El episodio Uresti
La abrupta salida de Azucena
Uresti de Milenio Televisión reavivó los señalamientos de que López Obrador es
intolerante al pensamiento diferente y censor de la prensa.
Raymundo Riva Palacio
enero 24, 2024
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2024/01/24/el-episodio-uresti/
El Presidente no puede salirse
del escándalo mediático-político que produjo la salida de Azucena Uresti de
Milenio Televisión. Una vez más, este martes, criticó a la conductora, repartió
más veneno contra otros periodistas y cuando se puso la chaqueta de defensor de
la libertad de prensa los botones brincaron, las costuras se deshicieron y las
mangas se rompieron. ¿Por qué razón el presidente Andrés Manuel López Obrador
siguió metido en el lodo avivando la discusión? La respuesta parece encontrarse
en que la abrupta salida de Uresti reavivó los señalamientos de ser intolerante
al pensamiento diferente y censor de la prensa.
Un análisis de la conversación
digital sobre su salida revela que Uresti le ganó la primera partida al
Presidente. Desde que anunció su salida de Milenio Televisión, el viernes
pasado a las 10 de la noche, hasta el lunes, el impacto de la noticia llegó a
casi 8 millones de personas, tuvo 286 mil menciones, se indexaron mil 530
noticias en Google, y las reproducciones en Facebook y YouTube ascendieron a 2
millones. En ese universo, 66 por ciento responsabilizó a López Obrador de su
salida y 41 por ciento dijo que cometió un acto de censura.
La catarata de críticas
originó una operación de control de daños desde la misma noche del viernes en
las redes. Cuentas controladas por el vocero presidencial, Jesús Ramírez
Cuevas, trataron de cambiar la conversación, a lo que se sumaron otras de las cuentas
que responden a los intereses de Palacio Nacional, que intentaron desacreditar
a la periodista y desmentirla.
López Obrador se montó en el
tema el sábado, en defensa propia, y le pidió a Uresti que explicara lo que
quiso decir y señalar “cuáles fueron las circunstancias especiales que se están
viviendo y por lo que deja la televisora” –sugiriendo presiones–, un posicionamiento
que alimentaron desde ese mismo día las cuentas manejadas por Ramírez Cuevas y
simpatizantes del Presidente. Hasta el lunes, 59 por ciento de quienes
participaron en la conversación digital coincidía con el llamado a que abundara
Uresti en su declaración, retomando un comunicado que dio a conocer el Grupo
Milenio el sábado, sugiriendo que obedecía a que en breve asumiría la
conducción de un noticiero en otra empresa.
La explicación de los dueños
de Milenio no se sostenía. Uresti no entraría a trabajar a ninguna empresa,
sino que cambiaría sólo de horario, de uno tarde-noche a uno matutino en Radio
Fórmula, donde conduce un noticiero desde hace cinco años. El Presidente, sin
embargo, argumentó en la misma línea de Milenio, repitiendo las verdades a
medias y engañosas del comunicado. “En estos tiempos”, dijo el lunes Uresti en
respuesta al iniciar su espacio vespertino, “el periodismo está bajo acoso,
bajo amenaza y bajo ataques constantes”.
Ayer, el Presidente lo
confirmó; la atacó.
López Obrador aseguró que él
no pide que ninguna empresa despida a sus periodistas críticos, lo que es una
mentira: en la mañanera ha pedido a varios propietarios que los despidan, y
cuando no lo han hecho, ha enderezado las críticas contra los dueños. El
Presidente es bastante transparente, razón por lo cual la salida de Uresti de
Milenio Televisión tiene asideras en su talante despótico contra medios y
periodistas y razones de preocupación en el mundo, donde consideran que la
libertad de expresión viene en retroceso en su gobierno. Como botones de
muestra:
*Freedom House (Estados
Unidos): “Desde que tomó posesión, López Obrador ha atacado a la prensa en
forma pública y persistente, a menudo castigando y degradando a reporteros y
medios específicos”.
*Artículo 19 (Reino Unido):
“El Presidente de la República no cesa en su estrategia de anular al mensajero.
Durante 2022… (se) realizó un monitoreo del uso y réplica de discursos emitidos
en el espacio de la conferencia matutina, el cual mostró que en al menos 176
ocasiones se vertieron comentarios estigmatizantes a medios de comunicación,
periodistas e incluso organizaciones de la sociedad civil. De estos 176
eventos, 44 configuraron ataques contra la prensa, en especial, 33 cometidos
directamente por el titular del Ejecutivo federal”.
*Comité de Protección de
Periodistas (Estados Unidos): “El presidente Andrés Manuel López Obrador debe
dejar de hacer críticas sin sustento contra medios locales y organizaciones
internacionales de libertad de expresión… López Obrador ha atacado a periodistas
y comentaristas críticos diciéndoles ‘conservadores’, ‘neoliberales’, ‘fifís’”.
*Reporteros Sin Fronteras
(Francia): “El presidente López Obrador y otros funcionarios del gobierno han
adoptado una retórica combativa y sistemática contra la prensa, acusando
frecuentemente a los periodistas de apoyar a la oposición”.
*The Borgen Project (Estados
Unidos): “La violencia contra periodistas se ha elevado en los últimos años. El
presidente López Obrador ha llamado ‘mercenarios’ y ‘vendidos’ a reporteros
críticos, que la Sociedad Interamericana de Prensa identifica como un ataque
directo a la seguridad de los periodistas mexicanos”.
López Obrador no ha dejado de
fustigar a periodistas y medios en meses, donde probablemente se refiere a
ellos no menos de cuatro veces por semana. No existe ninguna institución,
ningún político, empresario, gobierno u organización civil que haya sido sometida
a un patrón de ataque sistemático con la virulencia con la que lo hace el
Presidente, lo que ha significado una disminución en la libertad de prensa en
México, como reportó el World Justice Project, que lo ubica en el lugar 116 de
142 países en el respeto al Estado de derecho.
Con un clima de opinión tan
adverso, la rabiosa contraofensiva para neutralizar los daños y tratar de
cubrir el cuerpo del Presidente para que no se le siga manchando de represor
–no se necesita la violencia física; basta con lo que hace diariamente desde
Palacio Nacional–, se puede entender, pero no justificar.
La lucha por la sobrevivencia
de periodistas y medios ante un Presidente tan agresivo, ignorando normas y
leyes –una parte de la mañanera, incluso, viola la Constitución–, ha sido el
mayor desafío en la memoria viva de muchos. Nadie puede sentirse a salvo de la
embestida presidencial y nadie puede pensar que ha llegado al otro lado del
río. Lo esperable es que su cólera se intensifique.
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