Una vez más se comprueba que el gobierno fascista de Felipe Calderón fue un instrumento de los grandes empresarios del país (se repite con Enrique Peña), del gobierno de Estados Unidos y de algunos cárteles del narcotráfico que resultaron beneficiados con su "guerra" (significativamente el del "Chapo" Guzmán). La nota de Georgina Saldierna, Roberto Garduño y Enrique Méndez en el periódico La Jornada, publicada el día de hoy, da cuenta de ello, por lo que la reproducimos íntegra:
Debido a
los estímulos fiscales, impuestos especiales y beneficios tributarios a las
empresas, durante 2012 –último año de la administración de Felipe Calderón
Hinojosa– el fisco dejó de recibir 769 mil 448 millones de pesos. Tal cifra
representó la mitad de la recaudación total, que ascendió a un billón 516 mil
950 millones de pesos.
La
Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su Informe del resultado de la
fiscalización superior de la Cuenta Pública 2012, desglosa los efectos de los
denominados gastos fiscales.
El ente
fiscalizador señaló que aun cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) –encabezada ese año por Ernesto Cordero y José Antonio Meade– argumentó
que no se elaboró ninguna evaluación del impacto recaudatorio de los 119
beneficios fiscales existentes, ‘‘los grandes beneficiarios de los regímenes
especiales son: dirección de corporativos y empresas, actividades de gobierno y
organismos internacionales; agricultura y ganadería; transportes; industria
maquiladora; servicios financieros y seguros; servicios inmobiliarios y de
alquiler, y servicios de esparcimiento cultural y deportivo’’.
La ASF
refiere que en mayo de 2011, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) presentó un estudio sobre México, donde determinó
que la razón principal de los bajos ingresos en el país ‘‘es lo estrecho de su
base tributaria. De acuerdo con estimaciones del gobierno, los gastos fiscales
representan alrededor de 4 por ciento del PIB, lo que equivale a cerca de 20
por ciento de los ingresos gubernamentales observados.
‘‘Además
de las pérdidas de ingreso, los gastos fiscales complican el sistema
impositivo, dejando un margen amplio para la planeación fiscal e incluso la
evasión, como sucede en los casos de la declaración falsa de ingresos, que
reciben tratamiento más favorable. La eliminación de gastos fiscales
ineficientes ampliaría la base impositiva y simplificaría el sistema,
haciéndolo más transparente y sencillo de administrar.’’
La
auditoría demostró que en el año 2012 el gobierno calderonista dejó de percibir
por recaudación fiscal 769 mil 448 millones de pesos; de ellos, 235 mil 177
correspondieron a IVA; 176 mil 890 a impuestos especiales; 143 mil 318 al ISR
empresarial; 128 mil 786 al ISR a personas físicas; 73 mil 15 millones al IETU,
y 12 mil 262 a estímulos fiscales.
También,
la Auditoría Superior adelantó que los gastos fiscales en el año 2013
ascendieron a 675 mil 991 millones de pesos.
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