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Zapata

miércoles, 27 de abril de 2022

 LA OTAN SE PREPARA PARA INTERVENIR DIRECTAMENTE EN UCRANIA

En una lectura muy optimista del curso de los acontecimientos en Ucrania, los altos mandos militares de Estados Unidos y la OTAN están considerando un escalamiento significativo en el conflicto entre Rusia y Ucrania, pues consideran que Moscú está en retirada en su “operación militar especial”.

Primero, Putin detuvo el avance del ejército ruso en el Norte de Ucrania y la toma de Kiev, porque consideró que las bajas civiles, los costos para sus fuerzas armadas y las matanzas de “falsa bandera” (como la de Bucha) que se atribuirían a sus soldados, constituían un alto costo a pagar.

Segundo, los ucranianos han estado recibiendo cada vez más armamento de Occidente, cada vez más sofisticado y una creciente ayuda logística y de inteligencia, así como de entrenamiento (ya están los miembros de las fuerzas especiales británicas SAS en territorio ucraniano), lo que ha fortalecido la resistencia del ejército ucraniano y la precisión de sus ataques (incluidos varios ya al interior de Rusia), por lo que se optó por disminuir la longitud de la línea de combate, para resguardar mejor a las fuerzas rusas y concentrarlas en las áreas en donde las posibilidades de avance y triunfo son mayores.

Tercero, Putin concluyó que era mejor centrar la “operación militar especial” en el Este, para asegurar el “puente” entre Crimea y el Donbás, tomando el puerto de Mariupol, y mantener a raya al resto del ejército ucraniano con ataques aéreos y lanzamiento de misiles, para así minimizar las bajas rusas y evitar, en lo posible, provocar enfrentamientos en zonas cercanas a los países miembros de la OTAN.

Todo ello ha convencido a Washington y sus aliados de la OTAN que es el momento de intensificar la ayuda militar a Ucrania, profundizar el bloqueo económico y diplomático a Rusia, y eventualmente intentar operaciones más arriesgadas como ataques directos de los ucranianos al territorio ruso (propuesto ya por el Ministro de Defensa británico) o incluso la entrada de fuerzas de la OTAN en el Oeste de Ucrania, para desde ahí seguir apoyando a las fuerzas armadas ucranianas con armas, logística, entrenamiento, etc. Además, de que numerosos legisladores estadounidenses siguen insistiendo en que se establezca una “zona de no vuelo” en Ucrania para detener los ataques aéreos rusos.

En suma, los occidentales ya están empujando la narrativa de que con la suficiente ayuda militar e incluso con la participación directa de la OTAN en ciertas circunstancias, Ucrania “puede ganar la guerra” e incluso recuperar los territorios tomados por los rusos desde el 2014.

Si la OTAN ya está en esta dinámica, lo que va a suceder es que Moscú va a poner “toda la carne en el asador” para no perder los territorios conquistados y, por supuesto, para no perder la guerra. Y ello implica un escalamiento todavía mayor, que en algún momento implicará atacar a convoyes de ayuda, bases o transportes occidentales que estén entrando en Ucrania. De ahí para adelante, es decir, el uso de armas nucleares de parte de alguno de los dos bandos, estaría a solo un paso de concretarse.

Occidente está decidido a acabar, no sólo con el gobierno de Putin, sino a desmembrar a Rusia, para no permitirle convertirse nuevamente en una potencia retadora de la hegemonía occidental; y eso va a llevar a Rusia a defenderse con todo, lo que ocasionará inevitablemente la Tercera Guerra Mundial.

Pero en Washington, Londres y Bruselas están envalentonados y pretenden terminar con el “problema ruso”, aprovechando el conflicto en Ucrania, lo que llevará a la destrucción de Europa y de ahí a la posibilidad de una guerra nuclear, que devastaría al planeta.

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