ZARATUSTRA

Algunos aseveran: Hace falte la piedad. Tomad todo lo que es mio. Tomad todo lo que soy. De esta manera me mata menos la vida. Si efectivamente fueran piadosos, le amargarían la vida al prójimo para quitarle el deseo de vivir. Su verdadera generosidad sería la crueldad.
Sin embargo anhelan liberarse de la vida y no les interesa que con sus cadenas y obsequios sujeten a ella todavía más al prójimo.
Asimismo ustedes, cuya vida es actividad frenética e impaciencia, ¿no se encuentran bastante fatigados de la vida? ¿No son terreno favorable para la prédica de la muerte?
Todos los que son amigos de la actividad frenética e impaciencia ¿no se encuentran bastante fatigados de la vida? ¿No son terreno favorable para la prédica de la muerte?
Todos los que son amigos de la actividad frenética y de lo vertiginoso, lo nuevo y lo raro, no se toleran a ustedes mismos, y su presteza es triste destino y afán de olvidarse de su propia persona.
Si tuvieran más fe en la vida, se abandonarían menos al instante. No cuentan con bastante pasta para esperar, ni para holgazanear.
Por donde quiera retumba la voz de quienes predican la muerte, y pululan en la tierra aquellos a quienes debe predicarse la muerte.
O la vida de ultratumba, me da lo mismo, con tal de que se marchen inmediatamente de este mundo.
Así hablaba Zaratustra.