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Zapata

domingo, 11 de noviembre de 2018

A CIEN AÑOS

Hoy hace un siglo se terminaba la Primera Guerra Mundial con la derrota de Alemania, Austria-Hungría y el Imperio Otomano (antes ya había caído Rusia ante Alemania); y la victoria de Estados Unidos, Gran Bretaña[1] y Francia (a las que se habían unido durante la conflagración Italia y Japón).
La disputa principal fue entre el capitalismo maduro británico y el capitalismo en expansión alemán; a lo que se sumaron las ambiciones territoriales y hegemónicas en los Balcanes de Austria-Hungría y Rusia; el deseo de revancha francés contra Alemania (por la derrota en la guerra de 1870-71 y la pérdida de territorio); y las ambiciones de potencias en ascenso que aprovecharon el conflicto, como Estados Unidos y Japón.
Los pactos secretos y las redes de alianzas entre los distintos países, provocaron una expansión muy rápida del conflicto, que abarcó a la mayor parte del planeta.
Al terminar la guerra (iniciada el 28 de julio de 1914), desaparecieron los imperios, alemán, austro-húngaro, otomano y ruso; Estados Unidos se afianzó como la primera potencia mundial; Gran Bretaña y Francia mantuvieron a duras penas, su estatus de potencias mundiales; y se estableció en Rusia un sistema político-ideológico-económico antagónico al de las potencias occidentales.
Las injustas condiciones impuestas en el Tratado de Versalles a  Alemania, generarían una crisis política y económica mayúscula en este país, que a la postre llevaría al ascenso del nazismo, tan sólo 14 años y 3 meses después de finalizado el conflicto.
Hoy muchos analistas políticos y estudiosos de la historia están viendo condiciones parecidas a las que detonaron esta guerra a principios del siglo XX; pues la potencia mundial dominante, Estados Unidos, está siendo retada en su hegemonía por una potencia en ascenso, China.
Al mismo tiempo, los nacionalismos que tanto influyeron antes de la Primera Guerra Mundial para inflamar los odios y las contradicciones entre los países beligerantes, hoy está de regreso en varios países europeos y en Estados Unidos,
Y de la misma manera, la carrera armamentista que se desató durante las dos décadas previas a la guerra entre las potencias beligerantes, hoy se reedita con el armamentismo desbocado estadounidense, que está llevando a que China y Rusia, pero otros países también, por sus conflictos regionales específicos como India, Pakistán, Arabia Saudita, Israel, Irán, Japón, etc. estén entrando en esta carrera de producción y compra masiva de armamento, cada vez más sofisticado y destructivo.
La guerra económica, ya nada disimulada de Estados Unidos contra China, que está afectando cada vez más a la economía internacional; los problemas políticos y económicos de la Unión Europea, enfrentando en su seno las crecientes críticas de nacionalismos cada vez más beligerantes como los de Hungría, Polonia e Italia; y la crisis migratoria que azota al mundo, debido a las condiciones miserables en las que viven muchos países; así como la inseguridad y violencia que sufren diversas regiones del planeta (Sureste de Asia, Africa Subsahariana, Medio Oriente y Centro, Sudamérica y el Caribe), está afectando cada vez más, a los países desarrollados de Occidente y de Oriente, generando más animadversión de sus poblaciones hacia los migrantes, y con ello un fortalecimiento de las ideologías que promueven la intolerancia, la xenofobia y el racismo.
No se puede descartar que una chispa, que parezca irrelevante al principio, como lo fue el asesinato en Sarajevo (28 de junio de 1914) del príncipe heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando, pueda iniciar un efecto en cadena que nos lleve a una nueva guerra mundial; pero esta vez con la posibilidad de que la humanidad desaparezca de la faz del planeta. Ojalá que las poblaciones de los países que hoy están embarcándose en estas disputas económicas y políticas, y en una carrera armamentista peligrosísima, detengan a sus desatados dirigentes políticos y económicos, que son a final de cuentas, los que provocan los peores desastres para las distintas civilizaciones, en la historia del mundo.




[1] La Triple Entente original fue Gran Bretaña, Francia y Rusia. La Triple Alianza era la de Alemania, Austria-Hungría e Italia, pero finalmente esta última no se sumó a la misma.

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