¿Por qué votar por Sheinbaum?
Los votantes de Sheinbaum
serán también los miembros de las clientelas electorales que celosamente han
sido construidas por años, apunta Enrique Cárdenas.
enero 04, 2024
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/enrique-cardenas/2024/01/04/por-que-votar-por-sheinbaum/
El 2 de junio de 2024 se
decidirá el camino de México para los próximos decenios. Así de trascendente es
la próxima elección. De acuerdo con las encuestas, Sheinbaum va a la cabeza de
las preferencias electorales con el slogan de que le va a hacer el “segundo
piso a la 4T”. Eso querría decir, en principio, que a la mayoría de la gente le
parece bien ese propósito poco claro, pero que al desmenuzarlo se pueden ver
sus objetivos con claridad. Por tanto, pregunto: ¿qué van a votar quienes voten
por Claudia Sheinbaum?
En primer lugar, sus votantes
estarán a favor de que el Poder Ejecutivo esté por encima de los demás poderes
de la República, que tanto el Poder Legislativo, pero sobre todo el Poder
Judicial, esté supeditado a la presidenta. Así tendremos a Claudia presidenta,
Claudia legisladora y Claudia magistrada. Al mismo tiempo, eliminará cualquier
contrapeso constitucional que acote o limite su poder presidencial, en
cualquier materia que esto sea: la electoral, la información pública, ¿el Banco
de México? La defensa de los derechos humanos, la actividad económica, y un
largo etcétera. Ello significa que la presidenta no tendrá que convencer a
nadie para tomar las decisiones que ella juzgue convenientes, incluida la
desaparición del INE “por su elevado costo” para que, “lógicamente”, regrese
esa función a la Secretaría de Gobernación como en tiempos del PRI, y de
Bartlett. Estos propósitos han sido expresados por López Obrador y enviará las
reformas legales para llevarlos a cabo si Morena gana la elección de junio.
Quienes voten por Sheinbaum
también estarán votando para que las Fuerzas Armadas cogobiernen con el poder
civil. López Obrador ya les ha otorgado control de las áreas estratégicas y
fundamentales que le deberían quedar reservadas al gobierno civil: el tránsito
y tráfico de personas a través del Instituto Nacional de Migración y el manejo
de puertos, aeropuertos y carreteras (podrán entrar y salir personal militar de
otros países, o criminales, sin que siquiera nos enteremos); el tránsito y
tráfico de mercancías y servicios con el control de las aduanas, de la
seguridad pública con capacidades de investigación, detención y espionaje (y
más teniendo al Poder Judicial bajo su mando). Existe evidencia de sobra que
muestra que el poder militar ya está por encima del poder civil, que espía
impunemente, y algunos de sus altos mandos parece robar sin que nadie diga ni
haga nada. Sólo hay que ver lo ocurrido con el caso Ayotzinapa, la compra del
general secretario Sandoval de un departamento de lujo por debajo de su precio,
o el espionaje a periodistas y activistas.
Las y los votantes por
Sheinbaum también votarán por la corrupción y la impunidad. Construir el
segundo piso de la 4T en este tema significa reforzar el modelo actual, que
carece de estructura institucional en donde la autoridad actúa contra la
corrupción y decide quiénes son culpables y quiénes no lo son, como en el caso
Segalmex. A ello se agrega la eliminación de los mecanismos de rendición de
cuentas y transparencia mediante la eliminación del INAI, y la opacidad de las
Fuerzas Armadas que manejan cada vez más presupuesto y lo ejercen sin ningún
control por “razones de seguridad nacional”. Por ejemplo, nadie sabe cuánto
costó el AIFA ni tampoco el Tren Maya. Habrá que sumar también la cada vez más
deficiente, desactualizada y manoseada información pública oficial, en donde
comienza a haber sospechas de algún manoseo hasta del INEGI.
Quienes votarán por Sheinbaum
estarán a favor de que se gobierne desde el púlpito de la mañanera, como ya lo
ha expresado la candidata de Morena (suponiendo que ella ejerza el poder y no
López Obrador), y no a través de las diversas instancias del gobierno federal.
Sus votantes también estarán a favor de que los funcionarios públicos se sigan
seleccionando por lealtad y no por profesionalismo ni competencia, como lo
muestra el ejercicio de la gestión pública en el gobierno de la Ciudad de
México, y que haya total impunidad ante tragedias como la de la línea 12 del
Metro.
Quienes voten por Claudia
Sheinbaum estarán también de acuerdo con el uso del presupuesto de manera
patrimonialista, como si el dinero público no viniera de los contribuyentes,
sino fuera de índole personal, pues el poder discrecional de la presidenta de
la República sólo se afianzará de construir el segundo piso de la 4T. No
importan los despilfarros, no importa el desperdicio de dinero público en
cualquier tipo de obra, sea rentable y útil, o no lo sea.
Los votantes de Sheinbaum
serán también los miembros de las clientelas electorales que celosamente han
sido construidas por años, que intentarán proteger sus prebendas a cambio de
servir al amo, pida lo que pida.
Todavía hay muchos indecisos
sobre su voto en la próxima elección. Deben sin duda reflexionar bien su
decisión. Ojalá que estas líneas sirvan para clarificar algunas de las cosas
por las que estarán votando quienes sufraguen por Sheinbaum. Ojalá los indecisos
las consideren al momento de acudir a las urnas el próximo 2 de junio.
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