CDMX: un gabinete corrupto
Adrián
Rueda
En menos de
tres años, cuatro funcionarios de Claudia Sheinbaum se han tenido que ir de su
gobierno por presuntos actos de corrupción, entre ellos dos que fueron sus
compañeros de lucha en la UNAM.
Este fin de
semana, Paola Félix fue separada de la Secretaría de Turismo al ser descubierta
viajando a Guatemala en un avión privado, a cuyos pasajeros les decomisaron 35
mil dólares en efectivo, que tendrán que comprobar.
La
funcionaria acudió a la boda de Santiago Nieto, titular de la Unidad de
Inteligencia Financiera, y Carla Humphrey, consejera electoral del INE,
celebrada en el exconvento de Santo Domingo, en la ciudad de Antigua.
En el mismo
avión viajaba el productor teatral Alejandro Gou, a quien la funcionaria le
asignó un contrato por 15 millones de pesos para el desfile de Día de Muertos
realizado la semana pasada.
A pesar de
que el fin de semana se realizó la carrera de Fórmula Uno en la Ciudad de
México, que es quizá el evento turístico más importante del año, Félix prefirió
ir a la boda.
Tras
aterrizar en el aeropuerto La Aurora de la capital guatemalteca, la policía
hizo una revisión de rutina, encontrando siete sobres blancos, cada uno con
cinco mil dólares en efectivo, por lo que detuvo durante varias horas a los
pasajeros.
Al filtrarse
la noticia en redes sociales, Paola desmintió que estuviera detenida y puso su
renuncia en la mesa de Sheinbaum, quien de inmediato se la aceptó, señalando
que en su gobierno se debe respetar la austeridad, honradez y transparencia.
Y ya que
cree firmemente en ello, la jefa de Gobierno debería transparentar sus propios
gastos en avión, hoteles y taxis de sus recientes viajes al interior del país,
nomás para predicar con el ejemplo.
Con la
salida de Paola ya son cuatro los funcionarios del gobierno capitalino que se
tienen que ir por no cuidar las formas… o por darse vida de fifís con recursos
ajenos.
Las primeras
bajas se dieron a menos de un año de su llegada, pues en 2019 su entonces
consejero jurídico, Héctor Villegas —a quien traía desde Tlalpan— y la
directora del Invea, María Idalia Salgado, se fueron de compras al black-friday
en vuelo privado a Texas.
El avioncito
era de Fernando Ruano, dueño de decenas de microbuses en la capital, a quien
sus invitados tenían que darle el visto bueno para que sus unidades pudieran
trabajar.
Ambos se
tuvieron que ir, pero no porque confesaran su fechoría, sino porque se filtró
en las benditas redes sociales y no los pudo sostener. Es más, a Villegas no lo
corrió, le aceptó la renuncia.
Pero no fue
todo, pues antes de que cumpliera su segundo año de gobierno, aceptó la
renuncia de Jesús Orta Martínez como secretario de Seguridad Ciudadana. No se
atrevió a correrlo, con todo y la evidente corrupción que arrastraba y el
pésimo trabajo hecho; él renunció.
Actualmente,
Orta Martínez es buscado por la Interpol para que responda sobre graves
acusaciones de corrupción en México.
Y ahora se
da lo de su secretaria de Turismo, justamente una semana después de que la
propia Sheinbaum despertó protestas en la capital por haber abandonado su
trabajo para visitar varios estados, por lo cual le exigieron demostrar que en
sus viajes no hubo recursos públicos o regalos.
CENTAVITOS
Por cierto,
lo que Santiago Nieto y Carla Humphrey planearon como una boda discreta terminó
en un escándalo ajeno a la pareja. Pero, en una de ésas, el titular de la UIF
tiene que investigar a sus invitados, por aquello de los miles de dólares que
traían en efectivo.
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