Iconos

Iconos
Zapata

lunes, 24 de octubre de 2016

PÁNICO DE LA SUBCLASE POLÍTICA POR EL 2018

Uno de los políticos más tradicionales y cuestionados del país, el príista Manlio Fabio Beltrones, ahora convertido en “politólogo”, después de que fue corrido de la dirigencia de su partido por las derrotas en las elecciones estatales de este año, propone[1] modificar la Constitución y las leyes electorales para que en las elecciones federales del 2018, si ningún candidato presidencial logra al menos el 42% de los votos, esté obligado a formar un “gobierno de coalición” con los partidos que quedaron con menos votación.
Es una fórmula para el desastre, como se ha visto en los regímenes parlamentarios, en donde difícilmente se ponen de acuerdo partidos con propuestas distintas, y a veces diametralmente opuestas, en los casos en que ninguno cuenta con la mayoría para formar gobierno (ahí están los casos español e italiano). Lo que va a asegurar esa propuesta (que casi seguramente ni siquiera se considerará en el Congreso) es que el gobierno en turno aplique políticas contradictorias (por ejemplo los tecnócratas de Hacienda restringiendo el gasto, mientras las áreas de asistencia -que no desarrollo- social proponiendo su ampliación); escenificando luchas por el poder entre los miembros de los distintos partidos y sabotajes de los secretarios de partidos distintos, al presidente.
Pero lo que refleja la inviable y estrafalaria propuesta de Beltrones es el pánico de la subclase política ante la posibilidad de que en el 2018 Morena y su seguro candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador tengan la posibilidad de acceder a la presidencia con una votación de alrededor del 30% del total.
El PAN también ha propuesto la segunda vuelta como fórmula de evitar que López Obrador se alce con el triunfo con ese nivel de votación, pues en una segunda ronda los panistas y príistas podrían unirse (dependiendo quién quede en segundo lugar), para derrotar al candidato de Morena.
Por lo que se ve por el momento, el PRI, el PAN y Morena podrían rondar entre el 25 y el 28% de la votación cada uno, mientras que Mancera y su coalición de minipartidos (PRD, Movimiento Ciudadano y PT) podrían estar en 15% y la candidata indígena que propondrán el EZLN y el CNI, en caso de concretarse esa candidatura, no más de 1 ó 2%.
Evidentemente quedará un panorama político-electoral fracturado, con un presidente con apoyo popular menor a la tercera parte y un Congreso fraccionado.
Sin embargo ese no es el problema real, ya que el PRI, PAN, PRD, PVEM, PANAL y PES, representan a la derecha en México; esto es la subordinación completa del país a los dictados del gobierno de Estados Unidos, los organismos financieros internacionales (FMI, BM y BID); Wall Street y la plutocracia aliada a esos intereses trasnacionales (Consejo Mexicano de Negocios). El único partido que está identificado y comprometido con los intereses de la mayoría de la población es Morena, por lo que es muy factible que a este partido y a su candidato presidencial se les opongan todo tipo de obstáculos (“legales” e ilegales), para impedir su llegada al Poder Ejecutivo Federal.
De hecho cuando López Obrador estuvo al frente del gobierno de la ciudad de México (2000-2005), todos los partidos contrarios al entonces PRD en el que militaba López Obrador se coaligaron para destituirlo de su puesto, con una acusación frívola sobre un terreno en la zona de Santa Fe (similar al golpe de Estado que recientemente los corruptos legisladores brasileños realizaron contra la presidenta Dilma Rousseff), por lo que de triunfar en las elecciones del 2018, es muy probable que se enfrentaría nuevamente a una mayoría opositora golpista en el Poder Legislativo, como las que ahora existen en Brasil y en Venezuela.
En suma, parece que el pánico de la subclase política por la posible llegada de López Obrador a la presidencia, parece exagerado, en vista de que aunque sucediera, los golpistas opositores aún cuentan con innumerables medios para sabotear e incluso destituir al líder de Morena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario