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Zapata

miércoles, 21 de diciembre de 2016

LO QUE LE ESPERA A MÉXICO EN LOS PRÓXIMOS SEIS MESES

Como se anticipó en este blog, el primer día del próximo 2017 se dispararán los precios de la gasolina entre 3 y 4 pesos más por litro, golpeando al resto de la economía, aumentando la inflación (que también como se dijo en este blog, va a acabar superando el 5%); lo que junto con la depreciación del peso (y con ello, su menor poder adquisitivo), las descendentes expectativas económicas, el recorte al gasto público por  240 mil millones de pesos y la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero, llevarán muy pronto al país al borde de una recesión económica (tasa negativa de crecimiento durante dos trimestres consecutivos).
A principios de enero del 2017 el Congreso de la Unión va a aprobar en “fast track” el nuevo marco jurídico para regular la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, con el objetivo de que puedan llevar a cabo esas tareas cotidianamente, sin sentirse coartadas por las acusaciones de excesos y violaciones a los derechos humanos, lo que bien puede desatar un aumento de estos eventos y con ello una nueva crisis, en vista de que organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales de derechos humanos van a mantener la presión sobre el gobierno mexicano en  este tema, con lo que la imagen del país a nivel internacional continuará deteriorándose.
Lo más probable es que Trump, desde los primeros días de su mandato, lance a la Polícía Fronteriza y al ICE (Immigration and Customs Enforcement) a fortalecer su presencia en la frontera con México, para disminuir el paso de indocumentados y de traficantes de drogas; y de la misma forma, se iniciará un agresivo programa de deportación de indocumentados.
Aún no se sabe qué cantidad de indocumentados (mexicanos y de otras nacionalidades, que seguramente serán regresados a México, sin importar que no sean mexicanos) podrían ser repatriados de manera forzosa, y cuántos más lo harán de manera voluntaria[1], ante el endurecimiento de las autoridades migratorias estadounidenses, pero si tomamos en cuenta que de acuerdo a las estadísticas del propio gobierno estadounidense, el año en que más deportaciones se registraron fue el 2000, durante la presidencia de Bill Clinton[2] con 1,814,729 indocumentados deportados[3],bien podríamos esperar, que Trump logre algo similar en su primer año en la Casa Blanca, lo que implicaría que entre julio y agosto del 2017, México bien podría estar recibiendo entre 900,000 y un millón de deportados y repatriados voluntarios.
Habrá que ver con qué velocidad Trump pretende iniciar la “renegociación” del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (en donde tendrá que participar Canadá); quiénes participarán en esas conversaciones (sólo los gobiernos, o también los sectores empresariales de cada país); qué aspectos serán los que se pretenda negociar (o en su caso, reabrir todos los rubros del Tratado, lo que complicará y alargará más la negociación); o si Trump y su gabinete económico sólo pretenden hacer un “bluff” en relación a la renegociación, y la decisión ya está tomada para dar por terminado el Tratado.
Sin embargo, todo el proceso va a generar enorme incertidumbre en los agentes económicos, en los mercados y por supuesto va a detener muchas inversiones nacionales y extranjeras en México, hasta en tanto no exista seguridad sobre qué quedará del NAFTA, o si definitivamente será terminado.
A todo lo anterior hay que sumarle el aumento de la violencia en el país (la tasa de homicidio ya está nuevamente en 21 homicidios por cada 100 mil habitantes, casi como estuvo en el 2012)[4]; los casos escandalosos de corrupción sin resolver, y que seguramente se incrementarán con el final de sexenio, ya que la subclase política corrupta, acelera sus prácticas ilegales a medida que se acerca la llegada de un nuevo gobierno; y la descarnada lucha por el poder que se dará durante el próximo año y medio (con elecciones en tres estados este año, y la presidencial, la de la Ciudad de México, las legislativas y las de varios estados más en el 2018), con lo que la prioridad de la subclase política corrupta será posicionarse para el próximo sexenio y “forrarse” de dinero, dejando así aún más olvidada a la masa de ciudadanos que enfrentará un aumento desbocado de la inflación, del desempleo, de la violencia, de la represión y un caos generalizado en todo el país. Y si no lo creen, ya lo veremos en los próximos meses.



[1] De acuerdo al Departamento de Seguridad Interior de los Estados Unidos, en los últimos cuatro años que se tienen estadísticas completas, los datos de los indocumentados aprehendidos y deportados por la administración Obama, fueron los siguientes: 2012: 671,327;  2013: 662,483;  2014: 679,996; y 2015: 462,338. https://www.dhs.gov/immigration-statistics/yearbook/2015/table33

[2] Y no como se cree, en 1954 con Eisenhower. En ese año se deportaron a 1,089,583 indocumentados. De hecho el segundo año con más deportaciones fue 1999, con 1,714,035.
[3] Las deportaciones se dividen en dos categorías, Removals, que es la orden obligatoria de salida expedida por la autoridad, y que queda integrada a un expediente específico de esa persona, en caso de que desee reingresar al país. Y Returns, que es la salida confirmada de un indocumentado, sin contar con una orden expedida por la autoridad, y por lo tanto sin que quede conformado un expediente de dicha persona.

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