López-Gatell y los ‘niños
golpistas’, ¿el Waterloo de la 4T?
Fue
tan abrumadora la crítica, que López-Gatell ayer tuvo que señalar que sus
palabras fueron malinterpretadas y que empatiza con los padres de los niños con
cáncer.
Coordenadas
junio 30, 2021
Hugo López-Gatell llegó a
extremos que algunos no imaginaban cuando señaló que las protestas de padres de
familia de niños con cáncer tenían un tono golpista.
Después de que el lunes pasado
hizo esas declaraciones en el programa El Chamuco, entrevistado por algunos
caricaturistas de La Jornada, partidarios de AMLO, desató un
tsunami de críticas en todos los planos.
Para algunos era inconcebible
que el subsecretario de Salud, encargado de coordinar el combate a la pandemia,
fuera tan inhumano, tan falto de empatía y tan ajeno al dolor de quienes están
padeciendo la escasez de medicamentos oncológicos.
Fue tan abrumadora la crítica
que López-Gatell ayer tuvo que señalar que sus palabras fueron malinterpretadas
y que empatiza con los padres de los niños con cáncer.
No hay remedio. La aclaración
no convence. La imagen que quedó es la que disparó cientos de memes en las
redes sociales en donde el funcionario acusa a los pequeños sujetos a
quimioterapias de conspirar para dar un golpe de Estado al gobierno.
No recuerdo ninguna otra
ocasión en la que la opinión de las redes sociales se haya volcado de manera
tan masiva en contra de un personaje.
Pero, aunque usted no lo crea,
al igual que quienes lo invitaron a su programa y lo entrevistaron, muchos
simpatizantes de Morena, de la 4T y de AMLO salieron a la defensa del
funcionario.
Quienes lo defendieron, creen
en verdad que las movilizaciones como la que se ha anunciado el día de hoy a
partir de las 9 a. m., bloqueando los accesos del AICM, son parte de una
conjura internacional en contra del gobierno de López Obrador.
Creen que en realidad los niños
afectados por algún cáncer están bien atendidos y que quienes han organizado
las movilizaciones son un puñado de personas financiadas por la mafia
farmacéutica y por intereses ‘inconfesables’ (como se decía en la época
diazordacista) para desacreditar al gobierno de AMLO y desatar impulsos
golpistas.
De acuerdo con los expertos en
psicología social, puede haber un momento en que ciertos estratos de la
sociedad dejen de percibir la realidad y la vean exclusivamente en los términos
de los anteojos que fijan sus creencias.
Durante el auge del Nacional
Socialismo en Alemania, una parte de la población, simpatizante del grupo
gobernante, señaló que los campos de concentración no existían y eran
propaganda de los enemigos.
En la URSS, durante mucho
tiempo, los partidarios del régimen igualmente consideraban que el Gulag eran
una invención de los capitalistas que intentaban desacreditar al gobierno del
proletariado.
Esos son casos extremos, pero
puedo darle un sinnúmero de ejemplos de cómo la percepción de la realidad se
distorsiona y se ve exclusivamente lo que se quiere ver.
No todos los colaboradores de
AMLO ni todos sus partidarios creen en López-Gatell. De hecho, algunos
integrantes del equipo gobernante lo aborrecen y piensan que su presencia es
una de las peores calamidades que ha padecido el gobierno.
Pero no lo van a expresar
públicamente porque se exponen a que AMLO los fulmine políticamente.
Sin embargo, son estos grupos
quienes han lanzado el SOS respecto a lo que López-Gatell pueda representar
para el gobierno.
¿Por qué un funcionario así
permanece en su cargo y tiene el respaldo del presidente López Obrador?
La razón es que hay una
identificación de percepciones.
No hay grandes diferencias en
los juicios del presidente respecto a la clase media y los dichos del
subsecretario de Salud.
Ambos ven las críticas como una
conspiración de los conservadores para destruir al régimen de la 4T.
El riesgo que Morena y sus aliados
asumen es que, si aceptan seguir en el juego democrático, este tipo de
afirmaciones tenga un costo tan alto, que amenace la continuidad del régimen en
2024.
Quizás, sin darse cuenta,
López-Gatell y quienes lo respaldan están llevando a la 4T a su Waterloo.
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