A UN PASO DE LA DICTADURA
Ayer el
secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, durante el 175
aniversario de la gesta de los Niños Héroes en Chapultepec, afirmó que “dichos
sesgados buscan apartar al ejército del pueblo”; y todavía más “..quienes
integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unión
nacional y debemos discernir de aquellos que, con comentarios tendenciosos
generados por sus intereses y ambiciones personales, antes que los intereses
nacionales, pretenden apartar a las fuerzas armadas de la confianza y respeto
que deposita la ciudadanía en las mujeres y hombres que tienen la delicada
tarea de servir al país”.
Nada velada
la amenaza de este general al decir que aquellos que no estén a favor de las barbaridades
que dicta el actual gobierno, son unos traidores que atentan contra “la unión
nacional” y contra los “intereses nacionales”.
Ahora
resulta que es el Ejército el que define cuáles son los intereses nacionales;
quiénes pueden o no criticar a las instituciones oficiales, sobre todo a las
fuerzas armadas; quiénes son unos “interesados” solo en ellos y no en la
patria. Nos salió un general secretario muy definidor de lo que debe ser el
sistema político mexicano; es decir, un sistema en donde sólo el gobierno y en
especial sus fuerzas armadas definen unilateralmente lo que es la patria, la
seguridad nacional, los intereses nacionales y bueno ya la democracia no,
porque eso a los militares no les cae muy en gracia.
Es la misma
definición que hicieron los gobiernos fascistas militares de América del Sur
contra sus opositores; todo aquél que sea nuestro opositor es el “enemigo
interno”, y por lo tanto no es parte de la nación; y por lo tanto puede y debe
ser eliminado.
Ya llegamos
al nivel en que sin pudor, y sobre todo por el enorme poder que el gran
hipócrita de Palacio Nacional le ha dado a las fuerzas armadas, éstas ya se
sienten con las ínfulas de dictar cátedra al país de quienes sí y quiénes no pueden
hablar en favor o en contra del gobierno, quiénes sí y quiénes no son patriotas
y quiénes sí y quiénes no recibirán el visto bueno de los gobernantes.
Que se vayan
preparando Sheinbaum, Ebrard o Adán Augusto López, porque las fuerzas armadas,
para el siguiente sexenio (sea quien llegue a la presidencia), los van a tener supervisados o mejor aún
subordinados a lo que quieran, necesiten o demanden.
Se extingue
a gran velocidad el gobierno civil, y a la vista de todos se conforma una
dictadura militar nada discreta, que ahora ya regaña, demanda y censura a todo
aquél que ingenuamente cree que vive en democracia y que tiene el derecho a
criticar y proponer ideas distintas a las de los gobernantes.
Triste y
oscuro tiempo el que se vive en México; y peores tiempos los que nos esperan.
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