Hillary, Gutiérrez Candiani y las ZEE
Carlos Fazio
La Jornada 15 de Agosto de 2016
Cuando el 30 de diciembre de 2013, en vísperas de que se cumplieran
20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el entonces
presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez
Candiani, demandó un TLCAN plus en el espacio geopolítico que abarca
a Canadá, Estados Unidos y México, habló en nombre de la plutocracia
internacional.
Aprobadas ya varias iniciativas del paquete de
contrarreformas neoliberales de cuarta generación por el régimen de Enrique
Peña Nieto y los legisladores del Pacto por México (PRI, Verde, PAN, PRD, etcétera),
el vocero del sindicato empresarial afirmó que dada la revolución energética
que vivían Estados Unidos y Canadá, México debía entrar en sinergia con
sus dos socios asimétricos, y para ello había que mejorar la interconexión
eléctrica y de ductos, avanzar en el reconocimiento de normas técnicas,
ventanas especiales y trato preferencial recíproco entre agencias de comercio
de los tres países, invertir en infraestructura y agilizar el transporte
terrestre, marítimo y aéreo.
Eran los días en que Peña Nieto estaba salvando a
México –según la multicitada portada de la revista Time–y las
grandes corporaciones se frotaban las manos para la nueva etapa de despojo de
tierras y saqueo de recursos implícita en las contrarreformas en curso.
En realidad, la cuarta fase del TLCAN
–complementado primero con el Plan Puebla Panamá (2001), luego rebautizado
Iniciativa Mesoamericana, y en 2005 con la Alianza para la Seguridad y
Prosperidad de América del Norte (ASPAN o TLC militarizado), articulada en 2007
con la Iniciativa Mérida (también denominada Plan México, símil del Plan
Colombia), como instrumento para la contrainsurgencia al servicio de la
economía de rapiña– estaba planificada desde inicios del sexenio de Peña Nieto,
cuando en su Plan Nacional de Desarrollo 2013/2018 incluyó la iniciativa para
crear Zonas Económicas Especiales (ZEE) en el sur-sureste de México.
Jugador en las grandes ligas al servicio de la
cleptocracia trasnacional, Gutiérrez Candiani debió participar en el diseño
final de las ZEE en los días en que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton
impulsaba a través del entonces embajador de EU en México, Carlos Pascual, la
entrega de los hidrocarburos a las depredadoras corporaciones del sector Exxon
Mobil, Chevron Texaco (ambas ligadas a la banca JP Morgan) y British Petroleum
(BP, vinculada con Goldman Sachs), según revelaron correos electrónicos
desclasificados por el propio Departamento de Estado el 31 de julio de 2015.
Los emails desclasificados de
Clinton exhiben el papel jugado por David Goldwyn, primer coordinador
internacional de Energía del gobierno de Barack Obama, en la operación para
romper el monopolio de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). Goldwyn,
nombrado por la secretaria Clinton en 2009, dirige hoy una consultoría privada
sobre hidrocarburos (Goldwyn Estrategias Globales) y funge de abogado de
industrias en el bufete Sutherland, Asbill y Brennan. A su vez, Carlos Pascual,
embajador en México entre agosto de 2009 y marzo de 2011, sucedió a Goldwyn
como coordinador de Energía y es ahora un agente clave del Centro de Política
Energética Global de la Universidad Columbia y vicepresidente de la consultoría
IHS CERA (Cambridge Energy Research Associates, empresa que cuenta con una
unidad de evaluación de las opciones futuras en México), en proyectos
relacionados con refinación y transporte de hidrocarburos (petróleo, gas
líquido y shale),exploración en aguas profundas y electricidad. El
presidente de IHS CERA es Daniel Yergin, cerebro de la seguridad energética de
EU.
El 23 de julio de 2015, ante el subcomité del
Continente Americano de la Cámara de Representantes de EU, Carlos Pascual
sostuvo que la importancia estratégica y comercial de la reforma de
Peña Nieto de julio de 2014 era que México podría suministrar energéticos
(hidrocarburos y electricidad) a Centroamérica y el Caribe, labor que ahora
realiza parcialmente Petrocaribe, mecanismo auspiciado por el gobierno de
Venezuela.
Merced a las presiones neocolonialistas de Hillary
Clinton, Goldwyn y Pascual, la red de infraestructura e interconexión eléctrica
y de ductos para convertir a México en el surtidor de energéticos hacia el
mercado mundial, quedó contenida en las ZEE vía el corredor industrial
interoceánico Coatzacoalcos-Salinas Cruz y el corredor petrolero Coatzacoalcos-Ciudad
del Carmen, Campeche, que pasará por Tabasco.
Las leyes secundarias de la contrarreforma
energética debilitan la certidumbre sobre la tenencia de la tierra y abren
margen al despojo de comunidades, ejidos y poblaciones por consorcios
petroleros, gaseros y eléctricos nacionales o internacionales. En la ley
desapareció el término expropiación, pero se le sustituyó por ocupación
temporal de predios, y en otros artículos se mantiene la disposición, por
lo que habrá expropiaciones. Las nuevas leyes permitirán a las corporaciones
disponer de tierras, bosques y aguas, las que podrán comprar o rentar. También
se estableció la obligación de ejidatarios, comuneros y propietarios privados
de entregar sus tierras y bosques a trasnacionales a través de la figura denominada servidumbre
legal.
La designación de Gutiérrez Candiani como titular
de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales
(AFDZEE), el pasado 8 de julio, confirma la pretensión de privatizar buena
parte del sur-sureste de México. El funcionario contará con autonomía técnica,
operativa y de gestión, y desde allí tendrá oportunidad de servir a los nuevos
zares energéticos mexicanos, que compartirán los negocios con las
megapetroleras mundiales. Entre ellos destacan Carlos Slim (Grupo Carso
Oil&Gas), Germán Larrea (Grupo México), Alberto Bailleres (Petrobal),
Bernardo Quintana (Grupo ICA), Armando Garza Sada (Grupo Monterrey, Alfa),
Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas, Typhoon), Pedro Aspe (Evercore) y Luis
Téllez (Monterra Energy/KKR).
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