Deuda pública: riesgos e implicaciones
Editorial de La Jornada
Lun, 01 feb 2016 06:56
En un informe del Centro de
Estudios del Sector Privado (Ceesp) dado a conocer ayer se afirma que entre
enero y septiembre del año pasado el servicio de la deuda externa costó al país
16 mil 314 millones de dólares, lo que equivale a casi 2 por ciento del
producto interno bruto (PIB) y representa “el mayor monto para el mismo
lapso desde 1995”, año en el que el gobierno mexicano se vio obligado a pedir
créditos urgentes al extranjero por un monto de casi 50 mil millones de
dólares. “Ante fuentes de recursos internos débiles, la solución ha sido
un mayor déficit de las finanzas públicas en los años recientes, lo que ha
propiciado un aumento en la deuda pública interna y externa, lo que en ambos
casos se refleja en el aumento del pago de intereses al exterior”, señala el
documento, en el que se menciona además una cifra récord para el déficit de la
cuenta corriente de 2.9 por ciento del PIB, el porcentaje más alto para el
mismo periodo desde 1988.
La víspera la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP) registró en un reporte mensual que la deuda pública
total (interna y externa) alcanzó el nivel más alto de su historia: 5 billones
217 mil 839 millones de pesos y 150 mil 295 millones de dólares,
respectivamente; tales cifras implican que ambas deudas se han incrementado
46.2 y 30.1 por ciento, respectivamente. