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Zapata

lunes, 7 de junio de 2021

 

UNA INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS ELECTORALES EN MÉXICO

Se consideraba un referéndum de la gestión del presidente López Obrador a mitad de su periodo gubernamental.

Su partido, Morena tenía como objetivo no sólo refrendar la mayoría absoluta con la que contaba en la Cámara de Diputados (junto con sus aliados PT y PVEM), sino mantener la mayoría de 2/3 para poder modificar la Constitución.

Así también, de las 15 gubernaturas en juego, Morena pensaba ganar en 14 (Querétaro la veía perdida desde el principio).

Si se toma en cuenta lo que preveían ganar el presidente y su partido, los resultados no fueron los esperados, pues en la Cámara de Diputados, Morena junto con PVEM y PT obtendrá entre 295 y 300 diputados, y las 2/3 partes para modificar la Constitución son 333 curules.

Y en las gubernaturas, hasta el momento, Morena va adelante, con posibilidades altas de ganarlas, en 9 gubernaturas (Baja California, Baja California Sur, Colima, Guerrero, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas); en dos todavía está muy cerrado el resultado (Campeche y Michoacán); y perdió en 4 (Chihuahua, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí); con la salvedad de que en San Luis Potosí habría ganado la coalición PT-PVEM que es aliada del gobierno.

En general, el presidente López Obrador (AMLO) y su partido Morena, junto con sus aliados PT y PVEM, tuvieron una jornada ganadora, pero si se toman en cuenta las altas expectativas que se habían formado, el resultado no alcanzó a las mismas.

Un resultado revelador es el de la ciudad de México, en donde hasta el momento, Morena sólo ha refrendado su triunfo en 6 alcaldías (Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Tláhuac, Iztacalco, Iztapalapa y Milpa Alta); en 9 va adelante la oposición (Alvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Tlalplan y Xochimilco) y en una aún está muy cerrada la votación, Cuauhtémoc.

¿Qué explica estos resultados tan adversos para Morena en su principal bastión, en donde gobernó AMLO; en donde la “izquierda” ha gobernado desde hace 24 años?

Según AMLO, la “guerra sucia” fue la causante de que la población de la cd. de México votara contra su partido. Es decir que, para el presidente, los que votaron contra su partido, son unos estúpidos manipulables, que se tragan mentiras y que hacen lo que la “mafia del poder” les dice. Hay un completo desprecio por el electorado que ejerció su derecho de castigar electoralmente a un partido y a un gobierno que sólo han visto por sus “clientelas” políticas en las zonas populares de la ciudad, especialmente en la zona Oriente (en donde se ubican las alcaldías que retuvo Morena), mientras que para el resto de alcaldías ha habido astringencia de recursos, olvido y desprecio, pues Morena y AMLO consideran a las clases medias (principalmente asentadas en la zona Centro-Occidente de la ciudad), como parte de la “mafia del poder”.

Entonces cuál es la sorpresa y el enojo de AMLO, si a lo largo de su gobierno las políticas de su gobierno y las de su subordinada, la jefa de Gobierno de la cd. de México, Claudia Sheinbaum, han ido dirigidas a favorecer a sus clientelas políticas, pero también a perjudicar directamente a las clases medias de la ciudad, y en general, del país.

Y es que a AMLO no le importó que alrededor de 8 millones de personas de la clase media votaran por él y su partido en 2018, con la esperanza de que se combatiera la corrupción, el crimen organizado; se apoyara a las micro y pequeñas empresas (que son las que crean el 70% de los puestos de trabajo en el país), se dignificara el trabajo de los empleados públicos, se aumentara el salario mínimo para recuperar algo del poder adquisitivo perdido; se impulsaran políticas públicas en favor de la ciencia y la tecnología, de las artes y la cultura, del deporte, de las energías limpias, de la ecología, de las mujeres; de una defensa de la soberanía inteligente y sin bandazos.

¿Qué hizo AMLO? Desde el inicio de su gobierno estigmatizó a las clases medias (que en su mayoría votaron por él), como cómplices de la corrupción, de la “mafia del poder”, como encubridores de los gobiernos neoliberales; y actuó en consecuencia, eliminando una serie de programas y políticas públicas en los campos de la ciencia, la tecnología, las artes, la cultura; se olvidó al medio ambiente y se despidieron a miles de empleados públicos, pertenecientes al sector medio, que así se quedaron sin ingresos.

Cuando azotó la pandemia, las micro y pequeñas empresas que dan empleo a la mayoría de la población (es cierto mal pagado, pero aun así, generan el 70% del empleo formal del país), esperaban algún tipo de apoyo gubernamental, para poder seguir pagando salarios y rentas. Sólo el 5% de ellas recibieron magros créditos de 25 mil pesos, que no sirvieron para nada, y un millón 100 mil microempresas fueron a la quiebra, y con ello 10 millones más de mexicanos, que estaban considerados como “clase media baja”, cayeron en la pobreza.

Y qué decir de la inseguridad y la violencia, que se ha mantenido imparable en el país, ante la falta absoluta de una estrategia gubernamental para acotarla y disminuirla.

Por todo ello, las clases medias en la ciudad de México y en varios estados de la República, votaron contra Morena y permitieron así que los partidos tradicionales pongan ahora un dique a los planes presidenciales para cambiar de fondo la Constitución.

AMLO decidió que su enemigo principal era la clase media, ni siquiera su tan mentada “mafia del poder”, a la que si bien ha hecho pagar impuestos que evadían o ha condicionado y en ocasiones retirado concesiones y contratos mal habidos en pasadas administraciones; también sigue adjudicándole contratos de manera directa, sin concursos públicos de por medio; y en especial, a las empresas de aquellos oligarcas que se muestran obsequiosos con él.

Pero él necesitaba un “enemigo” al cual poder estigmatizar y lanzar a sus bases contra él, para intentar cohesionarlas, algo que finalmente no pudo hacer del todo, dado el fallido liderazgo partidario de Mario Delgado, que decidió candidaturas por “cuatismo” y aliándose con impresentables grupos político-mafiosos locales, con tal de ganar la elección.

Así, un saldo negativo de la elección para AMLO y su partido es que acabó por alienarse a la clase media; y ello en la ciudad de México golpeó a su favorita para sucederlo en la presidencia, la nada carismática y poco eficiente Claudia Sheinbaum; quien ahora, más que nunca, necesitará de la protección y el apoyo de su padrino político, AMLO.

El otro saldo negativo para AMLO es que ahora va a necesitar, también más que nunca, para aprobar el presupuesto, al partido mercenario de los juniors hijos de políticos y empresarios corruptos y asociados al crimen organizado, esto es el PVEM, que le va a cobrar realmente caro el apoyo al presidente; seguramente con tajadas enormes del presupuesto, con lo que la tan cacareada lucha contra la corrupción de AMLO se va a diluir muy pronto.

En fin, que los mexicanos siguen votando por partidos y por políticos incompetentes, corruptos, vividores, trepadores y oportunistas, y por lo mismo seguirán teniendo gobiernos mediocres y francamente fracasados, por lo que el dicho de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, calza a la perfección con el pueblo de México.

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