La visita del secretario de Seguridad Interior de Estados
Unidos, Jeh Johnson a México, parece enviar el mensaje de que Obama está
dispuesto a dejar una relación más distendida con el torpe y vasallo gobierno
de Peña Nieto, después de la estúpida invitación a Trump[1]
y la forma tan pedestre en que pretendió inmiscuirse en las elecciones
presidenciales del vecino país, resultando raspado y ridiculizado en todo el
mundo.
Johnson afirmó que la frontera con México es una amenaza
menor en materia de terrorismo, en comparación a la que significan los vuelos
desde Europa hacia los Estados Unidos.
Aun así, se convino en crear otro grupo de alto nivel, ¿qué
no ya existía uno?- para que “trascienda” los gobiernos de Peña y Obama[2],
enfatizando en los problemas de inseguridad en la frontera, tráfico de personas
e inmigración.
Por supuesto que Johnson vino a instruir al vasallo gobierno
mexicano en el sentido de que detenga el flujo de haitianos (que ahora con los
efectos del huracán Matthew se incrementará) y africanos, que por miles se
apiñan en Tijuana esperando entrar como refugiados o con un estatus especial a
los Estados Unidos.
En el encuentro se enfatizó que México y Estados Unidos son “amigos,
socios y aliados”.
Lo de “amigos” es un chiste, pues Washington utiliza el
garrote o la amenaza del garrote, cada vez que su débil vecino pretende “insubordinarse”.
Ahí está como ejemplo las dos veces que Peña intentó
acercarse a China (Dragon-Mart en Cancún; tren rápido México-Querétaro),
aparecieron en el vecino país historias sobre las propiedades de funcionarios y
dirigentes priístas en Estados Unidos, además de darle vuelo en la prensa
estadounidense a la catástrofe de derechos humanos que vive el país desde el
sexenio de Calderón y ahora con Peña.
Así que eso de amigos, es más bien el aviso de que los
corruptos políticos priístas, panistas y perredistas que intenten salirse del
control estadounidense, fácilmente pueden ser exhibidos e incluso acusados
judicialmente en el vecino país como corruptos y socios de narcotraficantes, lo
cual es cierto; gracias a que Washington tiene al menos dos centros de “fusión
de información” en territorio mexicano, desde donde interviene las
comunicaciones del gobierno mexicano y de sus socios del crimen organizado, por
lo que tiene perfectamente documentados los vínculos entre ambos, y los usa
para chantajear y controlar a la vasalla subclase política mexicana[3].
Además de que ingenuamente (o será que eso es lo que más les conviene), tanto
narcos como sus socios políticos y empresarios mexicanos depositan sus
ganancias ilícitas en bancos de Estados Unidos, por lo que ahí tienen bien
documentadas e identificadas (para congelarlas o embargarlas) la fortunas mal
habidas de estos criminales.[4]
Además, el “amigo” Obama ya es considerado como el “deporter
in chief”, el deportador en jefe,
pues en su administración se han deportado más indocumentados que en cualquier
otra administración en los últimos 30 años (2,800.000)[5];
y ha rechazado la solicitud de asilo de más de 3 mil mexicanos que han huido de
sus estados por la inseguridad y la colusión de las autoridades con los
criminales.
Socios, pues sí a través del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, que comporta una relación comercial de 550 mil millones de
dólares al año, con la salvedad de que sólo el 26% de los insumos que se
utilizan para producir bienes exportados desde México, son de contenido
nacional[6].
De hecho, desde el inicio del gobierno de Peña el contenido nacional bajó del
30.9% al 26% actual, lo que quiere decir que la gran mayoría de las “exportaciones”
mexicanas, son tan sólo reexportaciones de importaciones. Esto es, al 74% de
las supuestas “exportaciones” no se les añade nada, sólo se les reenvía,
principalmente a los Estados Unidos.
Además, las trasnacionales que invierten en México con
grandes facilidades otorgadas por el gobierno mexicano, reenvían una buena
parte de sus utilidades a sus casas matrices, por lo que el “beneficio” de esas
inversiones en el país es mínimo.[7]
Así que mucho que vale lo de “socios”.
Y aliados, a través de la subordinación del aparato de
seguridad mexicano mediante la Iniciativa Mérida[8]
y la inclusión de las Fuerzas Armadas mexicanas como parte del Comando Norte de
Estados Unidos, quedando de facto,
subordinadas a las directrices que en materia de conflictos armados con otros
países establezca el Pentágono[9].
Así que desde el sexenio del fascista, criminal y vende patrias
Calderón, las fuerzas armadas mexicanas se han convertido en un apéndice del
Pentágono, que muy pronto las obligará a intervenir en las guerras
intervencionistas de los estadounidenses (principalmente en el Medio Oriente),
seguramente sólo como “carne de cañón”.
En suma, “amigos, socios y aliados” sólo en beneficio de la
superpotencia, con los vasallos gobernantes mexicanos sirviendo como “mozos de
estribo” de los dirigentes del imperio.
[1] Y
que desde entonces vergonzosamente ha estado pidiendo perdón al gobierno de
Obama y buscando desesperadamente una reunión oficial, como la que realizó
Johnson.
[2]
¿Cómo va a “trascender” si dichos esquemas dependen de lo que decidan las nuevas
administraciones en cada país? ¿Se propondrán leyes que institucionalicen dicha
cooperación? En cuyo caso, eso llevará tiempo, debates y la posibilidad de que
no se apruebe esa propuesta en Estados Unidos, por las divisiones partidistas.
[3] http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/la-carta-de-la-barbie-denuncia-complicidad-de-calderon-con-el-narcotrafico-
[5] http://www.univision.com/noticias/deportaciones/obama-es-el-presidente-que-mas-ha-deportado-en-los-ultimos-30-anos
[6] http://www.animalpolitico.com/2015/03/disminuye-el-contenido-nacional-de-las-exportaciones-mexicanas-semaforoeconomico/
[7] http://archivo.eluniversal.com.mx/finanzas-cartera/2015/multinacionales-encuentran-en-mexico-un-34paraiso-34-1102455.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario