Brasil: un domingo decisivo
Eric
Nepomuceno
https://www.jornada.com.mx/2022/10/30/politica/016a1pol
Las
elecciones presidenciales de este domingo en Brasil tienen características
e importancia inéditas en la historia.
Los
contendientes son el ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, del
Partido de los Trabajadores (PT), y el actual mandatario, el ultraderechista
Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, que de liberal tiene el nombre y nada más.
Todos los
sondeos, al unísono, señalan a Lula como favorito. Y este punto señala el
primer aspecto inédito del pleito: desde que en 1997 el entonces presidente
Fernando Henrique Cardoso logró que se aprobara en el Congreso el proyecto de
ley que establecía la relección, todos los mandatarios que se presentaron a las
urnas para permanecer en el puesto aparecieron en los sondeos como favoritos y
salieron victoriosos en la votación final.
También es
desconocida una disputa electoral tan radicalmente polarizada. Nunca antes en
la historia el país llegó a una elección presidencial dividido prácticamente
por la mitad.
Acorde con
los últimos sondeos, Lula era el favorito para 53 por ciento de los electores,
y para el restante 47 por ciento, el ultraderechista Bolsonaro.
Es verdad
que en 2014 Dilma Rousseff, del mismo PT de Lula, se religió por una diferencia
pequeña frente al derechista Aécio Neves, 51.64 por ciento frente a 48.36 por
ciento.
Pero había
otros partidos de diferentes tendencias que no se aliaron a ninguno de los dos,
y el panorama fue menos polarizado que ahora.
Un detalle
que llamó la atención a lo largo de toda la campaña electoral, y que se venía
arrastrando desde hace mucho tiempo, fue la tremenda agresividad del presidente
Jair Bolsonaro y su pandilla contra Lula. Una agresividad, dicho sea de paso,
cargada de mentiras y acusaciones absoluta e irremediablemente falsas,
esparcidas por las redes sociales controladas por uno de sus hijos, Carlos, el
único caso de concejal nacional que en lugar de ocupar su puesto en
la Cámara Municipal de Río de Janeiro, se trasladó a Brasilia, a más de mil
kilómetros de distancia, justamente para controlar el llamado despacho del
odio.
La campaña
de Lula optó, luego de algún tiempo, por contestar en el mismo tono. Y con eso,
otra vez algo inédito: jamás, en toda la historia de la nación, hubo un
intercambio de agresiones en un tono tan elevado.
Jair
Bolsonaro pasó todo el tiempo, sin pausa, disparando falsas acusaciones sobre
el sistema electoral brasileño. Amenazó con no reconocer el resultado en caso
de sufrir una derrota. Insinuó que contaba con el respaldo de las fuerzas
armadas para dar un golpe militar si en las urnas se registrase un resultado
negativo para sus ambiciones.
Al ver que
no tenía respaldo entre los uniformados en activo, decidió incentivar sus
seguidores más radicalizados para salir a las calles a defender la
democracia. Con ello despertó el temor, en gobernadores y alcaldes, de actos de
violencia, y perdió espacio entre los que se decían indecisos sobre
su voto.
En la noche
del viernes pasado, luego de un debate transmitido por televisión y acompañado
por millones de electores, el presidente finalmente, expresó algo inesperado:
aseguró que reconocerá al ganador, en caso de que sea derrotado.
Y así
terminó la disputa electoral más importante desde el retorno de la democracia
en 1985, y la más agresiva y radicalizada: con un país que se reveló dividido
como nunca y con una extrema derecha mucho más amplia y sólida como jamás se
llegó a pensar que pudiera existir.
Falta ver si
se confirman todas las previsiones y Lula es anunciado como vencedor, qué hará
Jair Bolsonaro de aquí hasta el primer día de 2023, cuando, como determina la
Constitución, deberá entregar el cargo.
Y luego
quedará otra duda flotando en el aire: ¿será juzgado por las más de 50
denuncias de crímenes cometidos durante su mandato? ¿Se irá a la cárcel? ¿Se
exiliará en alguna de las naciones gobernada por ultraderechistas amigos?
Una tercera
duda planea en el horizonte: ¿Cómo recuperar lo que fue destrozado a lo largo
de cuatro años por el peor y más abyecto presidente de la historia de Brasil?
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