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Zapata

lunes, 13 de enero de 2014

Michoacán (13 de Enero 2014)

Lo que sucede en Michoacán es una lucha por el control del territorio entre carteles rivales. Las llamadas "autodefensas", dirigidas por el doctor José Manuel Mireles (quien resultó herido en un accidente aéreo, y que está "resguardado" por la Policía Federal), al parecer es un híbrido entre miembros del cartel Jalisco-Nueva Generación (que son los que cuentan con el armamento más sofisticado, como los fusiles AK47) y pobladores que han sufrido los embates del cartel rival (y son quienes tienen escopetas y pistolas), Los Caballeros Templarios, cuyo principal centro de operaciones en la entidad, la ciudad de Apatzingán, está ya rodeada por estas "autodefensas".

La autoridad federal (ya no se diga la estatal o las municipales), se ha limitado a quitar los bloqueos a las carreteras (ayudando con ello a las "autodefensas"), que habían iniciado pobladores y/o miembros del cartel de los Caballeros Templarios (como en Parácuaro), para rechazar el avance de las denominadas "autodefensas".

Todo esto parece una película surrealista, pues las autoridades federales (fuerzas armadas y Policia Federal), no sólo han permitido este "paramilitarismo" de las autodefensas, sino que ahora están interviniendo en favor de uno de los cárteles, pues hasta ayer al menos, todo lo que han hecho ha sido desbloquear vías de comunicación, lo que ha permitido el avance de las autodefensas (tomaron ya la población de Nueva Italia, en las cercanías de Apatzingán), sin intervenir para desarmar y evitar enfrentamientos entre ambos grupos, como es su obligación legal.

El cartel Jalisco Nueva-Generación iba a convertirse en una escisión del cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín Guzmán Loera, alias "el Chapo" en el 2010, pues su socio "Nacho" Coronel había decidido formar su propio cartel, pero fue abatido por el Ejército, lo que bien pudo ser una "entrega" del propio Guzmán, para así evitar que Coronel se convirtiera en un nuevo rival.

A partir de ahí, el cartel Jalisco-Nueva Generación fue usado por Guzmán Loera como la "punta de lanza" contra sus rivales del cartel de "Los Zetas" (otra escisión, ésta del cartel del Golfo en Tamaulipas); y ahora es el instrumento para terminar con el dominio del cartel de Los Caballeros Templarios en Michoacán, con la complacencia o la complicidad de las autoridades federales. Varios gobiernos en el estado de Michoacán quedaron capturados por los carteles de la región, como lo fue en su momento "La Familia Michoacana", y ahora lo es una escisión de ese cartel, Los Caballeros Templarios, de ahí que el eventual triunfo del cartel Jalisco, generará reacomodos políticos, y no se descarta incluso una declaratoria de desaparición de poderes en la entidad, para así facilitar a los nuevos patrones ("el Chapo" Guzmán y sus socios), el dominio del estado.

Recordemos que la producción agrícola de Michoacán es muy relevante, especialmente la exportación de aguacate a los Estados Unidos, la cual ha sido objeto de continuas extorsiones por parte del cartel de los Caballeros Templarios. De la misma forma la producción de hierro del estado se había convertido en objetivo de este cartel, pues obligaba a los productores de este mineral a transportarlo en los camiones controlados por Los Caballeros Templarios, que a su vez controlaban el paso del mismo por la aduana del importante puerto de Lázaro Cárdenas, para su exportación a China. De ahí que la Secretaría de Marina, el Ejército y la Policía Federal llevaran a cabo un operativo para tomar el control y la seguridad del puerto en Noviembre del año pasado, quitándole así a Los Caballeros Templarios esta enorme fuente de ingresos.

Si unimos todos estos puntos, tal pareciera que el gobierno federal ha considerado que el cartel que se beneficiaba de las extorsiones y el tráfico de drogas, entre otras actividades del estado de Michoacán, no es un "aliado" confiable, a pesar de que en el pasado se le identificaba más cercano a los gobiernos priístas que a los panistas. ¿Será que la asociación de los Templarios con ciertos empresarios chinos para la exportación de mineral de hierro no gustó a las autoridades federales? Hace unos años (según reportó el periódico La Jornada el pasado 3 de enero), las exportaciones de mineral de hierro eran por 1.5 millones de toneladas. A partir de la asociación entre los Templarios y sus socios chinos, las exportaciones llegaron a 4 millones de toneladas.

Además, el puerto de Lázaro Cárdenas está  planeado para convertirse en el más grande en el Pacífico, aún más que el puerto de Los Angeles, lo que lo convierte en una muy relevante pieza en el ajedrez político-económico-militar de dicha zona, sobre todo tomando en cuenta que Estados Unidos pretende aumentar su comercio con sus socios del Acuerdo Transpacífico, que está diseñado para competir con China.

¿Será que el gobierno de Peña Nieto está más interesado en evitar que los chinos (que ya se convirtieron en la primera potencia comercial del mundo) puedan lograr una posición dominante en la producción de recursos naturales vitales, como el hierro, para lo cual es preferible cambiar de socios, así sean estos grupos criminales, a los que en teoría se tendría que combatir por igual?

En esta batalla hay intereses mucho mayores que los de los propios carteles que se disputan jugosas zonas para explotar con sus actividades criminales, y eso es evidente por la complacencia de las autoridades federales ante una situación totalmente fuera de la ley, en donde se ha permitido combates en toda forma entre grupos criminales rivales, con el objetivo de que uno de ellos (el cartel de Sinaloa y su aliado el Jalisco-Nueva Generación), tome el control de la entidad, para así asegurar a sus protectores que ninguna potencia ajena (¿China?) a las alianzas establecidas por el actual gobierno federal (específicamente con Washington), podrá establecerse en zonas estratégicas del país.




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