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Zapata

martes, 8 de junio de 2021

 

EL ODIO DE LÓPEZ OBRADOR

En vez de aceptar que, en la capital del país Morena, él y Sheinbaum se equivocaron en las políticas públicas y en el discurso, con respecto a la clase media, que ahora le dio la espalda, el presidente no sólo reafirmó ayer su odio visceral a dicha clase (no a los oligarcas, con los que se entiende muy bien, si son obsequiosos y amables con él), sino al segmento social al que no puede manipular y convencer con dádivas sociales, como lo hace con los sectores más pobres del país.

Esto es lo que declaró: “(hay dificultad) de cambiar al que ya tiene mentalidad aspiracionista y se vuelve egoísta, clasista -incluso si viene de abajo- se convierte en ladino [1], en racista y absorbe todas las ideas conservadoras, como la de que hay pobreza porque el pueblo es ignorante y no trabaja. Entonces, agregó, escuchan a comentaristas y refrendan esas ideas: ¿Pues ahora sí que qué podemos hacer?, que sigan su camino”.[2]

No puede haber una declaración más simplista, ignorante y esa sí clasista que lo que dijo López Obrador (AMLO).

Esa clase media a la que desprecia profundamente votó por él en el año 2000 para jefe de gobierno de la ciudad de México, y en buena medida lo volvió a hacer en 2006 y 2012, y ni se diga en 2018.

Si ahora le ha dado la espalda es porque él decidió convertir, sin justificación alguna, a la clase media como su enemiga.

López Obrador necesitaba crear un enemigo para que sus bases clientelares tuvieran un referente que les sirviera para cohesionarlas. Solamente mencionar en abstracto a la “mafia del poder” con Salinas, Peña Nieto, Calderón y Fox a la cabeza, no era suficiente.

Había que profundizar el odio clasista de los pobres a los “ricos”, pero no a los oligarcas, esos sí corruptos, clasistas, racistas y conservadores, a los que AMLO una y otra vez, trata de atraerlos para que lo apoyen políticamente e inviertan en sus proyectos de infraestructura. Sólo un grupo muy específico de oligarcas que se han manifestado continuamente en su contra, son el blanco de sus críticas, encabezados por Claudio X. González.

Pero la masa de pobres del país tenía que identificar a esa “mafia del poder” de una manera tangible. Y a los que tienen más cerca, porque viven unos a lado de otros, es a la población que se considera de clase media.

Así, a López Obrador le importó un pepino que la mayoría de esa clase media apoyara su proyecto en 2018, y decidió que sería el blanco de sus críticas y de su animadversión, pues en ella tomaría cuerpo la “mafia del poder” y sería más fácil para sus bases militantes identificarlos.

Actuó en consecuencia, con una batería de políticas públicas destinadas a sustraer recursos económicos de esa clase, para repartirlos entre sus bases militantes. Y le funcionó.

Obviamente, las clases medias que lo habían apoyado se sintieron traicionadas, y en este ciclo electoral ya no votaron por el proyecto de AMLO. Era lógico que así sucediera.

Pero cual es la reacción de AMLO, señalar que las clases medias son racistas, ladinas, intrínsecamente corruptas, pues según Sheinbaum, el triunfo de la oposición en más de la mitad de las alcaldías de la ciudad significa el regreso de la corrupción (que por supuesto ella no va a permitir).

Así, AMLO y su partido quieren el apoyo de las clases medias, a pesar de que día a día se les estigmatiza, ataca y vitupera; a pesar de que todas las políticas públicas gubernamentales van dirigidas a minar su nivel de vida, a pesar de que les gritan que son racistas y corruptas. Y cuando con toda lógica esas clases medias no lo apoyan, estalla el odio, ese sí racista y clasista de AMLO y compañía, y ahora amenaza que va a apoyar todavía más a los pobres, lo que quiere decir que se va a lanzar con todo para quitarle más recursos económicos a las clases medias. No pretende recuperar su apoyo, sino terminar de aplastarlas.

Claro que a los oligarcas que son sus amigos (por ahora), no los toca en lo absoluto (los invita a su finca en Palenque).

Las tres transformaciones a las que hace referencia AMLO antes de la suya (falta ver que efectivamente lo sea), la Independencia, la Reforma y la Revolución, se realizaron con una alianza entre clases sociales (incluidas clases altas, pues hay que recordar que Iturbide lo era en la época de la Independencia, así como Madero en la de la Revolución), y especialmente entre clases medias y bajas.

Pero AMLO cree que la forma de cambiar al país es que exista una minoría de oligarcas que le rindan pleitesía a él; un mar de pobres que dependan de las ayudas gubernamentales, junto con la desaparición de las clases medias del país. Y claro, con las omnipresentes fuerzas armadas como las garantes de ese “orden”.



[1] Persona que actúa con astucia y disimulo para lograr lo que se propone. Persona manipuladora, retorcida y con alguna intención oculta. https://www.google.com/search?q=ladino+significado&oq=ladino&aqs=chrome.1.69i57j0i433j0l8.2891j1j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8

 

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