Donald Trump dio hoy su discurso ante la Asamblea General de
la ONU, en el que reflejó la visión de un imperio decadente que trata, por
medio de las amenazas y las mentiras, evitar que numerosos países en el planeta,
se liberen del yugo de la hegemonía estadounidense.
Contradictoriamente, Trump enfatizó que la soberanía era un
aspecto sumamente relevante y afirmó que todos los países debían buscar la
defensa de la misma y de su interés nacional. Si esto es así, resulta
totalmente incongruente atacar visceralmente a Corea del Norte, Irán, Siria,
Venezuela y Cuba, precisamente por defender su soberanía ante las constantes
agresiones de Estados Unidos y sus lacayos; y buscar un espacio propio dentro
del concierto de las naciones.
Pero lo que se escuchó hoy en las Naciones Unidas fue la
cumbre de las mentiras y del “mundo al revés”; pues por ejemplo, Trump atacó a
Irán, señalándolo como el principal propagador del “terrorismo” en el mundo,
cuando ha sido Washington mismo y sus aliados en Medio Oriente, esto es Israel,
Arabia Saudita, las petromonarquías del Golfo, Turquía, así como Francia y Gran
Bretaña los que han apoyado a todo tipo de mercenarios y terroristas con objeto
de derrocar al régimen de Bashar el Assad en Siria.
Así también, Trump señaló que los pueblos de Irán, Siria y
Venezuela sufren las terribles dictaduras que los oprimen y que los tienen en
la miseria; cuando lo que ha generado buena parte de esa situación han sido las
sanciones económicas, el apoyo a grupos de mercenarios y terroristas y la
política de acoso permanente, promovidas y financiadas por Washington y sus
estados lacayos, las que han originado la mayor parte de los problemas de esos
países.
Así también, acusa a Corea del Norte de poner en peligro la
paz mundial, por su programa de armas nucleares; pero a la vez, está por dar
por terminado el acuerdo mediante el cual la comunidad internacional logró
poner bajo estricta supervisión el programa nuclear civil de Irán, que ha
funcionado correctamente; pero que no le conviene a Israel, pues le quita el
pretexto que necesita para seguir insistiendo en una intervención militar
liderada por Estados Unidos, en contra del régimen de Teherán.
Así también, Trump le dio una nueva orden a sus estados
lacayos en Latinoamérica, para que “hagan más” en contra del gobierno de
Nicolás Maduro en Venezuela, lo que presupone más sanciones económicas; y
posiblemente un intento de golpe de Estado (hasta ahora, la mayoría del
ejército venezolano ha mantenido su fidelidad al país y a su gobierno), o de
plano una intervención militar.
Falsamente Trump acusó a los gobiernos de Venezuela[1],
Siria e Irán de no ser democráticos, cuando los mismos han demostrado en
elecciones recientes que la mayoría de sus pueblos los apoyan, precisamente por
las agresiones continuas y los intentos de “cambio de régimen” provenientes de
Washington.
Pero había que ver la satisfacción de Netanyahu (presente en
el salón) ante las invectivas de Trump contra Irán y Siria; parecía decir “vean
cómo tengo en un puño a este tipo ..….repite como loro, todo lo que mis agentes
dentro del gobierno de Estados Unidos le dictan” (es decir, el yerno Kushner,
Stephen Miller, David Friedman y Jason Greenblatt).
Lo peor de todo es que este nuevo “eje del mal” que ha
definido Trump en la ONU (Corea del Norte, Irán, Siria, Cuba y Venezuela), le
servirá en los próximos años al complejo militar-industrial, al lobby pro
Israel, a los neoconservadores y a los liberales intervencionistas, como la
justificación para profundizar en la estrategia del caos deliberado, el
intervencionismo militar y la hegemonía impuesta por la fuerza, que han
promovido las últimas 3 décadas alrededor del mundo; poniendo con ello al
planeta, al borde del abismo.
[1]
La mayoría de los venezolanos apoyó la elección e instalación de la Asamblea
Nacional Constituyente; la mayoría de los iraníes reeligieron al presidente
Rouhani; y lo mismo ha sucedido con Bashar el Assad en Siria.
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