Mediaron gobierno, Caro y El
Mayo para liberar a los hijos del Chapo
Tratos entre los cárteles de
Sinaloa y Jalisco Nueva generación fueron accidentados y con
jaloneos
Javier Valdez Cárdenas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2016, p. 3
Lunes 29 de agosto de 2016, p. 3
Culiacán, Sin.
En las negociaciones para liberar a los hijos de
Joaquín El Chapo Guzmán participaron no sólo Ismael El
Mayo Zambada, jefe del cártel de Sinaloa, sino el capo
Rafael Caro Quintero e incluso el gobierno federal, revelaron fuentes del
semanario Ríodoce cercanas al caso.
Los tratos entre el grupo de Nemesio Oceguera, El
Mencho, líder del cártel Jalisco Nueva generación (CJNG),
y sus homólogos del cártel de Sinaloa, no fueron tersos, sino
‘‘accidentados y con jaloneos’’.
Un factor que se puso sobre la mesa de negociación
fue la suerte del hijo de Oceguera, Rubén Oceguera González, El
Menchito, preso en el penal federal número 13 de Oaxaca, y la posibilidad
de asesinarlo si no soltaban a los hijos de El Chapo Guzmán: Iván
Archivaldo, heredero de los negocios de su padre, Alfredo y César.
La PGR niega la versión
El Menchito, según fuentes deRíodoce, fue confinado dentro de dicha
penitenciaría y puesto bajo presión permanente hasta que los levantados en
el restaurante La Leche, de Puerto Vallarta, fueron liberados. Fuentes de la
Procuraduría General de la República (PGR) negaron esta versión.
Otras fuentes cercanas al caso indicaron que en un
momento dado las negociaciones fueron tensas debido a que del lado del cártel de
Sinaloa usaron a El Menchito como ‘‘factor preponderante’’, y
advirtieron que si los Guzmán no salían vivos, la respuesta sería: ‘‘ojo por
ojo, diente por diente’’.
De acuerdo con los informantes, el gobierno federal
intervino al más alto nivel para tratar de destrabar este conflicto. Aseguraron
que funcionarios del área de seguridad y militares intercedieron una vez que se
atoraron las negociaciones y salieron a relucir posibles alternativas violentas
entre organizaciones criminales de gran poderío.
‘‘No quería Nemesio Oceguera dar su brazo a torcer,
por eso lo presionaron con su hijo preso’’, aseveró una persona cercana a estos
acontecimientos. Rubén Oceguera González, El Menchito, se encuentra
recluido en el penal federal número 13, ubicado en Miahuatlán, Oaxaca, acusado
de delincuencia organizada y posesión ilegal de armas de fuego y cartuchos.
Por su parte, Rafael Caro Quintero conserva cierta
influencia en Guadalajara, Jalisco, la que fue su segunda casa y donde mantiene
poder en el negocio del trasiego de drogas. Ahí se estableció luego de huir de
la Operación Cóndor, campaña antidrogas que se desplegó en la década de
los 70 y 80 en la sierra sinaloense con la participación de más de 10 mil
soldados.
Volviendo a la liberación de los hijos de El
Chapo Guzmán, esto fue un factor que ayudó en la interlocución, igual
que la intervención de El Mayo Zambada. Pero cuando la
situación se complicó, detallaron las fuentes de Ríodoce, fue el
gobierno federal el que metió mano.
‘‘En la negociación más fuerte se metió el gobierno
federal, se involucró al hijo de El Mencho como factor de
negociación, y al mismo Rafael Caro Quintero; esto evitó que se hiciera un
desmadre de violencia.’’
Los hermanos Iván Archivaldo, Alfredo y César
Guzmán fueron secuestrados por un comando el pasado 15 de agosto, cuando
festejaban el cumpleaños del primero en el restaurante La Leche, en Puerto
Vallarta.
Contra lo que se ha dicho, los ‘‘menores’’, como se
llama a los hijos de Guzmán Loera, sí tenían escolta, pero ésta fue fácilmente
sometida por los secuestradores. Afuera del restaurante cerca de 16 pistoleros
resguardaban a los Guzmán, pero el grupo atacante era integrado por cerca de 50
sujetos armados. Otro de los hermanos, Ovidio, no estaba en el festejo, pero sí
en Puerto Vallarta, aunque optó por quedarse en el hotel Marriot, en el que
todos se habían alojado.
La reunión tenía por objetivo festejar el
cumpleaños de Iván Archivaldo, el 15 de agosto, y habían acudido familiares y
amigos. En total unas 16 personas. La noche del viernes 19 de agosto fueron
liberados. Primero fueron puestos en libertad Iván Archivaldo y su suegro, pero
éstos decidieron permanecer en Jalisco hasta que los restantes también fueran
soltados.
Un día antes, los grupos que integran la
organización criminal liderada por Ismael El Mayo Zambada fueron
convocados a una reunión en un rancho ubicado muy cerca de Culiacán.
Provenientes de varias regiones de Sinaloa y de otros estados, Los Mayos llegaron
en grupos pequeños, junto con escoltas y colaboradores. Aquello –según los
informantes– fue un ‘‘hervidero’’ de hombres armados.
Afuera, varias camionetas rodeaban el rancho. Todas
tenían tripiés y en capacetes y cajas llevaban ametralladoras automáticas,
decenas de cargadores y cientos, miles de cartuchos.
El motivo del encuentro fue analizar el secuestro
de los hijos de El Chapo Guzmán por miembros del cártel Jalisco Nueva
generación, las negociaciones para su liberación, posibles consecuencias y
la posibilidad de tener que iniciar una acometida contra el grupo rival.
Uno de los asistentes, quien había acudido
‘‘acompañando a unos familiares y para saludar a un viejo amigo’’, se vio
envuelto en ese ambiente y le dio miedo. Después de observar camionetas de lujo
con ametralladoras empotradas y una ‘‘marabunta’’ de desconocidos armados,
dijo: ‘‘Mejor me voy, compadre. Me siento como en Irak’’.
Versiones del cártel de Sinaloa
advierten que el secuestro de los hijos de El Chapo, la tensión,
negociaciones y amenazas producto de este suceso son el preámbulo de una guerra
entre esta organización criminal y el cártel Jalisco Nueva
generación.
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