Contradicciones de México en Washington
AGUSTÍN
GUTIÉRREZ CANET
18.11.2021
https://www.milenio.com/opinion/agustin-gutierrez-canet/sin-ataduras/contradicciones-de-mexico-en-washington
A 15 días de tomar posesión como secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard se reunió en secreto, en un hotel cercano al aeropuerto de Houston, con los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Pompeo y Kirstjen Nielsen. Ese día, el 15 de noviembre de 2018, Ebrard, acompañado de su cercano asesor Javier López Casarín, aceptó lo que el gobierno de Peña Nieto se había resistido a conceder: convertir a México en la sala de espera migratoria de Estados Unidos. Fue grande la sorpresa para los estadunidenses que nunca imaginaron que el nuevo gobierno mexicano, nacionalista de izquierda, permitiera que los solicitantes de asilo esperen en México, mientras dure el trámite algunos años. Y todo lo hizo Ebrard a espaldas de la nación y a cambio de nada. Entre la incredulidad y el regocijo, Mike Pompeo llamó después de la reunión en Houston a su colega mexicano del gobierno saliente, a quien le dijo: “It’s too good to be true” (“Es demasiado bueno para ser verdad”). Al justificar la entrega de nuestra soberanía migratoria al vecino del norte, Ebrard luego anunció en diciembre de 2018 que Washington comprometió 5.8 mil millones de dólares para el desarrollo en Centroamérica y 4.8 mil de inversión en México. Puras cuentas alegres como las que acostumbra a hacer Ebrard. Trump se fue de la Casa Blanca y nunca envió un solo dólar a México ni a Centroamérica de los 10.6 mil millones anunciados con bombo y platillo por el secretario de Relaciones Exteriores, pero sí militarizamos nuestras fronteras.
Mientras que Trump tomó el pelo a México e impunemente injurió a los mexicanos como asesinos y violadores, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo una relación cordial con su amigo Donald y nunca le reclamó las recurrentes ofensas al pueblo mexicano. Al contrario, reiteró que nos respetaba. El mandatario, quien por mucho tiempo se negó a felicitar a Biden por su triunfo electoral contra Trump, está ahora en Washington tratando de enmendar el error. López Obrador defendió la iniciativa del presidente demócrata de regularizar a 11 millones de indocumentados y advirtió a los congresistas estadunidenses que se opongan a la medida que serán exhibidos por él. La imprudente declaración de López Obrador es contradictoria, hacia dentro y hacia fuera.
En el ámbito
interno, AMLO viola el principio constitucional de no intervención en los
asuntos internos de otra nación, pues México reconoce la soberanía de Estados
Unidos para definir sus propias leyes migratorias. Si bien es correcto que
México defienda los derechos humanos de los migrantes mexicanos por ser
universales, no debe avalar el marco legal de otro país, de la misma forma como
rechazamos que los extranjeros dicten las nuestras en el ejercicio de nuestra
soberanía. En el ámbito externo, resulta contraproducente lanzar advertencias a
los congresistas estadunidenses que se opongan al programa migratorio (por
cierto, los oponentes son legisladores republicanos afines a Trump), pues
provocaría el hazmerreír, el desdén o el escalamiento de las tensiones con
México en el poderoso Capitolio. Biden tiene bien medido al gobierno mexicano,
sabe que para tratar a un presidente popular e impredecible es mejor mantener
una relación cordial en público, dirigida a complacer a la galería mexicana,
pero defendiendo con firmeza a los inversionistas estadunidenses con base
en el tratado de libre comercio. Agustín Gutiérrez Canet
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