SIGUE LA GUERRA DE AMLO CONTRA LA
CLASE MEDIA
Hoy en su
conferencia “mañanera” el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) siguió con su interminable guerra contra la clase media mexicana, por haber votado en
contra de su coalición de partidos, en las pasadas elecciones del 6 de junio,
en las principales ciudades del país; pero especialmente en la ciudad de
México, la cuna del lopezobradorismo.
Para AMLO el
que la mayoría de las clases medias del país ya no le dieran su voto a los
partidos que lo apoyan (Morena, PT, PVEM y PES), fue producto de que se dejaron
“manipular” por la “guerra sucia” del “conservadurismo”. Votaron sin informarse
y sin saber por quienes votaban.
Según AMLO,
esas clases medias son racistas, clasistas, “aspiracionistas”, están a favor de
la corrupción, son manipulables y hoy llegó al colmo al decir que son como las
clases medias de la Alemania Nazi que favorecieron la llegada de Hitler al
poder; como las que apoyaron el golpe de Estado contra Allende en Chile y como las
que apoyaron a Victoriano Huerta en el golpe de Estado contra Francisco I.
Madero aquí en México.
Bueno pues
si son todo eso, uno se pregunta, para qué querría él y su inmaculada coalición
de bondadosos, honestos, trabajadores, pagadores de impuestos y nacionalistas
mexicanos que apoyan su proyecto, que dichas clases medias votaran y se sumaran
a AMLO y a sus bases clientelares.
Al contrario,
qué bueno que esos racistas, corruptos, mentirosos, manipulables, estúpidos,
nazis y fascistas se queden apoyando al PAN, al PRI y al PRD (y también al
Movimiento Ciudadano). ¿Para qué los quiere en su proyecto?
Lo que pasa
es que una parte nada despreciable de esos a los que él ahora descalifica,
desprecia y abomina (hasta 8 millones), votaron por él y su coalición
gobernante en 2018.
Y claro, él
esperaba que siguieran haciéndolo en este 2021.
Pero da la
casualidad de que esos clase-medieros esperaban que no los corrieran de su
trabajo, como lo hizo AMLO al despedir a miles de burócratas que votaron por
él, y que esperaban mejorar su situación con la llegada de la “izquierda” al
poder. Lo que recibieron a cambio fue perder su trabajo.
Cientos de
miles de micro y pequeños empresarios esperaban que con la llegada al poder de
la “izquierda”, se apoyaría a este sector que es el que genera el 70% del
empleo formal del país.
No hubo ningún
tipo de apoyo y por el contrario, cuando golpeó la pandemia y con ella los
cierres obligados de actividades, no hubo ayuda del gobierno federal, ni del
gobierno de la ciudad de México para estos clase medieros, lo que ocasionó la
quiebra de 1 millón cien mil negocios, el despido de cientos de miles de
empleados, y el aumento de la pobreza del país en 10 millones de personas.
Los ecologistas
esperaban que con la llegada de la “izquierda” al poder, ahora sí se detendría
el ecocidio de las grandes trasnacionales y de las faraónicas obras públicas
que devastan al medio ambiente. Pues lo que sucedió fue todo lo contrario, se
impulsaron más obras, más inversiones que destruyen los ecosistemas y peor aún,
desde el gobierno se estigmatizó a los ambientalistas.
Los
científicos, los artistas, los deportistas, que no han recibido los apoyos
suficientes para sus actividades durante décadas, supusieron que con la llegada
de la “izquierda” al poder esto se revertiría; pero cual fue su sorpresa que
les llegó más austeridad, más recortes y además las acusaciones de que eran
unos privilegiados y debían aguantarse las críticas y recriminaciones que les
hacían desde el gobierno.
Los
defensores de los derechos humanos y las madres y padres de miles de personas
desaparecidas en el país pensaron que con la “izquierda” en el poder, habría un
cambio de fondo para apoyarlos en la defensa de los derechos de los mexicanos y
en la búsqueda de sus familiares. Sólo han recibido desplantes, desprecio y menos
recursos. Y por supuesto, la ya consabida crítica de que son manipulados por
los conservadores.
Las feministas
pensaron que con la llegada de la “izquierda” al poder, ahora sí los derechos
de las mujeres se verían fortalecidos y se les tomaría en cuenta en sus
demandas. En cambio, desde el gobierno han sido criticadas, vilipendiadas, ignoradas
y por supuesto, descalificadas como “manipuladas” por los conservadores.
