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Zapata

sábado, 3 de septiembre de 2022

 ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN SE PREPARAN PARA UNA GUERRA EN TRES FRENTES

Comienzan a hacerse comunes los análisis en Estados Unidos sobre la posibilidad de que tengan que enfrentar conflictos militares contra Rusia en Europa, China en Asia-Pacífico e Irán en el Medio Oriente.[1]

Después de la implosión del campo socialista en Europa del Este y la URSS en 1991-92, Estados Unidos quedó como la única superpotencia mundial; y el capitalismo y la democracia como los vencedores del periodo conocido como Guerra Fría (1947-1990).

La arrogancia, la ambición y la falta de visión estratégica de las élites occidentales las llevaron a hundir en una explotación económica (y de sus recursos naturales) atroz de Rusia; mientras dejaban que China se desarrollara rápidamente en el terreno económico, creyendo que sería una factoría gigantesca al servicio de Estados Unidos y Europa.

El aparato militar, de seguridad e inteligencia ruso, al sentirse humillado por Occidente, y ver la devastación económica y social que este causó en su país, con la complicidad de oligarcas rusos y ruso-judíos, los llevó a tomar el poder a través de uno de su apparatchiks, Vladimir Putin, a fines de 1999.

Desde entonces, Rusia ha recuperado su lugar como potencia militar y política de primer orden y ha expulsado y/o controlado a los oligarcas aliados de Occidente. Además, ha reestablecido su presencia en zonas en las que antaño la URSS tenía una influencia importante, como Siria y las repúblicas que formaron la Unión Soviética.

Por su parte China, con su impresionante crecimiento económico y posteriormente, con su estrategia de expansión a través de las relaciones económicas con Asia, Africa, Medio Oriente y América Latina con la Belt and Road Initiative (BRI), demostró que era la potencia más innovadora y dinámica del planeta, poniendo en entredicho el liderazgo económico de Estados Unidos y de Occidente.

Así, desde el gobierno de Barack Obama (2008-2016) las élites occidentales, comandadas por Estados Unidos, han intentado afianzar el liderazgo de Washington, primero mediante la sola competición económica, científica y tecnológica; pero después, con la llegada de Trump a la presidencia (2016-2020), con un aumento formidable en el gasto militar y en la confrontación directa en materia económica, principalmente con China (sanciones, aranceles, etc.).

Con Joe Biden se ha planteado que la competición con Rusia y China es entre “democracias”, o sea el Occidente y aliados, y “autocracias”, queriendo revivir de alguna manera el enfrentamiento entre las democracias y los regímenes nazi-fascistas de la Segunda Guerra Mundial.

En este sentido, la urgencia de Israel y Arabia Saudita por detener el crecimiento de la influencia iraní en el Medio Oriente desde el triunfo de la revolución de 1979 ha llevado a incluir a los iraníes como parte del campo de las “autocracias”, que desde el punto de vista de la hegemonía occidental, constituyen un peligro para la misma.

Con la invasión rusa a Ucrania y las consecuencias políticas y económicas que ha tenido en todo el mundo; con la creciente tensión entre China y Taiwán, exacerbada por políticos estadounidenses y occidentales que están visitando continuamente la isla; y con la creciente oposición de los muchos “halcones” del aparato político estadounidense, aceitada por los grupos pro israelíes y por el gobierno de Tel Aviv, a la nueva negociación sobre el acuerdo nuclear con Irán, se está configurando un panorama en que Estados Unidos y Occidente, sintiéndose todavía muy superiores en materia militar y económica a Rusia, China e Irán, están empujando la situación, cada vez más, hacia posibles confrontaciones militares con dichos países, en tres frentes geográficos distintos.

En Washington principalmente, pero también en Londres (con la próxima Primera Ministra Liz Truss), al parecer piensan que si provocan de una vez enfrentamientos militares directos (aunque limitados) con Rusia, China e Irán, los tres países podrían recular, o al menos uno de ellos optaría por evitar la confrontación, con lo que de inicio ya no serían tres frentes los que se abrieran; y en ese sentido la supuesta superioridad militar, económica y tecnológica de Occidente le permitiría derrotar a los dos enemigos que quedaran.

Confían en que si Occidente en su conjunto se presenta resuelto, por ejemplo a enfrentar a Rusia en Ucrania, con el objetivo de expulsar a las tropas rusas de ese país, Putin y los dirigentes rusos optarán por no llegar a una confrontación nuclear con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, y ello significaría una derrota estratégica mayúscula para Putin.

Asimismo, Estados Unidos y la OTAN están aumentando significativamente su presencia militar en Asia-Pacífico y sus ventas de armas a Taiwán, quizás esperando incitar a China para que haga algún intento de invasión contra Taiwán, lo que permitiría a Occidente generar un conflicto con los chinos, que bien podría estancarse por mucho tiempo, y con ello debilitar estratégicamente a Pekín.

En el caso de Irán, Israel lleva 40 años esperando poder provocar una invasión de Estados Unidos a ese país, que como ya lo logró en Irak y Libia, provoque un cambio de régimen, una situación de permanente inestabilidad política; destrucción económica y de ser posible de balcanización del país.

En este momento en que las élites occidentales están hiper energizadas en su confrontación global contra Rusia y China, en Tel Aviv (y en menor medida en Riad), piensan que es la oportunidad perfecta para provocar un conflicto con Irán que finalmente logre el propósito israelí de destruir a un competidor estratégico de primer orden en el Medio Oriente.

Estas élites irresponsables, arrogantes e ignorantes de Washington, Bruselas, Londres y Tel Aviv están poniendo al mundo a un paso del abismo y del Armagedón nuclear; pero su inconsciencia no tiene ningún contrapeso en sociedades que están absolutamente dominadas y subordinadas por el inmenso aparato político-ideológico de Occidente, con sus multimedia, empresas tecnológicas y de comunicaciones, que mantienen al público de Occidente zombificado, lo que más temprano que tarde les pasará el costo con guerras devastadoras que bien podrían dejar a sus países en la completa ruina.

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