El ‘arma secreta’ de los priistas para volver
Si bien ha perdido fuerza política
con el tiempo, el PRI podría convertirse en un factor decisivo para el futuro
político del país.
septiembre 12, 2021
El PRI, el partido que hace
tres años tenía la presidencia de la República y la mayoría de los gobiernos
estatales, está hoy convertido en ‘un partidito’ al que,
después de los cambios de los gobiernos estatales, le quedarán solo cuatro
gobernadores en todo el país.
Pues, este partidito podría
convertirse en un factor decisivo para el futuro político del
país.
Le explico.
Una de las dudas que se han
expresado respecto a la permanencia del llamado bloque opositor en la Cámara de
Diputados es la actitud que asumirá el PRI frente a diversas
iniciativas de Morena.
El nombramiento de Rubén
Moreira, un político cercano a los morenistas, como coordinador de los
legisladores priistas fue para algunos un indicio de qué podría reaparecer el
llamado PRIMOR, es decir la alianza entre Morena y el partido tricolor. El
pasado 9 de septiembre fue votada en la Cámara de Diputados la nueva Ley
Orgánica de la Armada de México, la cual obtuvo los votos favorables de Morena
y sus aliados pero también de un buen número de legisladores del PRI,
con lo que logró sumar 338 votos, que por cierto, hubiera bastado
para una reforma constitucional.
Puede pensarse que no se
trataba de una iniciativa que vaya a cambiar las perspectivas del país por lo
que no implica que se deshaga el bloque opositor.
Pero, de nueva cuenta volvieron
a sonar las alarmas respecto a la solidez de ese bloque.
Otro indicio se presentó el día
de ayer cuando el gobernador de Sinaloa, el priista Quirino Ordaz, fue
propuesto por AMLO como futuro embajador en España.
En las elecciones del próximo
año no se ve ninguna posibilidad de qué el PRI pueda obtener algún triunfo.
De las seis que se van a
realizar, el PRI gobierna en dos, Hidalgo y Oaxaca, y lo más
probable es que las pierda frente a Morena.
En las otras cuatro gobierna el
PAN o coaliciones que fueron encabezados por este partido, se trata de Aguascalientes,
Durango, Quintana Roo, y Tamaulipas. Aunque se ve complicado el panorama
para los panistas, es probable que haya más competencia en esas entidades.
Si el PRI pierde sus dos estados
el próximo año, quedaría solo gobernando en 2023 solo dos entidades en
la República, el Estado de México y Cuahuila.
Precisamente esos dos estados
habrán de renovar gobernador en el 2023.
A pesar de la presencia
relevante en la Cámara de Diputados, el PRI se estaría convirtiendo en un
partido muy pequeño en cuanto a las gobernaturas que tiene.
El debilitamiento del tricolor,
paradójicamente, puede darle fuerza.
Como le he comentado
insistentemente en este espacio, la única posibilidad de qué haya una
competencia política efectiva en 2024, depende de que haya una alianza
opositora.
Si el PRI se convierte en otro
de los partidos aliados del gobierno, crecen las posibilidades de que Morena
retenga la presidencia así como las mayorías en el Congreso y el control de la
mayoría de los estados.
En la perspectiva política de
los próximos años, el PRI se estaría convirtiendo en un auténtico
“partido bisagra” es decir, aquel que tiene la capacidad para inclinar
la balanza hacia uno u otro lado, de acuerdo con las alianzas que realice.
Tampoco es descartable
que pueda darse una división del tricolor. Hay algunos dirigentes y
legisladores que pueden encontrar en las posiciones de morena puntos de vista
que no son muy distantes de los que alguna vez sostuvieron los priistas.
Per también hay otros que ven a
Morena claramente como adversario. Por eso el riesgo de división.
Un indicio importante podría
venir en las próximas semanas pues se espera que en este periodo ordinario de
sesiones del Congreso llegue la propuesta de la reforma constitucional
en materia eléctrica que tratará de asegurar la preminencia de la
Comisión Federal de Electricidad en el curso de los siguientes años o incluso
décadas.
Esta propuesta podría ser una
prueba para observar el comportamiento político de los priistas pues
implicaría la primera gran reversa de la reforma energética de Enrique
Peña a nivel constitucional.
En otros aspectos de la reforma
energética se han tomado decisiones administrativas o incluso algunos cambios
legales que buscan hacerla retroceder pero hasta ahora no ha existido ninguna
modificación constitucional.
Habrá que ver si el PRI
defiende la reforma que fue planteada por un gobierno priista o bien apoya a
Morena en su intento de regresar al esquema que también fue establecido por
gobiernos priistas del pasado.
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