Los
internacionalistas que han luchado por que México no se convierta en un
protectorado de Estados Unidos y que criticaron duramente las políticas de los
gobiernos neoliberales por su
subordinación ante Washington, vieron como en los dos primeros años del
gobierno de AMLO, se llegó a la abyección total para complacer en todo lo que
demandó y exigió el presidente más antimexicano que ha habido en los Estados Unidos
en más de 100 años, Donald Trump.
Las ONG y los
especialistas de la sociedad civil que lucharon por evitar que México se
convirtiera en un país semejante a los del Cono Sur, en los que los militares
han tenido en diversas etapas de su historia la última palabra, han visto con horror como un
gobierno que se dice de “izquierda” le ha abierto las puertas en todos los
ámbitos a las fuerzas armadas, y ha acabado por militarizar la seguridad
pública, yendo a contracorriente de las mejores prácticas y políticas
públicas a nivel mundial, que justamente recomiendan lo contrario, sacar a las
fuerzas armadas del ámbito de la seguridad pública, pues sólo exacerban la violencia
y no resuelven de fondo el problema de la inseguridad.
Pues todo
esto ha hecho López Obrador, que ha lastimado profundamente a las clases medias
del país, tanto a las conservadoras y “fifís”, como a las progresistas y
liberales.
Y por ello,
las conservadoras regresaron a votar, por los que siempre han votado, por el PRIAN;
eso no debería sorprender a AMLO, ni enojarlo tanto.
Lo que sucedió
es que la clase media informada, consciente, liberal y progresista del país,
que votó por AMLO y por Morena en 2018, ya no lo hizo esta vez. No votó por la
oposición, simplemente se abstuvo de votar, desencantada, desilusionada y
decepcionada de AMLO y sus políticas.
¿Y qué hace
AMLO al respecto? Diario les receta a todas las clases medias, sin distinción,
que son unos estúpidos manipulables, que se dejaron engañar, que son racistas,
corruptos, clasistas y ahora hasta nazis también.
Hoy puso
como ejemplo de la bondad de sus políticas públicas cómo una supuesta familia de
clase media “venida a menos”, no dijo por qué se vino a menos (a lo mejor por
alguna de las políticas públicas que él ha desarrollado contra las clases
medias); recibió ayudas para su hijo a través de becas y el programa
Construyendo Futuro.
Cuando su
hijo se fue a arreglar los dientes con una dentista, ésta se quejó de los
programas sociales de AMLO, lo que motivó que la mamá del joven la increpara,
pues gracias a esos programas, ella tenía a ese cliente que iba a pagar con el
dinero de la ayuda gubernamental.
AMLO es tan
maniqueo, que no se da cuenta de que con estos ejemplos o “anécdotas”, valida
las acusaciones que se le hacen desde la oposición.
Lo que
quiere es empobrecer a las clases medias, para que así se vean en la necesidad
de recibir apoyos gubernamentales; y entonces se convertirán en apoyadores del
gobierno de AMLO.
Demuestra
con estos ramplones ejemplos que lo que le interesa es el voto y el apoyo de la
gente, a través de las dádivas asistencialistas del gobierno.
Lógicamente,
las clases medias “aspiracionistas”, que no califican para recibir esos apoyos
o ni siquiera los buscan, pues no son clientes del gobierno, no se les puede manipular,
comprar, chantajear, ni intimidar con el “petate del muerto” de que les van a
quitar los programas de apoyo.
Y como no
puede convencer, ni comprar con sus programas asistencialistas a esas clases
medias, tanto las conservadoras como las progresistas, pues entonces son unos
nazis, fascistas, estúpidos, manipulables, etc.
Por ello,
hoy AMLO dijo que igual va a seguir quitándole dinero a las clases medias, como
pueda, para regalárselo a los pobres (a los oligarcas no, a esos los quiere mucho y los recibe en Palacio
Nacional para perdonarlos por sus malos trabajos en las obras que se les asignan); así que los próximos tres años seguiremos
viendo, no sólo un ataque verbal continuo del presidente y algunos de los lamesuelas
que tiene en la nómina, sino de políticas públicas devastadoras contra las clases
medias, lo que va a provocar su empobrecimiento (en dos años y medio ya hay 10
millones más de pobres), por lo que ya no van a contar con ingresos, ni van a
producir nada. Se van a sumar a las legiones de pobres del país que esperan que
el gobierno los ayude mes a mes. El problema es que con una clase media que ya
no va a aportar recursos para esos programas asistencialistas, no se ve de
dónde el gobierno pueda seguir financiándolos; y entonces va a recurrir a la
deuda, y se iniciará un nuevo ciclo de estancamiento económico y de crecimiento de
la pobreza en el país.