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Zapata

jueves, 24 de junio de 2021

 

SIGUE LA GUERRA DE AMLO CONTRA LA CLASE MEDIA

Hoy en su conferencia “mañanera” el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) siguió con su interminable guerra contra la clase media mexicana, por haber votado en contra de su coalición de partidos, en las pasadas elecciones del 6 de junio, en las principales ciudades del país; pero especialmente en la ciudad de México, la cuna del lopezobradorismo.

Para AMLO el que la mayoría de las clases medias del país ya no le dieran su voto a los partidos que lo apoyan (Morena, PT, PVEM y PES), fue producto de que se dejaron “manipular” por la “guerra sucia” del “conservadurismo”. Votaron sin informarse y sin saber por quienes votaban.

Según AMLO, esas clases medias son racistas, clasistas, “aspiracionistas”, están a favor de la corrupción, son manipulables y hoy llegó al colmo al decir que son como las clases medias de la Alemania Nazi que favorecieron la llegada de Hitler al poder; como las que apoyaron el golpe de Estado contra Allende en Chile y como las que apoyaron a Victoriano Huerta en el golpe de Estado contra Francisco I. Madero aquí en México.

Bueno pues si son todo eso, uno se pregunta, para qué querría él y su inmaculada coalición de bondadosos, honestos, trabajadores, pagadores de impuestos y nacionalistas mexicanos que apoyan su proyecto, que dichas clases medias votaran y se sumaran a AMLO y a sus bases clientelares.

Al contrario, qué bueno que esos racistas, corruptos, mentirosos, manipulables, estúpidos, nazis y fascistas se queden apoyando al PAN, al PRI y al PRD (y también al Movimiento Ciudadano). ¿Para qué los quiere en su proyecto?

Lo que pasa es que una parte nada despreciable de esos a los que él ahora descalifica, desprecia y abomina (hasta 8 millones), votaron por él y su coalición gobernante en 2018.

Y claro, él esperaba que siguieran haciéndolo en este 2021.

Pero da la casualidad de que esos clase-medieros esperaban que no los corrieran de su trabajo, como lo hizo AMLO al despedir a miles de burócratas que votaron por él, y que esperaban mejorar su situación con la llegada de la “izquierda” al poder. Lo que recibieron a cambio fue perder su trabajo.

Cientos de miles de micro y pequeños empresarios esperaban que con la llegada al poder de la “izquierda”, se apoyaría a este sector que es el que genera el 70% del empleo formal del país.

No hubo ningún tipo de apoyo y por el contrario, cuando golpeó la pandemia y con ella los cierres obligados de actividades, no hubo ayuda del gobierno federal, ni del gobierno de la ciudad de México para estos clase medieros, lo que ocasionó la quiebra de 1 millón cien mil negocios, el despido de cientos de miles de empleados, y el aumento de la pobreza del país en 10 millones de personas.

Los ecologistas esperaban que con la llegada de la “izquierda” al poder, ahora sí se detendría el ecocidio de las grandes trasnacionales y de las faraónicas obras públicas que devastan al medio ambiente. Pues lo que sucedió fue todo lo contrario, se impulsaron más obras, más inversiones que destruyen los ecosistemas y peor aún, desde el gobierno se estigmatizó a los ambientalistas.

Los científicos, los artistas, los deportistas, que no han recibido los apoyos suficientes para sus actividades durante décadas, supusieron que con la llegada de la “izquierda” al poder esto se revertiría; pero cual fue su sorpresa que les llegó más austeridad, más recortes y además las acusaciones de que eran unos privilegiados y debían aguantarse las críticas y recriminaciones que les hacían desde el gobierno.

Los defensores de los derechos humanos y las madres y padres de miles de personas desaparecidas en el país pensaron que con la “izquierda” en el poder, habría un cambio de fondo para apoyarlos en la defensa de los derechos de los mexicanos y en la búsqueda de sus familiares. Sólo han recibido desplantes, desprecio y menos recursos. Y por supuesto, la ya consabida crítica de que son manipulados por los conservadores.

Las feministas pensaron que con la llegada de la “izquierda” al poder, ahora sí los derechos de las mujeres se verían fortalecidos y se les tomaría en cuenta en sus demandas. En cambio, desde el gobierno han sido criticadas, vilipendiadas, ignoradas y por supuesto, descalificadas como “manipuladas” por los conservadores.

