Ayer se promulgaron las leyes secundarias del Sistema
Nacional Anticorrupción, que viene a aumentar la cantidad de leyes y
reglamentos que supuestamente prevendrán y sancionarán la corrupción, pero que
en la realidad sólo crean un aparato burocrático enorme en donde se perderán y
hundirán en trámites las supuestas investigaciones y las denuncias que se hagan
contra funcionarios y/o particulares corruptos.
Enrique Peña Nieto aprovechó el evento para pedir, una vez
más (ya lo había hecho) disculpas al pueblo de México por la “mala percepción”
que generó entre la población la compra de la ostentosa “Casa Blanca de la
Lomas” por parte de su esposa Angélica Rivera (quien supuestamente ahora sí se
deshará de ella), causando irritación y enojos justificados.
Según Peña, ni él ni su esposa violaron la ley (según su minime, el hasta ayer Secretario de la
Función Pública, Virgilio Andrade, que se encargó de exonerar a su propio jefe
y cumplida su tarea se retira para que se nombre un nuevo titular de la
dependencia bajo las nuevas leyes); pero se generó una “percepción” negativa
entre la población, que ahora él entiende.
Peña hizo su mea culpa
light frente a funcionarios públicos, políticos y grandes empresarios; esto
es , una verdadera asamblea de corruptos que se vieron sorprendidos cuando Peña
pidió disculpas por su error, que no violación a la ley. Todos ellos, que saben
que ese tipo de cosas “no se dicen” (había que ver la cara de la corrupta y
trepadora Rosario Robles cuando Peña pedía perdón), por lo que cuando terminó su muy sentida alocución, recibió una carretada de aplausos y hasta el
reconocimiento del presidente de la Cámara de Senadores, el panista Roberto
Gil, quien fue secretario particular de uno de los presidentes más corruptos en
la historia, Felipe Calderón.
Así que entre la élite de ladrones, con pedir perdón es suficiente
para salirse con la suya (y con muchos millones de dólares en las alforjas),
mientras que para las clases inferiores, todo el peso de la ley para el que
pida o reciba la consabida “mordida”.
Y sí, el famoso sistema anticorrupción va a castigar y a
meter a la cárcel a algunas decenas de
funcionarios menores que serán presentados como ejemplo del mentado sistema y de que se combate la
corrupción.
Pero ni por equivocación caerá algún “pez gordo” (como no
cayó ninguno cuando el ex presidente Fox prometió que metería a la cárcel a los
”peces gordos” de la corrupción en los gobiernos priístas), pues los que están
en la parte alta de la cadena de la corrupción, tienen la opción de pedir
perdón, una disculpa y dar alguna explicación de su “error”, para así recibir
una palmadita en la muñeca y un “no lo vuelva a hacer” (o al menos, que no se
entere el populacho), y con eso será suficiente.
Una gran farsa todo este “sistema anticorrupción” que sólo
sirve para demostrarle a la comunidad de negocios internacional (que no al
pueblo mexicano, pues para él sólo hay desprecio), que se está haciendo “algo”
en materia de combate a la corrupción (así como también se hace “algo” en
materia de derechos humanos), con objeto de que ya no se critique tanto al
país, y las grandes corporaciones trasnacionales sigan viniendo a saquear los
recursos naturales, financieros y a explotar inmisericordemente a la regalada
mano de obra nativa.
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