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Zapata

martes, 17 de noviembre de 2015

OBAMA BAJO PRESIÓN

Los ataques terroristas en París han brindado la oportunidad al establecimiento político-militar neoconservador y al Partido Republicano de Estados Unidos, de poner bajo presión a Barack Obama para que retome la "Guerra contra el Terror" tal como la habían diseñado la cábala de asesores y funcionarios que rodearon y manipularon a su antojo al ingenuo George W. Bush.
El objetivo es reiniciar todo el entramado de acciones y políticas que se implantaron en Estados Unidos y en varios países del Occidente capitalista, a raíz del 9/11.
Como Francia, a través de su presidente, ya señaló que están "en guerra" y ha establecido un periodo de emergencia de 3 meses en el país, así como ha manifestado que serán implacables contra quienes cometieron los ataques, los neoconservadores en Estados Unidos, y sus jefes del complejo militar-industrial-de seguridad y del lobby pro Israel están aprovechando la situación para contrastar la posición dura del gobierno de Francia, contra la más moderada de Obama, que no tiene intenciones de mandar tropas a Siria e Irak, y que pretende mantener su estrategia de "contención" del Estado Islámico, a través de bombardeos, que ahora tiene que coordinar con rusos y franceses (y uno que otro ataque con drones de los británicos), para evitar confusiones y accidentes entre las fuerzas militares que están operando en la zona.
Obama claramente no desea inmiscuirse en otro conflicto mayor en el Medio Oriente a 14 meses de finalizar su administración, y preferiría dejarle esa decisión al siguiente presidente, pues como señaló en la conferencia de prensa que dio en Turquía al finalizar la cumbre del G20 no desea poner a más tropas estadoounidenses en riesgo, sin tener claro qué es lo que se va a hacer en el terreno, qué seguiría después de la intervención de tropas terrestres, cuánto tiempo deberían permanecer ahí y al final, qué es lo que se desea lograr.
Y es que Obama está en la siguiente encrucijada: por un lado los neoconservadores, el complejo militar-industrial-de seguridad, el lobby pro Israel, Israel mismo, Arabia Saudita, los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, Turquía, Egipto y Jordania desean el derrocamiento del presidente de Siria, Bashar el Assad, para así dislocar y detener lo que ellos llaman la "creciente chiíta", que va de Teherán, pasando por Bagdad y Damasco, hasta Beirut, por lo que desde hace 5 años han estado armando y apoyando financiera y logísticamente a cuanto grupo yihadista o supuestamente "moderado" se oponga a Assad.
En este sentido el surgimiento, hace casi 2 años, del Estado Islámico, como opositor del régimen de Bashar el Assad, así como de las milicias chiítas que operan en Irak en favor del gobierno de ese país, fue bien visto por todos esos actores, que se dieron a la tarea de apoyarlo o al menos tolerarlo, siempre y cuando dirigiera sus operaciones contra el régimen de Assad y contra los chiítas, ya fuera la milicia de Hezbollah, los iraquíes chiítas o las milicias iraníes que apoyan al régimen de Bagdad, y que lo llevaron a sólo 50 kilómetros de la capital iraquí.
Sin embargo, el Estado Islámico se dio a la tarea de atacar también a cualquier occidental que se encontrara a su paso (periodistas, contratistas, turistas, etc.), lo que generó la mayor preocupación en las capitales de Occidente.
Las atrocidades del Estado Islámico contra los ciudadanos occidentales generaron entonces la coalición, supuestamente de 62 países, para atacar a este grupo, que se extendió rápidamente por las zonas menos pobladas de Siria e Irak, lo que los llevó a confrontarse también con los kurdos.
Así, Siria se convirtió en los dos últimos años en una guerra de múltiples frentes, enemigos y alianzas cruzadas que han complicado los dos principales objetivos de quienes participan en este conflicto: el de derrocar a Bashar el Assad, y el de derrotar al Estado Islámico.
Obama se encontró así en la disyuntiva de atacar a ambos o priorizar uno antes que el otro. Obviamente los neoconservadores, Israel, Arabia, Turquía, etc. han presionado por derrocar primero a Assad, y una vez logrado esto, atacar al Estado Islámico.
Como Turquía decidió finalmente a mediados de este 2015 permitir el uso de su base aérea de Incirlik para los bombardeos de Estados Unidos al Estado Islámico, se consideró a nivel internacional que esto podría significar que los cielos de Siria serían dominados por completo por la aviación de Estados Unidos, dejando a la aviación siria en desventaja. Este hecho, más un serio debilitamiento del ejército sirio en el terreno, no sólo ante el Estado Islámico, sino ante los varios otros grupos apoyados por los países sunnitas y Occidente, plantearon la real posibilidad de que Assad fuera derrotado, lo que llevó a Rusia a decidirse a intervenir en favor de su aliado desde septiembre de este año, lo que añadió un actor de enorme peso militar y político a la ecuación, y que además ayudó a conformar otra coalición, ésta para atacar al Estado Islámico y a los otros grupos que intentan derrocar a Assad, conformada por Rusia, Siria, Irán, Irak y el Hezbollah.
