Hoy hace un
siglo se terminaba la Primera Guerra Mundial con la derrota de Alemania,
Austria-Hungría y el Imperio Otomano (antes ya había caído Rusia ante Alemania);
y la victoria de Estados Unidos, Gran Bretaña[1] y Francia (a las que se habían
unido durante la conflagración Italia y Japón).
La disputa
principal fue entre el capitalismo maduro británico y el capitalismo en
expansión alemán; a lo que se sumaron las ambiciones territoriales y hegemónicas
en los Balcanes de Austria-Hungría y Rusia; el deseo de revancha francés contra
Alemania (por la derrota en la guerra de 1870-71 y la pérdida de territorio); y
las ambiciones de potencias en ascenso que aprovecharon el conflicto, como
Estados Unidos y Japón.
Los pactos
secretos y las redes de alianzas entre los distintos países, provocaron una expansión
muy rápida del conflicto, que abarcó a la mayor parte del planeta.
Al terminar la
guerra (iniciada el 28 de julio de 1914), desaparecieron los imperios, alemán,
austro-húngaro, otomano y ruso; Estados Unidos se afianzó como la primera
potencia mundial; Gran Bretaña y Francia mantuvieron a duras penas, su estatus de potencias mundiales; y se
estableció en Rusia un sistema político-ideológico-económico antagónico al de
las potencias occidentales.
Las injustas
condiciones impuestas en el Tratado de Versalles a Alemania, generarían una crisis política y
económica mayúscula en este país, que a la postre llevaría al ascenso del
nazismo, tan sólo 14 años y 3 meses después de finalizado el conflicto.
Hoy muchos
analistas políticos y estudiosos de la historia están viendo condiciones
parecidas a las que detonaron esta guerra a principios del siglo XX; pues la
potencia mundial dominante, Estados Unidos, está siendo retada en su hegemonía
por una potencia en ascenso, China.
Al mismo
tiempo, los nacionalismos que tanto influyeron antes de la Primera Guerra
Mundial para inflamar los odios y las contradicciones entre los países
beligerantes, hoy está de regreso en varios países europeos y en Estados
Unidos,
Y de la
misma manera, la carrera armamentista que se desató durante las dos décadas
previas a la guerra entre las potencias beligerantes, hoy se reedita con el
armamentismo desbocado estadounidense, que está llevando a que China y Rusia,
pero otros países también, por sus conflictos regionales específicos como
India, Pakistán, Arabia Saudita, Israel, Irán, Japón, etc. estén entrando en
esta carrera de producción y compra masiva de armamento, cada vez más sofisticado
y destructivo.
La guerra
económica, ya nada disimulada de Estados Unidos contra China, que está
afectando cada vez más a la economía internacional; los problemas políticos y
económicos de la Unión Europea, enfrentando en su seno las crecientes críticas
de nacionalismos cada vez más beligerantes como los de Hungría, Polonia e
Italia; y la crisis migratoria que azota al mundo, debido a las condiciones
miserables en las que viven muchos países; así como la inseguridad y violencia
que sufren diversas regiones del planeta (Sureste de Asia, Africa Subsahariana,
Medio Oriente y Centro, Sudamérica y el Caribe), está afectando cada vez más, a
los países desarrollados de Occidente y de Oriente, generando más animadversión
de sus poblaciones hacia los migrantes, y con ello un fortalecimiento de las
ideologías que promueven la intolerancia, la xenofobia y el racismo.
No se puede
descartar que una chispa, que parezca irrelevante al principio, como lo fue el
asesinato en Sarajevo (28 de junio de 1914) del príncipe heredero del trono
austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando, pueda iniciar un efecto en
cadena que nos lleve a una nueva guerra mundial; pero esta vez con la
posibilidad de que la humanidad desaparezca de la faz del planeta. Ojalá que
las poblaciones de los países que hoy están embarcándose en estas disputas económicas
y políticas, y en una carrera armamentista peligrosísima, detengan a sus
desatados dirigentes políticos y económicos, que son a final de cuentas, los
que provocan los peores desastres para las distintas civilizaciones, en la
historia del mundo.
[1]
La Triple Entente original fue Gran Bretaña, Francia y Rusia. La Triple Alianza
era la de Alemania, Austria-Hungría e Italia, pero finalmente esta última no se
sumó a la misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario