EL GOBIERNO ISRAELÍ RECLAMA A MÉXICO
El arrogante
y desubicado gobierno de Benjamín Netanyahu ha tenido el descaro de reclamar al
gobierno mexicano su voto a favor, en la Comisión de Derechos Humanos de la
ONU, para que se investiguen posibles crímenes de guerra por parte de Israel en
su reciente desproporcionada incursión en la Franja de Gaza.
En total, 24
países votaron a favor de la resolución, entre ellos 5 latinoamericanos, Argentina,
Bolivia, Cuba, México y Venezuela, 9 en contra y 14 se abstuvieron[1].
Los gobiernos
israelíes, y en especial el etno-nacionalista de Netanyahu, se creen con el
derecho de amonestar, intimidar y regañar a todo aquél gobierno que no apoya
las violaciones flagrantes a los derechos humanos que realizan; o que no se someten
al dominio de sus poderosos lobbies, como los que tienen subordinadas a las
clases dirigentes de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Alemania y
Francia, entre otros, que están compradas o chantajeadas por esos poderosos
grupos de cabildeo, que aprovechando que financian las campañas de la gran
mayoría de políticos de dichos países, o les tienen documentadas en audio,
video o en papel, su corrupción y delitos sexuales diversos (recordemos a
Epstein y sus “fiestas” con políticos estadounidenses), los obligan a apoyar
política, económica, militar y mediáticamente a un régimen que ya es abiertamente
acusado a nivel internacional, de practicar el apartheid (Betselem y Human Rights
Watch dixit).
Por si fuera
poco, el Director General para América Latina y el Caribe de la cancillería
israelí, Modi Ephraim, que convocó a nuestro embajador en ese país, Pablo
Macedo, para amonestarlo, se aventó la puntada de decirle que México debía
apoyar a Israel en estos momentos, contra el “terrorismo”, como Israel “ha
apoyado a México”.
¿En qué
diablos el gobierno de Israel ha apoyado a México?
Seguramente
se refiere como “apoyo” a los enormes negocios que las empresas israelíes de
seguridad y espionaje han hecho en México[2] por décadas; o la venta de
armas y vehículos militares que dichas empresas venden al gobierno mexicano; o
la capacitación en técnicas de contrainsurgencia y control social que el
gobierno israelí ha dado a ciertos grupos de militares mexicanos; o al generoso
tratado de libre comercio entre ambos países, mediante el cual Israel vende
muchísimo más a México que lo que le compra; etc.
Cabe
recordar que como parte de ese apoyo israelí se puede sumar el que criminales
buscados por México, como el torturador Tomás Zerón de Lucio -quien por cierto
al estar al frente de diversas áreas de seguridad en el gobierno mexicano,
favoreció en sus adquisiciones a numerosas empresas israelíes-; y el
impresentable abusador de mujeres Andrés Roemer, se encuentren viviendo en
Israel, sin que al parecer exista posibilidad alguna de ser entregados a las
autoridades mexicanas, para que sean juzgados en nuestro país.
Y recordemos
que Roemer -cuando estúpidamente fue nombrado en el sexenio de Peña Nieto, embajador
de México ante la UNESCO- fue convencido por el representante israelí, a no
votar en contra de dicho país en una resolución del organismo, relativo a las restricciones
ilegales que el gobierno israelí establecía y lo sigue haciendo, para que los
palestinos y musulmanes en general, puedan acceder sin restricciones a la
mezquita de Al Aqsa; y para evitar excavaciones “arqueológicas” de los judíos
israelíes en ese complejo.
Incluso el
representante israelí, de apellido Hacochen, agradeció públicamente a Roemer
por haber antepuesto su “creencias judías”, a las instrucciones del gobierno
mexicano para condenar las acciones violatorias del Derecho Internacional, por
parte de Israel.
También,
como parte del “apoyo” israelí a México, deben considerarse los sistemas que
las empresas israelíes han vendido a Estados Unidos para la seguridad fronteriza,
y que tomaron mayor importancia durante la construcción del muro en el gobierno
de Trump.
Esperemos
que el gobierno mexicano no vaya a echarse para atrás ante las advertencias
israelíes y, por el contrario, se mantenga firme para que se investiguen los crímenes
de guerra de Israel en Gaza y en los territorios ocupados en Cisjordania y el
Este de Jerusalén.
Pero hay que
esperar que desde Israel, se presione a la comunidad judía mexicana para que
intente acercarse al gobierno de López Obrador para que “rectifique”; y
recordemos que parte de esa comunidad está muy bien representada en su gobierno
(Scherer, Sheinbaum) o tienen gran cercanía con el presidente, como el caso de
José María Rioboo, cuya esposa Yasmín Esquivel fue nombrada por López Obrador
(y aprobada por el Senado) para ser Ministra de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación.
Esperemos
que la institucionalidad, el respeto a la soberanía mexicana y a la Nación y
Estado Mexicanos, estén por delante, y por sobre presiones de grupos o
personajes.
[1]
https://www.jornada.com.mx/notas/2021/05/31/politica/israel-reclama-a-mexico-voto-para-investigar-hechos-en-franja-de-gaza/
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