LAS ARROGANTES, PREPOTENTES E IRRESPONSABLES FUERZAS ARMADAS MEXICANAS
Con el
enorme poder político y económico que han amasado durante el gobierno de Andrés
Manuel López Obrador (AMLO), a instancias del propio presidente, el Ejército y
la Marina, han asumido una actitud de prepotencia, arrogancia e
irresponsabilidad, no vistas desde que los militares dominaban el panorama
político mexicano hace 100 años.
Un grupo
clandestino que se autodenomina Guacamaya hackeó los servidores de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y extrajo hasta 6 terabytes de
información, que ha diseminado entre diversos medios de comunicación e
instituciones académicas y de la sociedad civil, con objeto de que se den a
conocer una serie de actividades, decisiones y análisis internos de los
militares mexicanos, a los que la sociedad no tiene acceso, en vista de que las
fuerzas armadas mexicanas no son transparentes y no rinden cuentas de sus actos.
Para
explicar porqué y cómo sucedió esa violación a la seguridad de una institución
vital del Estado Mexicano, la Cámara de Diputados citó a comparecer al
secretario de la Defensa Nacional, General Luis Crescencio Sandoval.
Sin embargo,
el secretario Sandoval prefirió “invitar” a su vez a los diputados a sus
oficinas en la Sedena para hablar del tema, cuando la norma indica que es el
secretario el que debe acudir a la Cámara de Diputados; o en su defecto, si es
citado a comparecer, en la de Senadores.
Con la
sumisión que caracteriza al Poder Legislativo durante el actual gobierno (cómo
sucedía cuando el PRI dominaba la escena política nacional), la mayoría de los
legisladores del partido oficial Morena, junto con sus aliados (PT, PVEM y
ahora también el impresentable PRI), aceptaron ir a la Sedena para platicar con
el General Sandoval. De esa forma, una comparecencia oficial, se convertía en
una plática entre “cuates”.
Pero resulta
que el General Sandoval canceló la reunión, y no estableció ninguna nueva fecha
para llevarla a cabo. Es decir, mandó “a volar” a los representantes populares,
y ahora sí que “por sus pistolas” no le dio la gana ya no digamos “comparecer”
ante los diputados, sino ni siquiera platicar con ellos, en las propias
oficinas de la Sedena.
Con ello el
secretario Sandoval ha demostrado que el poder con que cuenta el Ejército
Mexicano supera por mucho la triste “representación popular” de los diputados,
a los que ha maltratado como lacayos.
Y AMLO no ha
dicho nada al respecto. No ha instruido al secretario Sandoval a que comparezca
ante los diputados o siquiera que ponga una nueva fecha para “invitarlos” a
platicar.
Ello
demuestra que el presidente, después de que ha rendido prácticamente al gobierno
de la República ante las fuerzas armadas, ya no puede ahora obligarlos a
cumplir con su responsabilidad de dar cuenta de sus actos o de su ineficacia,
ante los representantes populares. AMLO ya es un rehén de las fuerzas armadas.
Hoy, la periodista
Carmen Aristegui entrevistó al presidente de la mesa directiva del Senado, Alejandro
Armenta, del partido oficial Morena, y le insistió sobre si esa cámara llamaría
a comparecer al secretario Sandoval sobre el hackeo a los servidores de su secretaría;
pero el pobre senador no supo cómo explicar por qué esa Cámara no lo hará, y en
su lugar han convocado a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, para
que explique el asunto, cuando ella no es la directamente responsable del
mismo.
Es decir,
los militares obligaron a AMLO a que otra funcionaria dé la cara sobre el
hackeo, mientras el titular de la Sedena, el General Sandoval, con prepotencia
y arrogancia rechaza cualquier reunión con legisladores; y menos aún dar cualquier
explicación ante la opinión pública nacional.
Pues esas
fuerzas armadas irresponsables (no responden de sus actos), prepotentes y
arrogantes, con un enorme poder político y presupuestal, estarán encima del que
llegue a la presidencia de la República en 2024, quien tendrá dos opciones, o
seguir con la subordinación a los militares,, que es la herencia que está
dejando AMLO; o arriesgarse a enfrentarlos, para regresarlos a sus funciones
esenciales, que se refieren a la defensa de la independencia, soberanía e
integridad territorial del país, lo que podría propiciar un golpe de
Estado.
Sin duda,
AMLO pasará a la historia, como siempre lo ha anhelado, por haber dejado al
gobierno “civil” rendido a los pies de las empoderadas fuerzas armadas
mexicanas.
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