La correlación de fuerzas
José Blanco
https://www.jornada.com.mx/2018/11/13/opinion/019a2pol#
No habrá cuarta transformación sin un cambio radical en el statu
quo.La victoria de Morena ha abierto la posibilidad de ese cambio pero, por
ahora, es sólo eso: una posibilidad. Morena ha ganado el gobierno, pero no el
poder, hemos escrito en este espacio. El affaire de las
comisiones bancarias acaba de darnos una pequeña muestra de la fuerza de los
poderes fácticos: estremecieron la bolsa de valores y el tipo de cambio y
hablaron en voz alta: regular las comisiones es negativa para las instituciones
de crédito a corto y mediano plazos: ¡no me toquen! Y fueron más lejos: “la
iniciativa, junto con otras posturas del gobierno electo, genera preocupación
respecto al potencial inicio de un proceso de desinstitucionalización en el
país…; la forma intempestiva en que se anunció la iniciativa reitera la
disposición del nuevo gobierno a adoptar un proceso de toma de decisiones al
margen del estipulado institucionalmente, y más en línea con el que usaron para
cancelar el proyecto del NAIM”: una forma categórica de reprobar al próximo
gobierno. Reclamaron, además, ser consultados antes de cualquier decisión
relacionada con sus intereses.
Los poderes fácticos se opondrán
a cualquier cambio que busque alterar el statu quo. AMLO ha debido salir a calmar el
oleaje financiero agitado por esos poderes; y ha confirmado su decisión de no
operar cambios fiscales y financieros durante la primera mitad de su mandato.
El mensaje tiene dos
caras: una es el reconocimiento de los poderes fácticos: no se puede hacer
política sin el reconocimiento del poder de los adversarios (o acaso enemigos);
la otra, el aviso
nos vemos en tres años. Pero para entonces tampoco podrán realizarse ni esas mínimas reformas, sin una correlación de fuerzas favorable al nuevo gobierno.
Para cambiar esa
correlación es inexcusable una tenaza: un brazo de justicia social que abata
las desigualdades y haga llegar a grandes proporciones del pueblo llano
trabajo, ingresos dignos, salud y educación, y otro brazo que organice al
pueblo y cree con él un relato macizo sobre la justicia social que lo mantenga
movilizado, otorgando respaldo continuado a la cuarta transformación. Más aún:
la tenaza debiera apoyarse en un sólido conjunto de alianzas internacionales
que incidan en esos mismos objetivos. Debería hacerse agregando a las
relaciones económicas con EU, robustas relaciones productivas con otras
potencias que no sólo favorezcan el alcance de tales objetivos, sino que
alteren las relaciones de dependencia profunda que México mantiene con la
metrópoli del norte. El fortalecimiento de relaciones con China, buscado por el
nuevo gobierno, puede jugar un papel relevante en la dirección apuntada.
Si la tenaza referida
consigue alterar la correlación de fuerzas, no sólo unas comisiones bancarias
pueden ser reguladas (peccata
minuta), una transfiguración significativa del mapa social
podría ser operada; se habrían sentado así las bases internas para un
desarrollo económico y social inclusivo.
Si el gobierno de
Morena avanza en la configuración de esa tenaza, estará alterando unas reglas
establecidas por la globalización financiera, que han dado lugar a la creación
de los poderes fácticos cuya arrogancia hemos visto en los últimos días. Se
sienten dueños del casino neoliberal, porque lo son.
El PIB creció 2 por
ciento en 2017, la cifra más baja en los cuatro años anteriores, debido a una
contracción del sector industrial y a una desaceleración tanto del sector
servicios –casi 2/3 del producto– como del sector agropecuario. En tanto, la
banca que opera en México registró en 2017 ganancias por 137 mil 700 millones
de pesos, 28.4 por ciento más que en 2016. Esta aberración económica denota un
traslado de ingreso desde los sectores productivos y, de hecho, desde el
conjunto de la economía, hacia esa parcela no productiva: la banca. Y fue
posible debido principalmente a las reglas con que opera la economía
financiarizada neoliberal; en específico: el Banco de México aumentó cada
trimestre la tasa de interés
objetivode 3.75 por ciento en febrero de 2016, a 7.25 por ciento en diciembre de 2017 (7.75 a la fecha). Esa tasa, en 2017, prácticamente fue duplicada. Tal política elevó brutalmente toda la curva de las diversas tasas activas que cobra la banca.
Las reglas de
operación financiera explican las altas ganancias de la banca y, en gran
medida, la caída en el crecimiento del producto en 2017. La economía neoliberal
funciona con unas reglas tan absurdas que, si la tasa objetivo no hubiera sido
aumentada, el Banco de México cree que la inflación habría causado mayores
estragos que la caída del producto (más el efecto de concentración del ingreso
en favor de banqueros y rentistas). Por esas reglas de casino la economía va o
mal, o peor, socialmente hablando.
Las alianzas
internacionales debieran buscarse también para alterar las reglas de casino de
la globalización financiarizada. Europa ya debate algunos absurdos como el
señalado.
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