El reciente cese del fuego negociado entre Estados Unidos y
Rusia en Siria, tiene el objetivo de abrir un espacio para retomar la
negociación entre las dos superpotencias, el gobierno de Bashar el Assad y una
parte de los rebeldes apoyados por Occidente, Arabia Saudita y las
petromonarquías del Golfo; así como dar un respiro a la población de Aleppo,
que ha sido castigada por los combates entre los rebeldes pro occidentales, el
Estado Islámico y el ejército sirio, apoyado por Rusia.
¿Quiénes quedan fuera del cese y las posibles negociaciones?
El Estado Islámico y Al Nusra, grupos terroristas que han sido apoyados a
trasmano, en distintos momentos por Turquía, Arabia, las petromonarquías del
Golfo e Israel.
De ahí que en los medios de comunicación de Estados Unidos se
ha intensificado la propaganda anti Putin, anti Assad y anti iraní, con objeto
de que el gobierno de Estados Unidos y en general Occidente, no aísle a los
terroristas del Estado Islámico y de Al Nusra, que en los hechos, sirven como
las tropas de los neoconservadores, el gobierno de Tel Aviv, el de Riyad y el
de Qatar (principalmente) contra los chiítas sirios, iraquíes e iraníes, que
son el verdadero objetivo de las intervenciones militares en el Medio Oriente
de estos actores políticos.
De ahí también que el neoconservador Secretario de la
Defensa, Ash Carter, que responde a este grupo más que al presidente Obama,
aprovechando la rápida pérdida de poder de este último en los meses finales de
su mandato, está realizando continuas provocaciones en el Golfo Pérsico a Irán,
mandando a sus buques y aviones de guerra a realizar “patrullajes” muy cerca o prácticamente en el
límite del espacio aéreo y el mar territorial iraníes (12 millas náuticas=22.2
kms).
Hipócritamente los medios de comunicación estadounidenses, el
Departamento de Estado y el de Defensa acusan a Irán de haberse vuelto más “agresivo”
a raíz de la firma del tratado sobre el programa civil nuclear de ese país, ya
que envía a sus patrullas marítimas y aviones a “hostigar” a los estadounidenses,
cuando lo que están haciendo es defender su espacio aéreo y mar territorial,
ante la evidente provocación estadounidense.
Lo mismo sucede en el Mar Negro, en donde los buques de
guerra y espías estadounidenses, provocan a los rusos, acercándose
peligrosamente a sus costas, por lo que con todo derecho la aviación rusa
realiza maniobras para advertirles que salgan de esas áreas.
Todo el asunto se resume a que los neoconservadores y sus
aliados israelíes y árabes están viendo la oportunidad de reventar el acuerdo
sobre el programa nuclear iraní, aprovechando la creciente debilidad de Obama,
al acercarse el fin de su mandato presidencial.
En el mismo sentido, Netanyahu está aprovechando la situación
para realizar ataques aéreos contra el ejército sirio en el Sur del país, con
objeto de abrir un nuevo flanco en el que éste último deba distraer fuerzas,
que ahora tiene concentradas en la recuperación de Aleppo[1].
Así, se está intentando dispersar el esfuerzo sirio-ruso-iraní
por reconquistar la mayor parte de Siria, con estas maniobras de distracción,
para así evitar que los grupos terroristas que se están viendo diezmados, como
el Estado Islámico y Al Nusra, se replieguen por completo, esperando que la
llegada a la presidencia de Hillary Clinton en enero del 2017 (lo que parece
cada vez más difícil, con sus problemas de salud y por los escándalos de sus
e-mails), permita cambiar la balanza a favor de los neoconservadores y llevar
nuevamente a Estados Unidos a intervenir militarmente, con tropas en el
terreno, en el Medio Oriente .
[1]
La intervención turca también limita el
margen de maniobra del ejército sirio y de Rusia, pues aunque nominalmente
afirman que es para combatir al Estado Islámico, su verdadero objetivo es
evitar el avance de los kurdos, así como mantener el control de ese corredor de
la frontera, sin que el ejército de Bashar el Assad pueda ejercer su soberanía
en esa región.
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