Así, ahora hay dos coaliciones que intentan derrotar al Estado Islámico, una reticentemente lidereada por Estados Unidos, y la otra por Rusia. Y al mismo tiempo hay dos coaliciones, una para derrocar a Assad, ésta lidereada por las monarquías y los países sunnitas de la región e Israel; y otra para defender al régimen de Assad, lidereada en conjunto por Rusia e Irán.
Toda esta maraña de alianzas y contra-alianzas dificulta, si no es que paraliza, un ataque eficaz contra el radicalismo islámico, ya que una parte de esos grupos radicales, como por ejemplo Al Nusra (afiliado a Al Qaeda), es apoyado logísticamente por Israel y financieramente por algunas de las petromonarquías del Golfo; mientras que Estados Unidos ha llegado a bombardear posiciones de éste grupo en varias ocasiones. De la misma forma, Estados Unidos ha estado apoyando con armas y financiamiento a supuestos grupos "moderados" que combaten a Assad, a los que el gobierno de Putin ha atacado desde que inició sus operaciones aéreas hace casi 3 meses.
A lo anterior hay que agregar que otros países están aprovechando todo este escenario para atacar a grupos que consideran "terroristas", como es el caso de Turquía, que supuestamente decidió sumarse a los ataques contra el Estado Islámico, pero que realmente ha concentrado prácticamente el 90% de sus bombardeos contra los kurdos, que por cierto son de los más eficaces combatientes contra el Estado Islámico en tierra; y Arabia Saudita que mantiene el bloqueo y los bombardeos contra los houthis en Yemen, acusándolos de ser aliados de Irán.
La coalición anti-Assad está tratando de aprovechar la atención y la preocupación que han generado los ataques en Paris para "doblarle el brazo" a Obama y llevarlo a una confrontación mayor en el Medio Oriente, poniendo hasta 50 mil soldados en Siria e Irak (propuesta del neoconservador Kagan), con la supuesta intención de atacar al Estado Islámico, pero realmente con el objetivo de romper la coalición chiíta y desplazar a Rusia del escenario, para así poder derrocar sin obstáculos mayores a Assad. Siria así quedaría a merced de las potencias de la coalición que se repartirían el territorio y los recursos naturales a su antojo, además de sacar del Medio Oriente a Rusia y acorralar nuevamente a Irán; además de que muy probablemente podrían colocar a un gobierno más afín a sus intereses en Bagdad, alejado de la influencia iraní.
En cambio Rusia e Irán están tratando de preservar a Siria como un país unificado (que no quede desmembrado a raíz de este conflicto), evitar que el gobierno del país sea un vasallo de Occidente, de los países sunnitas y de Israel; mantener la presencia e influencia rusa e iraní en esa parte del Medio Oriente y en el caso iraní evitar que Hezbollah quede aislado en el sur de Líbano, a merced de los ataques israelíes.
Está claro que Obama no quiere quedar atrapado en ninguna de las dos redes de intereses, pero por lo mismo no ha decidido una estrategia coherente, ya que hay una lucha al interior de su gobierno para rendirlo ante la estrategia neoconservadora (derrocar a Assad; apoyo completo a Israel; rechazo al acuerdo nuclear con Irán y volver a aislar económica y diplomáticamente a este último país), y la estrategia "realista" (evitar una nueva intervención militar mayor estadounidense en la región, que implique riesgos a las tropas, gastos mayúsculos y la posibilidad de quedarse estancados ahí por años, como les ha pasado en Afganistán; de ahí que se ha abierto una ventana de distensión con Irán, y se está buscando algún acomodo entre los intereses estadounidenses y los rusos en la región).
El problema es que el Estado Islámico muy bien podría estar siendo ayudado o "guiado" por los servicios de inteligencia de países a los que les conviene que genere este tipo de actos atroces (la misma CIA, que está más del lado neoconservador; el Mossad israelí, los servicios de inteligencia saudíes, etc), con objeto de obligar a Obama a decidir por la opción intervencionista. 
Además, Obama no está mostrando en los hechos que su estrategia de contención pueda diezmar al Estado Islámico, y menos evitar sus actos terroristas, por lo que está obligado a buscar una opción intermedia entre la intervención a gran escala (lo que justificaría todavía más medidas de disminución de las libertades individuales en Occidente y más poder al Estado orwelliano); y un acuerdo con la otra coalición, la lidereada por Rusia, para atacar en conjunto, coordinadamente al Estado Islámico y al mismo tiempo iniciar un proceso de transición política en Siria, en donde Assad esté dispuesto a dejar el poder en 1 año o año y medio y así evitar más destrucción de Siria con el pretexto de que "Assad tiene que irse".
No está claro que Obama vaya a lograr esto último, pero al menos debe intentarlo, porque de lo contrario quedará como rehén de los neoconservadores y de la coalición anti-Assad, y si eso sucede, cuando se realicen las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el único tema será la "Guerra contra el Terror", o sea, el escenario perfecto para el triunfo de los republicanos.

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