Desnudaron al Presidente
El silencio
ante lo que dijo (Trump) el sábado en Ohio convierte un dicho en verdad, y una
acción en realidad, dice Raymundo Riva Palacio.
Raymundo
Riva Palacio
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2022/04/26/desnudaron-al-presidente/
abril 26,
2022
Quién lo iba
a pensar. Donald Trump, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador ve
fraternalmente y ha puesto la cara por él hasta la ignominia, lo maltrató de
una manera miserable el sábado pasado durante un mitin electoral en Ohio. Trump
fue a respaldar a un candidato republicano al Senado y habló de muchas cosas en
el evento, regodeándose burlonamente sobre cómo impuso al secretario de
Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el envío de 28 mil soldados a la
frontera sur de México para contener la migración. La forma como lo explicó
mostró una gran elasticidad de Ebrard y de su jefe López Obrador, para doblarse
ante Trump. Los dos reaccionaron sin atajar el señalamiento de fondo: lo fácil
que fue hacer que cumplieran lo que quería.
Trump dijo
que le exigió a Ebrard el programa Permanecer en México y el envío de soldados
a la frontera con Guatemala. De no cumplir con ello, le advirtió, impondría
aranceles a productos mexicanos. No se sabe si el canciller, que habló con
Trump en la Casa Blanca, consultó con el presidente López Obrador la decisión a
tomar, pero el resultado, como lo describió Trump, es que “nunca (había) visto
a nadie doblarse así”. Ayer, siguieron doblados el Presidente y su canciller.
Pudieron
desmentirlo en la mañanera, pero se fueron por las ramas. López Obrador dijo,
pese al tamaño del insulto, que se entendió con Trump cuando era presidente y
que fue bueno para las dos naciones. Hasta en la humillación es condescendiente
con Trump. López Obrador justificó sus dichos por el contexto electoral que se
vive, aceptando con el silencio el trato indigno que recibió. La reacción de
Ebrard fue todavía peor. Sin atacar el fondo de las palabras de Trump, que lo
muestran como un pelele, dijo que López Obrador era un patriota y que había
mostrado entereza en los “momentos críticos” de la negociación con el entonces
jefe de la Casa Blanca, aunque no se refería al episodio de las amenazas por la
migración, sino la del acuerdo comercial de América del Norte.
Los dos se
quedaron sin espacio de maniobra y en entredicho, al ubicarlos en el mitin que
convocó López Obrador en Tijuana el 8 de junio, un día después de la reunión de
Ebrard con Trump, que proponía un acto de unidad en defensa de la dignidad de
México y a favor de “la sagrada amistad con el pueblo de Estados Unidos”.
Ebrard voló de Washington a Tijuana para sumarse al evento y declarar a pulmón
abierto, que México había evitado la imposición de aranceles, con su “dignidad
intacta”. Hoy sabemos, porque no lo desmintió ni el canciller ni el Presidente,
que ellos miden la dignidad muy distinto a como la miden muchos mexicanos.
Lo que
negociaron con Trump a cambio de cancelar su amenaza de represalias
comerciales, fue enviar al Ejército –aunque nunca se llegó a 28 mil soldados– a
frenar a la migración centroamericana en la frontera sur, el viejo sueño de
Estados Unidos de correr su frontera estratégica del río Bravo a Guatemala, una
exigencia que siempre rechazaron los gobiernos mexicanos, sin distinción de
filiación o sistema político. Pero además aceptaron, en un cambio radical a la
política de asilo mexicana, que los centroamericanos que pidieran asilo a
Estados Unidos, no lo hicieran en su territorio, sino en tierras mexicanas.
La
declaración de Trump los desnudó y descolocó. Quedó muy claro ayer en la
mañanera, donde el presidente López Obrador luchó para tratar de salir del pozo
en el que lo arrojó Trump, bateando las preguntas específicas de la prensa.
Como botones de muestra:
-¿Le faltó
al respeto Donald Trump con estas declaraciones? ¿Se excedió?
-No, no, no.
Él es así, y hay que ver las circunstancias.
-¿Fue falso
lo que dijo?
-No voy a
polemizar sobre eso. En mi libro cuento cómo fue la relación.
De ahí, como
suele suceder cada vez que quiere evadir un punto delicado, conflictivo o busca
desviar hacia un tema que le interese, comenzó a divagar y hablar de cosas
inconexas. Ayer, sobre las reacciones a la muerte de la palma en Paseo de la
Reforma, de Enrique Krauze y las imputaciones insustanciales que le hace
reiteradamente. Tampoco faltó el periodista Carlos Loret, donde el Presidente
apuró para tratar de cambiar el curso de la conversación, para dar a conocer su
departamento en Polanco. Es decir, nada sustancial ni relevante para tan grave
acusación.
El 3 de
junio de 2019, tras el amago de Trump de imponer aranceles como represalia por
el flujo migratorio sin control, se escribió en este espacio: “En 72 horas, el
presidente Andrés Manuel López Obrador dio muestras de un manejo de crisis
totalmente inapropiado ante la amenaza del presidente Donald Trump, de imponer
cinco por ciento de aranceles, que irían escalando en represalia por las
insuficientes acciones para frenar a la migración centroamericana”.
“El
Presidente fue de una posición enérgica a una serie de equivocaciones tácticas,
falta de estrategia, situaciones embarazosas para su secretario de Relaciones
Exteriores, y afirmaciones donde mostró un giro de su actitud soberana, para
caminar hacia la capitulación. Después de esos tres días erráticos y confusión
política, el Presidente continuó enredándose en declaraciones y Trump,
escalando el costo político para el gobierno mexicano. El resultado de las
pláticas esta semana en Washington no pinta bien para el gobierno
lopezobradorista”.
Al terminar
esa semana, la narrativa en Tijuana fue la de una batalla épica en la Casa
Blanca, donde negociaron con talento ante Trump y evitaron los aranceles. Casi
tres años después, uno de los protagonistas, Trump, contó su versión de la
historia, que está en las antípodas del heroísmo planteado por Ebrard. Trump
miente, pero ni el Presidente ni el canciller lo enfrentaron. Al contrario. El
silencio ante lo que dijo el sábado en Ohio convierte un dicho en verdad, y una
acción en realidad. López Obrador capituló y ante Trump, sigue de rodillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario