Como lo afirmamos en este blog, Peña y los neoliberales
vendidos a las élites de Washington y Nueva York, no iban a enfrentarse a Trump
de ninguna forma; por el contrario, están dispuestos a entregar lo poco que
queda ya de la “soberanía nacional” al bravucón presidente estadounidense con
tal de salvar algo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; y sobre
todo, con tal de salvar sus fortunas mal habidas, que tienen en Estados Unidos,
en donde Trump fácilmente se las puede embargar; así como las reservas internacionales
del país, que el Banco de México, vasallo del capital especulativo
internacional, tiene en tres bancos privados de Estados Unidos, a los que tiene
que pagar alrededor de 1000 millones de dólares anuales para que se las “guarde”;
así es, nuestro país no sólo no recibe intereses por los más de 175 mil
millones de dólares que tiene en los bancos estadounidenses, sino que encima
hay que pagar para que nos hagan el favor de “cuidarlas”.
En la entrevista que el mexicanófobo, servil de los
neoconservadores y del lobby pro Israel, Bill O ‘Reilly le hizo a Trump en la cadena
Fox News, el presidente estadounidense confirmó lo que se había filtrado
(intencionalmente) sobre la llamada telefónica con el impresentable Peña, el
pasado 27 de Enero.
Esto es que Trump le espetó a Peña que México es el paraíso
de los narcotraficantes, que sus autoridades son incompetentes o incluso socias
del crimen organizado, que no sirven para combatirlo y que necesitan la “ayuda”
o lo que es lo mismo, la intervención de las fuerzas armadas de Estados Unidos
para eliminar a los cárteles del narcotráfico. Con esto Trump evitó que el tema
de seguridad pudiera ser utilizado por nuestro incompetente gobierno como ficha
de negociación, al poner toda la carga de la culpa en nuestro país.
¿Y qué dijo Peña? Por supuesto que aceptó la “ayuda” de
Estados Unidos, con lo que también permitió que se responsabilizara sólo a
México del problema del narcotráfico en Estados Unidos; y Trump dixit, incluso “en el mundo”.
¿Cómo es posible que este individuo que se hace llamar
presidente de México (o en su caso ese “troyano” de Videgaray, que se supone
estaba con él durante la llamada) no le respondiera que el problema del
narcotráfico se inicia con el desbocado consumo de 30 millones de adictos en
Estados Unidos? ¿Por qué no le dijo que México está dispuesto a ir con todo contra
los narcotraficantes, cuando Estados Unidos deje de permitir el “lavado de
dinero” de cientos de miles de millones de dólares de dinero sucio en su
sistema financiero; cuando dejen de vender miles de armas a los cárteles;
cuando sus policías y políticos dejen de proteger la distribución y venta al
menudeo de millones de dosis de drogas en las calles estadounidenses?
¿Por qué no le dijo que si está tan dispuesto a enviar tropas
a México para combatir al narco aquí, no las envía primero a las calles de Washington,
Nueva York, Los Angeles, Chicago, etc., tal como lo hace el obsecuente y
vasallo gobierno mexicano enviando a sus soldados y marinos a las calles de las
ciudades de nuestro país?
Ni por asomo este “muñequito de pastel”, asustadizo y
corrupto individuo contestó algo siquiera cercano a eso.
Seguramente aceptó todo lo que le dijo el bravucón, y por eso
se ha ganado el mote del “buen hombre” por parte de Trump, en vista de que cada
vez que habla con él lo pone como trapeador.
Le preguntaron a la ministra de Relaciones Exteriores de
Argentina (otro país vasallo de Estados Unidos), por qué América Latina no
había expresado apoyo a México en su disputa con Estados Unidos, y la ministra
contestó: ”porque México no lo ha solicitado”.
Y no lo va a solicitar, porque este gobierno vende patrias lo
último que quiere es hacer enojar (todavía más) al bravucón Trump. Por eso
envió a una burócrata de segunda a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y del Caribe (CELAC) a República Dominicana, en donde bien se pudo cabildear una
postura conjunta de los países latinoamericanos en apoyo de México; pero que
va, si lo que menos quieren Peña y neoliberales corruptos y serviles que le
acompañan es incomodar al nuevo emperador en Washington.
Ante estas evidencias de servilismo, es muy factible que
Trump consiga todo lo que quiera del vasallo gobierno mexicano. Por ello la
pregunta es; ¿Qué va a hacer la sociedad mexicana al respecto? ¿Se quedará
sumisa y callada viendo como estos esclavos de los racistas y xenófobos de
Washington acaban por desmantelar al país? ¿O por fin vendrá esa chispa que
finalmente queme la pradera que hace décadas está más que seca?
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