Amenazas para la paz
https://www.milenio.com/opinion/carlos-tello-diaz/carta-de-viaje/amenazas-para-la-paz
El
presidente Joe Biden acaba de anunciar, antier, su deseo de ser presidente por
un término más. Es sin duda el mejor candidato demócrata para derrotar a Trump,
aunque quizá no para vencer a un candidato distinto a él en el Partido
Republicano. Tendrá 82 años en la elección que viene: un hombre viejo en un
mundo joven. Pero lo que debe preocupar, más que su edad, es su política
exterior.
Estados
Unidos, hoy, es una amenaza para la paz en el mundo. Su política exterior tiene
por objetivo mantener a todos los países bajo su predominio. Desde el comienzo
de su historia, sabemos, Estados Unidos ha asumido consistentemente una
estrategia enfocada en adquirir y mantener el poder sobre sus rivales, primero
en Norteamérica, luego en Occidente, finalmente en todo el mundo. Washington
considera que mantener su supremacía debe seguir siendo el objetivo central de
su estrategia en el siglo XXI. Quiere determinar las reglas de las finanzas y
el comercio mundial, controlar las tecnologías de punta, mantener la supremacía
militar y dominar a todos los competidores que puedan aparecer.
Con respecto
a China, en concreto, Estados Unidos, bajo el presidente Biden, ha buscado
frenarla y aislarla, y más: obstaculizar su desarrollo, excluirla de los
acuerdos comerciales, cercarla con alianzas militares en su periferia. Esta
política contra China ha tenido, increíblemente, el apoyo de muchos en el Reino
Unido, la Unión Europea, Japón, Corea, Australia y Nueva Zelanda. Pero no de
todos. El presidente Emmanuel Macron dijo, en su viaje a China, que los
europeos, que son aliados de Estados Unidos, no quieren ser vasallos de Estados
Unidos. El economista Jeffrey Sachs dijo, en un artículo, que China tiene
derecho a la prosperidad y a la seguridad nacional, libre de provocaciones de
Estados Unidos en sus fronteras. Muchos otros ven, con alarma, la normalización
de la posibilidad de una guerra entre los dos países.
Sachs es una
de las voces de Occidente que han sido censuradas y silenciadas por su
oposición a la política de Estados Unidos en Ucrania. Sus artículos ya no
aparecen en la gran prensa occidental, como antes; ahora hay que buscarlos con
dificultad. En uno de ellos, publicado el 13 de abril en The New World Economy,
afirma que la política exterior de Estados Unidos tiene una contradicción
inherente y un defecto fatal. La contradicción inherente es que ella choca con
la Carta de las Naciones Unidas, que compromete a todos los Estados miembros
(incluido Estados Unidos) a un sistema global basado en el principio de que
ningún país tiene derecho de dominar a los demás. El defecto fatal es que
Estados Unidos, con solo 4 por ciento de la población mundial, no tiene la
capacidad económica, financiera, militar ni tecnológica, ni mucho menos la base
ética y legal, para dominar al resto del planeta —es decir, a 96 por ciento de
la población en el mundo.
Sachs ha
expresado la urgencia de impulsar una nueva política exterior en Estados
Unidos. “A menos que la política exterior cambie para reconocer la necesidad de
un mundo multipolar”, afirma, “ella nos llevará a más guerras, y posiblemente a
la Tercera Guerra Mundial”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario