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Zapata

lunes, 31 de mayo de 2021

 

HAY QUE ANULAR EL VOTO

Propongo que los mexicanos conscientes e informados salgan a votar, pero ANULEN SU VOTO.

Los que han visto a lo largo de muchos años cómo los políticos, el crimen organizado y las élites económicas de este país lo han devastado; los que no se venden por “ayudas” o “programas sociales”, ni se dejan engañar por los mismos corruptos de sexenios anteriores; los que no se dejan intimidar con amenazas de que van a perder tal o cual beneficio; los que no se dejan lavar el cerebro con eso de que “si no votas, otros decidirán por ti”, lo cual es una absoluta falacia, dado que los incompetentes, vividores, oportunistas y corruptos políticos de siempre (con sus socios del crimen organizado y de la oligarquía), son los que deciden según sus intereses; que esos mexicanos conscientes ejerzan su derecho de votar, pero enviando un potente mensaje (siempre y cuando fueran millones) a los miembros de la subclase política de este país, para decirles que ellos no nos representan, sólo se representan a sí mismos, a sus familias, a sus grupos políticos, criminales y empresariales, pero no a la ciudadanía, que sufre su incompetencia, su patanería, su imbecilidad, un día tras otro.

Desde hace 40 años he participado como votante, funcionario de casilla, o como representante de algún partido en el proceso electoral, y estas elecciones me parecen las más patéticas, ridículas y lamentables en todos estos años.

No sólo porque el crimen organizado se ha dado gusto matando e intimidando candidatos y funcionarios públicos (ya van 88 políticos asesinados); o porque las “familias políticas” de cada partido, incluyendo a los que se proclaman “diferentes”, han colocado como candidatos a sus parientes (hijos, esposas, hermanos, primos, etc.); o porque, con la posibilidad de la reelección, los mismos corruptos incompetentes pueden quedarse por varios ciclos electorales; o porque las cúpulas partidistas decidieron en un 99% las candidaturas (especialmente el impresentable presidente de Morena, la “veleta” Mario Delgado), sin una verdadera participación de las militancias; o porque se regalaron candidaturas a personas que tenían cierto conocimiento entre la población, como deportistas, actores, cantantes, etc. que han demostrado con creces, su absoluta ignorancia sobre los problemas de la ciudadanía y la forma de poder resolverlos, y sólo están ahí para ser manipulados por los dirigentes de los partidos que los postularon; o, en fin, por las ridiculeces que cientos de candidatos han realizado como vestirse de “superhéroes”, ponerse a bailar o a hacer “exhibiciones” de karate, o a cantar (berrear sería el término correcto), supuestamente para ganarse el voto ciudadano, pero demostrando con esas actitudes que consideran al electorado no sólo inculto y estúpido, sino francamente como un montón de zombis que harán lo que los partidos quieran.

Desgraciadamente, la mayoría de la población responde a distintas motivaciones, ya sea para votar por alguno de estos patéticos e impresentables candidatos (a todos los puestos de elección popular), o para no hacerlo.

Los partidos clientelares, como lo han sido por años el PRI y el PRD y ahora lo es Morena, utilizan el presupuesto que tienen a su disposición (a nivel federal, estatal y municipal), para amarrar votos a su favor, amenazando, intimidando, chantajeando y condicionando el voto de las clases populares, con el espantajo de que, si no votan por ellos, de la noche a la mañana, los programas sociales y de ayudas directas con los que cuenta la población más desfavorecida del país, desaparecerán.

De ahí que un porcentaje nada despreciable del electorado se ve obligado a votar por el partido que supuestamente es el que garantiza que esas ayudas sigan fluyendo.

Otra parte del electorado, principalmente las clases medias, votan casi siempre por el PAN y en ocasiones por el PRI, por costumbre (aún sin saber o importarles quienes son los candidatos, ni qué proponen), porque están convencidos de que representan sus intereses, a pesar de que durante décadas ambos partidos se encargaron de devastar la economía del país, de convertirlo en el paraíso del crimen organizado y de mantener estancado el nivel de vida de la mayoría de este sector del electorado.

Y, por último, un sector amplio del electorado es escéptico y desconfiado hacia la política y está tan harto de ella, que prefiere no votar, para no seguir legitimando un sistema podrido, que no genera beneficios para la población.

Hay otra parte del electorado, la más aislada y olvidada que por ignorancia, desconocimiento y su propia marginación, no participa de ninguna forma en el proceso electoral.

Pero sólo imaginemos que 10, 15 o 20 millones de mexicanos saliéramos a votar, pero anuláramos el voto, y se anotara en alguna de las boletas “ANULO MI VOTO, PORQUE USTEDES NO ME REPRESENTAN. SON UNA VERGÛENZA PARA EL PAÍS.”

Qué poderoso mensaje para esta subclase de incompetentes, vividores, oportunistas, trepadores y corruptos, de parte de un gran porcentaje del electorado, que así demostraría que sí le importa el voto, pero que en consciencia no puede votar por estas lacras, que lo único que representan es la podredumbre de la política en México.

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