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Zapata

miércoles, 31 de agosto de 2016

PEÑA NIETO INTENTA SALVAR AL NEOLIBERALISMO EN MÉXICO CON LA INVITACIÓN A TRUMP

La desesperada invitación de Peña a los candidatos presidenciales estadounidenses para que lo visiten en Los Pinos, refleja la angustia de los oligarcas mexicanos, sus socios trasnacionales y de la subclase política del país, ante la posibilidad del triunfo de Trump y de que desbarate el proyecto explotador-depredador que Washington y Nueva York diseñaron para México, y que nuestra obediente y vasalla subclase gobernante ha impuesto al país en las últimas tres décadas.
No sólo Peña se desdice de su promesa de “no intervenir en el proceso electoral de Estados Unidos”, sino que abre de par en par al país, ya sin máscaras ni engaños, a la intervención del gobierno de Estados Unidos en las elecciones presidenciales mexicanas futuras, pues con toda tranquilidad el próximo presidente estadounidense podrá invitar (citar) a los candidatos mexicanos a sus oficinas en la Casa Blanca, y México no tendrá cara para inconformarse, en vista de la estupidez que acaba de cometer Peña.
A Peña sus jefes de las grandes corporaciones que manejan la globalización económica mundial y que están preocupadas por el nacionalismo económico de Trump, le ordenaron que invitara al magnate para que le señale los beneficios que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) tiene, no sólo para México, sino para Estados Unidos, puntualizando sobre todo que en caso de terminar dicho acuerdo, numerosas empresas de Estados Unidos se verían afectadas y ello no necesariamente las haría volver a territorio estadounidense (Trump tendría que desbaratar también los tratados de libre comercio con Centroamérica, Colombia y Panamá, a riesgo de que de no hacerlo, las empresas afectadas por la finalización del NAFTA, se trasladen a dichos países).
Así también, Peña le señalará que México ya es un vasallo de Estados Unidos en materia de seguridad: 4 o más centros de “fusión de información” en territorio mexicano, manejados por completo por los estadounidenses; revisiones en territorio mexicano de pasajeros y mercancías dirigidas a Estados Unidos, por parte de agentes armados de ese país; ventas de armas y equipos de seguridad por cientos de millones de dólares a las fuerzas armadas y policías de México, en el marco de la Iniciativa Mérida; subordinación explícita de las fuerzas armadas mexicanas al Ejército de Estados Unidos; etc.
En suma, Peña lo que busca es salvar el proyecto de subordinación mexicana a Estados Unidos, que se vería en peligro con las políticas propuestas por Trump.

Por supuesto, Trump utilizará la visita en su beneficio y señalará después que “instruyó” o “amenazó” a Peña de que debe pagar por el muro y de que debe renegociarse el NAFTA para que Estados Unidos logre superávits comerciales con México. Es decir, Trump sacará provecho político-electoral de la visita (y a los “hispanos” les dirá que el obsecuente presidente mexicano le dio la razón en todo, sea o no cierto), mientras que Peña habrá jugado el papel de tonto útil (algunos dirían inútil).

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