LA INUTILIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS EN SEGURIDAD PÚBLICA
La inconstitucional
legislación[1]
aprobada en las Cámaras de Diputados y Senadores para que la Guardia Nacional
quede definitivamente dentro del ámbito de la Secretaría de la Defensa Nacional
hipócritamente quiere ser presentada por el actual gobierno como la “solución”
al gravísimo problema de la inseguridad, violencia e impunidad que tienen hundido
al país desde hace 40 años.
Desde que
Felipe Calderón (2006-2012) abiertamente utilizó a las fuerzas armadas en
contra de los cárteles del narcotráfico, pasando por el gobierno de Peña Nieto
y hasta el actual, el Ejército, la Marina y ahora la recientemente creada (y
militarizada) Guardia Nacional, no sólo no han detenido el aumento brutal de la
violencia y la inseguridad en el país, sino que ahora están más expuestos que
nunca a la corrupción que va asociada con el combate a las actividades
criminales; y en vista de que las fuerzas armadas no dan cuenta de sus acciones
al pueblo de México -hay una completa opacidad sobre su actuación- realmente no
se sabe qué tanto han avanzado los cárteles del narcotráfico y el crimen
organizado en la cooptación de mandos y tropa dentro del Ejército, la Marina y
la Guardia Nacional.
Como se
puede apreciar en la gráfica la tendencia al alza en homicidios dolosos no ha
sido detenida por la participación de las fueras armadas en el ámbito de la
seguridad. Ni la impunidad ha dejado de estar en el rango del 98% de los
delitos sin castigo, durante décadas.
Así también,
entidades de la República en donde antes no se registraban altos niveles de
violencia como por ejemplo Guanajuato, Colima o Chiapas, ahora están en una
situación gravísima.
Pero los gobernantes,
como los actuales, a lo largo de estos 40 años, no han hecho nada por crear policías
profesionales, honestas, bien pagadas; ministerios públicos preparados con
altos niveles de control de confianza y con los suficientes recursos para
realizar investigaciones que lleven a disminuir la impunidad; ni tampoco un
sistema judicial que pueda ser confiable y cuente con los recursos y el
personal suficiente y capacitado para hacerse cargo del enorme número de casos
que llegan a los tribunales. Ni tampoco un sistema penitenciario que no sea una
fábrica de delincuentes y que realmente pueda rehabilitar a los presos en los
casos de delitos menores y mantener en prisión a los verdaderos criminales.
Y no lo han
hecho porque, como lo hemos afirmado en este blog, el crimen organizado es
parte integral de la estructura de poder político y económico en México. No es
un ente aparte, sino que es uno de los “activos” que los grupos que se disputan
el poder en el país, utilizan para extraer recursos económicos y para afianzar
su poder en municipios, regiones, estados y el país todo.
Siendo esto
así, el que la Guardia Nacional quede dentro de la Secretaría de la Defensa
Nacional no cambia nada, pero el gran hipócrita de Palacio Nacional quiere
hacer creer que esa es la “solución” al problema de la inseguridad, la
violencia y la impunidad en el país.
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