Los neoconservadores, los “humanitarios” intervencionistas,
el complejo militar industrial, el lobby pro Israel y el lobby pro Arabia, así
como Turquía, Jordania, Egipto y las petromonarquías del Golfo, no podían
permitir que el gobierno de Trump dejara a Bashar el Assad en el poder.
Ya en 2013 habían intentado hacer caer en la trampa a Obama
con un ataque con armas químicas en Siria, realizado por los terroristas
pagados por Occidente, asesorados por los servicios de inteligencia turcos e
israelíes, con objeto de que Obama aprobara bombardeos y eventualmente el envío
de tropas estadounidenses a Siria, para derrocar a Assad. Pero intervino Rusia,
para evitar que eso sucediera y convenció a Obama de que el régimen de Assad entregaría
todo su armamento químico, bajo la vigilancia de la ONU; lo que se hizo en los
últimos años.
De esa forma, una de las trampas que los actores mencionados
arriba deseaban poner al presidente estadounidense para que les hiciera el
trabajo sucio en ese país, se vino abajo.
Pero ahora hay otro presidente, menos experimentado, menos
preparado y más fácilmente manipulable que Obama; y cayó redondo en la misma
trampa; mordió completa la misma carnada que ya habían utilizado hace cuatro
años. El ataque con armas químicas a civiles.
¿Por qué Assad iba a ordenar un ataque así, cuando van por
buen camino las negociaciones para lograr acuerdos, al menos con una parte de
la oposición siria? ¿Por qué iba a desviar la atención hacia su régimen ahora
que la aviación estadounidense está masacrando civiles en Mosul, en la ofensiva
contra el Estado Islámico, demostrando con ello que poco les importa el daño
que se hace a la población indefensa con tal de lograr sus objetivos militares?
¿Por qué Assad iba a hacer una estupidez así, cuando ya había desmontado una
buena parte de la falsa narrativa del anterior ataque con armas químicas? ¿Por
qué iba a ordenar este ataque, cuando hace apenas unos días el secretario de
Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson había afirmado que la prioridad para
Estados Unidos en Siria es derrotar al Estado Islámico y no el derrocamiento de
Assad?
Por supuesto nadie en los medios de comunicación occidentales
se hace estas preguntas básicas, y por el contrario, desde el primer momento
que se supo del ataque, culparon al gobierno sirio, sin hacer el menor caso a
las negativas de Damasco sobre la autoría del mismo.
Da la casualidad de que esa alianza que apoyaba a Hillary Clinton
en las elecciones del 2016, y que estaba lista incluso a entrar en guerra con
Rusia en Medio Oriente, con objeto de destruir a Siria e Irán, no está
dispuesta a aceptar que Moscú salve al régimen de Assad; ni a que se mantenga
el acuerdo con Irán respecto al uso pacífico de la energía nuclear; ni a que
Estados Unidos ataque a los yihadistas que han sido apoyados y financiados por
la CIA, el Mossad, el MI6, los servicios turcos, árabes, etc.; ni a que la
llamada por ellos “creciente chií” que supuestamente se extiende desde Teherán
hasta Beirut, permanezca a pesar de todas las guerras y grupos terroristas que
han impulsado en su contra en los últimos 20 años.
El crédulo Trump, inmediatamente compró la narrativa de que “fue
Assad”, y ahora ha prometido que actuará en su contra, así como contra Irán,
porque apoya a Assad. Por ahora no ha dicho nada de Rusia, pero la embajadora
estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, señaló que Moscú debe ejercer su
influencia sobre Assad para detener los ataques del ejército sirio.
Era de suponerse que la coalición en favor del
intervencionismo y la guerra permanente en Medio Oriente no iba a permitir que
se encontrara una solución pacífica al conflicto en Siria e Irak; ni que se
destruyera a los grupos de mercenarios y terroristas que han armado y
financiado desde hace 7 años por lo menos, para derrocar a los gobiernos de
Siria e Irak, y para debilitar la
presencia de Irán en la región.
Ahora toda la maquinaria de propaganda de dicha coalición intervencionista
estará 24/7 presionando a Trump para que "haga algo” contra Assad, sin
esperar a que se investigue quiénes son realmente los responsables de este
ataque, como lo ha pedido China.
Lo que los neoconservadores, el lobby pro Israel y sus
aliados quieren es que se tomen a la brevedad decisiones para una intervención
militar en forma de los Estados Unidos, con lo que desaparecería por completo
cualquier posibilidad de entendimiento entre Trump y Putin; se comenzaría a
revertir el avance del ejército sirio contra los terroristas; otra vez Asad
estaría en peligro de caer y con ello el Estado Islámico y especialmente Al
Qaeda podrían tomar el poder en Damasco; e Irán e Irak se encontrarían contra
la pared ante sus rivales sunnitas e israelíes.
Nada mal para un ataque planeado y realizado desde los sótanos
de la CIA, el Mossad, el MI6, los servicios de inteligencia turcos y árabes. Y
una vez más las víctimas son inocentes a los que usan como “carne de cañón”
para sus juegos imperialistas y hegemónicos.
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