Ahora resulta que un grupito de vividores del presupuesto y
otro representante de los oligarcas del país y del extranjero, se van a unir
para sacar una candidatura presidencial independiente para el 2018.
Los impresentables Mancera, Rodríguez Calderón, Cué, Alfaro,
Castañeda y Ferriz de Con, se creen iluminados y bendecidos por la “sociedad
civil”, para representarla ante los malvados y corruptos políticos que
representan a los partidos.
Mancera, creatura del saltarín Ebrard (del PRI salinista, al
Verde de la familia González; al Centro Democrático camachista, al PRD de López
Obrador y después a su fallido proyecto personal), que se le rebeló y se puso a
las órdenes de los “chuchos” perredistas (siempre dispuestos a venderse ante el
mejor postor) y del “círculo Polanco” (grupito de especuladores y traficantes
de influencias, que han hecho sus millones a la sombra de los gobiernos
perredistas en la Ciudad de México).
Todas sus políticas públicas en la ciudad han llevado la
marca de la casa (de “chuchos” y del “círculo Polanco”), esto es el negocio:
parquímetros concesionados a juniors de
Polanco que han hecho cientos de millones de pesos al año con ello; uso del
suelo favorable a depredadoras constructoras; “corredores” y “proyectos urbanísticos”
para favorecer a otros niños millonarios de una comunidad específica de la
ciudad; un draconiano programa de restricción vehicular para favorecer a las
armadoras de autos, pero que ni por equivocación se preocupa de controlar
emisiones de industrias y del parque vehicular de constructoras, autotransportes
de carga y vehículos oficiales locales y federales; un reglamento de tránsito
diseñado para exaccionar a la ciudadanía, con objeto de llenar las arcas
gubernamentales para las próximas elecciones; una inseguridad creciente en la
ciudad y la negativa continua a aceptar que en la misma operan importantes
cárteles del narcotráfico.
Por su parte, Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, ex
priísta que vivió a la sombra del erario y de las corruptelas de dicho partido
por treinta años, antes de experimentar una epifanía y de la noche a la mañana
convertirse en un prístino e impoluto representante de la “sociedad civil”,
logrando el año pasado la gubernatura de Nuevo León, como candidato “independiente”
(sic).
Pero la independencia de este individuo es más falsa que un
billete de 3 pesos.
Empezando porque no se sabe bien a qué cártel del
narcotráfico protege o a cual no protege, pues en años pasados se salvó de dos
atentados contra su vida, y apenas el 13 de Mayo de este año un amigo cercano
suyo, Benito Villarreal Elizondo, fue secuestrado y asesinado en Monterrey.
Durante la campaña del “bronco” fue un secreto a voces que una
parte del denominado Grupo de los 10 (los empresarios más poderosos de
Monterrey) lo apoyaron (José Antonio Fernández Carvajal de Femsa; Juan Garza Herrera
de Xignus; Enrique Zambrano de Proeza; y
Eduardo Garza de Frisa).
Abiertamente lo apoyó el empresario y ex gobernador panista
Fernando Elizondo, así como los también empresarios Fernando Turner y Fernando
Canales Seltzer (hijo del ex gobernador panista Fernando Canales Clariond).
Los otros dos grandes apoyos del “bronco”, y quizás los más
importantes fueron de la familia Junco, propietaria de los periódicos El Norte
de Monterrey y Reforma en la ciudad de México y un oscuro y muy poderoso
empresario de bienes raíces.
Rodríguez Calderón se ha dedicado a apoyar a candidatos “independientes”
en distintas elecciones locales (parece ser el nuevo modus operandi de la clase empresarial, para evitarse a los
partidos políticos) y a colocar a 150 parientes suyos dentro del gobierno de
Nuevo León; además que varios funcionarios del mismo gobierno del “bronco”
tienen cuentas pendientes con la justicia (Omar Ortiz Ramírez, director del
Sistema Estatal de Caminos, investigado en Coahuila por la muerte de una ex
delegada de la SCT; y el actual procurador del estado, Roberto Flores Treviño
procesado y fichado en Nevada, por girar cheques sin fondos).
Por su parte Gabino Cué deja un desastre en Oaxaca, en donde
aumentó la deuda de 5 mil a 14 mil millones de pesos; no ha podido justificar a
la Auditoría Superior de la Federación hasta 10 mil millones de pesos de pasados
ejercicios y Oaxaca sigue siendo junto con Chiapas y Guerrero una de las tres
entidades más pobres y subdesarrolladas del país.
Pero eso sí, Cué se entendió con Peña en los últimos meses de
su gubernatura, para reprimir a los maestros de la CNTE y poner a la estructura
educativa del estado bajo el completo dominio de la Federación, que la ha
convertido prácticamente en una instancia investigadora y castigadora de los
maestros disidentes.
Por si fuera poco, el candidato a la gubernatura protegido
por Cué, José Antonio Estefan Garfias (otro saltarín que pasó del PRI, al PT y
al PRD), tiene en cuentas bancarias de Estados Unidos hasta 24 millones de
dólares, que sin embargo ninguna autoridad mexicana está dispuesta a investigar
acerca de su procedencia (la corrupción).
Enrique Alfaro, alcalde de Guadalajara, quien salió del PRI
para irse al PRD y después al Movimiento Ciudadano (MC), ha nadado de “muertito”,
tratando de no enemistarse con el gobierno federal, ni con la supuesta izquierda
(PRD, PT y MC), para ver si con un perfil bajo y sin grandes aspavientos (y sin
mejorar nada en la capital de Jalisco) le cae la supuesta candidatura
presidencial “independiente” para el 2018.
Qué decir del vividor y farsante de Castañeda, un tipo
dispuesto a venderse al que mejor le pague (y por lo pronto, en los últimos
años ha sido el mega especulador George Soros), quien siempre está dispuesto a
vender a México (al que nunca ha visto como su país y al que desprecia
profundamente; me consta porqué lo escuché muchas veces despotricar contra los
mexicanos en reuniones privadas); y del otro acomodaticio y ficha de las
televisoras, Pedro Ferriz de Con, que no merece mayor comentario (sólo le entra
al bulto).
Estos farsantes, cínicos, desvergonzados y varios de ellos
corruptos, se pretenden erigir como los representantes de la “sociedad civil”.
Lo único que quieren es seguir viviendo del presupuesto público, de “venderse”
a los grupos empresariales, políticos y delincuenciales que manejan a su antojo
el país; y por supuesto de asegurarse a ellos y sus familias muchos años de
buena vida, con el aura de “demócratas e independientes”.
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