Los internacionalistas que han luchado por que México no se convierta en un protectorado de Estados Unidos y que criticaron duramente las políticas de los gobiernos neoliberales por su subordinación ante Washington, vieron como en los dos primeros años del gobierno de AMLO, se llegó a la abyección total para complacer en todo lo que demandó y exigió el presidente más antimexicano que ha habido en los Estados Unidos en más de 100 años, Donald Trump.

Las ONG y los especialistas de la sociedad civil que lucharon por evitar que México se convirtiera en un país semejante a los del Cono Sur, en los que los militares han tenido en diversas etapas de su historia la última palabra, han visto con horror como un gobierno que se dice de “izquierda” le ha abierto las puertas en todos los ámbitos a las fuerzas armadas, y ha acabado por militarizar la seguridad pública, yendo a contracorriente de las mejores prácticas y políticas públicas a nivel mundial, que justamente recomiendan lo contrario, sacar a las fuerzas armadas del ámbito de la seguridad pública, pues sólo exacerban la violencia y no resuelven de fondo el problema de la inseguridad.

Pues todo esto ha hecho López Obrador, que ha lastimado profundamente a las clases medias del país, tanto a las conservadoras y “fifís”, como a las progresistas y liberales.

Y por ello, las conservadoras regresaron a votar, por los que siempre han votado, por el PRIAN; eso no debería sorprender a AMLO, ni enojarlo tanto.

Lo que sucedió es que la clase media informada, consciente, liberal y progresista del país, que votó por AMLO y por Morena en 2018, ya no lo hizo esta vez. No votó por la oposición, simplemente se abstuvo de votar, desencantada, desilusionada y decepcionada de AMLO y sus políticas.

¿Y qué hace AMLO al respecto? Diario les receta a todas las clases medias, sin distinción, que son unos estúpidos manipulables, que se dejaron engañar, que son racistas, corruptos, clasistas y ahora hasta nazis también.

Hoy puso como ejemplo de la bondad de sus políticas públicas cómo una supuesta familia de clase media “venida a menos”, no dijo por qué se vino a menos (a lo mejor por alguna de las políticas públicas que él ha desarrollado contra las clases medias); recibió ayudas para su hijo a través de becas y el programa Construyendo Futuro.

Cuando su hijo se fue a arreglar los dientes con una dentista, ésta se quejó de los programas sociales de AMLO, lo que motivó que la mamá del joven la increpara, pues gracias a esos programas, ella tenía a ese cliente que iba a pagar con el dinero de la ayuda gubernamental.

AMLO es tan maniqueo, que no se da cuenta de que con estos ejemplos o “anécdotas”, valida las acusaciones que se le hacen desde la oposición.

Lo que quiere es empobrecer a las clases medias, para que así se vean en la necesidad de recibir apoyos gubernamentales; y entonces se convertirán en apoyadores del gobierno de AMLO.

Demuestra con estos ramplones ejemplos que lo que le interesa es el voto y el apoyo de la gente, a través de las dádivas asistencialistas del gobierno.

Lógicamente, las clases medias “aspiracionistas”, que no califican para recibir esos apoyos o ni siquiera los buscan, pues no son clientes del gobierno, no se les puede manipular, comprar, chantajear, ni intimidar con el “petate del muerto” de que les van a quitar los programas de apoyo.

Y como no puede convencer, ni comprar con sus programas asistencialistas a esas clases medias, tanto las conservadoras como las progresistas, pues entonces son unos nazis, fascistas, estúpidos, manipulables, etc.

Por ello, hoy AMLO dijo que igual va a seguir quitándole dinero a las clases medias, como pueda, para regalárselo a los pobres (a los oligarcas no, a esos los quiere mucho y los recibe en Palacio Nacional para perdonarlos por sus malos trabajos en las obras que se les asignan);  así que los próximos tres años seguiremos viendo, no sólo un ataque verbal continuo del presidente y algunos de los lamesuelas que tiene en la nómina, sino de políticas públicas devastadoras contra las clases medias, lo que va a provocar su empobrecimiento (en dos años y medio ya hay 10 millones más de pobres), por lo que ya no van a contar con ingresos, ni van a producir nada. Se van a sumar a las legiones de pobres del país que esperan que el gobierno los ayude mes a mes. El problema es que con una clase media que ya no va a aportar recursos para esos programas asistencialistas, no se ve de dónde el gobierno pueda seguir financiándolos; y entonces va a recurrir a la deuda, y se iniciará un nuevo ciclo de estancamiento económico y de crecimiento de la pobreza en el país.

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