráfico de influencias, flagrante intervención de un poder constitucional en otro, para lograr los objetivos particulares del fiscal Gertz.

AMLO ha querido contextualizar toda esta serie de violaciones a la ley, como uno más de los intentos por golpear a su administración, en este caso “atacando” a Gertz, porque “lo quieren tirar”, para así perjudicar al gobierno de la “cuarta transformación”.

Gertz mismo ya asumió ese mismo discurso, sin hacer referencia alguna al evidente abuso de poder de su parte, utilizando su posición para litigar e influir en otro poder, en un asunto de su incumbencia particular, para ganar el caso.

En cuarto lugar, AMLO está percibiendo correctamente, que su final de sexenio puede ser caótico, con un aumento brutal de la violencia, la inseguridad y la impunidad en el país; con una inflación desatada, que se está comiendo rápidamente los importantes aumentos logrados a los salarios mínimos y contractuales; una creciente fricción en la relación con Estados Unidos y la Unión Europea, por la propuesta de reforma eléctrica de AMLO, que afecta duramente los intereses de las grandes empresas eléctricas y en general, las dedicadas a la energía, estadounidenses y europeas; un aumento de la animadversión en su contra, de la mayoría de los medios de comunicación y de los principales periodistas y comunicadores; y una progresiva insatisfacción de los precandidatos que, al menos hasta ahora, no parecen tener posibilidades de obtener la candidatura presidencial del partido oficial, Morena, como el caso del senador Ricardo Monreal y del canciller Marcelo Ebrard, lo que le puede complicar la nominación de su preferida, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Por todo lo anterior, AMLO decidió utilizar como “payaso de la cachetadas” a varios impresentables miembros de la oposición, que increíble y cómicamente creen que tienen alguna posibilidad, ya no digamos de competir efectivamente por la presidencia contra la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum (que para todo efecto práctico sería una pésima candidata, dado su nulo carisma y su inveterada ineficiencia en los cargos públicos que ha ocupado), quien cuenta con el respaldo de todo el aparato gubernamental y de la vasta clientela política morenista, bien aceitada con miles de millones de pesos del presupuesto; sino incluso de ser candidatos de la disminuida y desorientada oposición política, en donde si decidieran elegir a demagogos gritones, sin proyecto y que no representan a nadie, como Quadri, Zavala, Téllez o Zepeda, entonces la candidata de AMLO ni siquiera tendría que hacer campaña, pues cualquiera de ellos se enterraría con sus declaraciones y discursos frívolos y totalmente alejados de la realidad de la mayoría de los mexicanos.

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