Trato de iguales en combate al crimen, pactan México y EU
Emir Olivares y Arturo Sánchez
Ciudad de
México. Los
gobiernos de México y Estados Unidos patentaron un nuevo capítulo de
cooperación binacional en seguridad. Lo suscribieron a un nivel de “aliados e
iguales”, donde el sello del acuerdo –a diferencia de pasados– es el
establecimiento de una corresponsabilidad compartida donde las prioridades de
cada país en la materia se ubican en el mismo grado de importancia.
El nuevo
pacto se sustenta en tres pilares: actuación conjunta para proteger a sus
ciudadanos, prevenir la delincuencia transfronteriza y perseguir las redes
delictivas. Se regirá con tres compromisos transversales: proteger los derechos
humanos y promover la prosperidad, el intercambio de información y centrarse en
datos y resultados.
Los alcances
no se medirán a partir de la captura de grandes capos de organizaciones
criminales, sino con la atención a las raíces que generan la inseguridad y el
aumento de la violencia, así como las causas del consumo de drogas que afectan
a sus ciudadanos.
Marco
integral
Ayer, en la
sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en la Ciudad de México,
representantes de alto nivel de las dos administraciones firmaron el
Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras
entre México y Estados Unidos, “que establece un marco integral y de largo
plazo que guiará en los siguientes años las acciones binacionales” en la
materia y que se encuadra en el respeto a las soberanías y una relación de
paridad.
La
estrategia se basa en “la asociación, guiada por la responsabilidad compartida
e impulsada por intereses de seguridad nacional en ambos países, para evitar
que los grupos criminales trafiquen con drogas y armas ilícitas que amenazan la
salud y la seguridad de nuestros ciudadanos y participan en el tráfico y la
trata de personas”, asienta el acuerdo.
Incorpora
las prioridades de cada país sobre seguridad, con énfasis en la atención de la
violencia a través de una respuesta impulsada por la justicia y el uso de la
inteligencia contra el crimen organizado, basada en una cooperación efectiva en
la aplicación de la ley.
Esto es el
resultado de nueve meses de intensos trabajos de los gobiernos de Andrés Manuel
López Obrador y Joe Biden y que ayer se dieron a conocer en una declaración
conjunta en el contexto del Diálogo de Alto Nivel de Seguridad, encabezado por
el canciller Marcelo Ebrard y por el secretario de Estado estadunidense, Antony
Blinken.
Los trabajos
se desarrollaron en la cancillería mexicana, aunque previamente los emisarios
de la Casa Blanca fueron recibidos por el presidente López Obrador en Palacio
Nacional.
Al finalizar
las actividades, los secretarios Ebrard y Blinken ofrecieron una conferencia de
prensa en la que dieron los detalles del Entendimiento Bicentenario. Explicaron
que el nombre se debe a que en 2022 se cumplirán dos siglos de relaciones
bilaterales entre México y Estados Unidos. Ambos resaltaron además el espíritu
de colaboración y afinidad ideológica que hay entre los mandatarios López
Obrador y Biden.
El mexicano
destacó que la contraparte mostró su interés por construir una relación de
aliados e iguales, donde las prioridades de México tengan el mismo nivel que
las de Estados Unidos. “Eso no lo habíamos tenido. Es más igualitario (el
pacto) y más equilibrada la relación”.
Con esta
nueva estrategia de cooperación, el canciller dio por sepultada la Iniciativa
Mérida, vigente por 13 años y que fue firmada en octubre de 2007 por los
gobiernos del panista Felipe Calderón y del republicano George W. Bush.
Blinken
aseveró que éste es el inicio de una cooperación entre socios iguales. “Tenemos
una responsabilidad compartida, como vecinos y socios, de mejorar la seguridad
de la gente de nuestras naciones. A eso se reduce todo. Y marca el comienzo de
un nuevo capítulo en la cooperación de seguridad México-Estados Unidos, uno que
nos verá trabajando en la definición y el abordaje de prioridades compartidas,
uno que busca abordar las causas fundamentales de los desafíos de seguridad que
enfrentamos, incluida la inequidad, la corrupción, la impunidad; y uno que lo
haga no sólo modernizando la aplicación de la ley, sino también fortaleciendo
la salud pública, el estado de derecho y las oportunidades económicas de base
más amplia”.
Reconoció
que en el pasado ambos gobiernos se apoyaban demasiado en las fuerzas armadas y
de seguridad, y muy poco en otras herramientas disponibles, como inversiones
crecientes en las comunidades, en particular en las regiones más vulnerables,
lo cual se intenta cambiar a partir de este acuerdo.
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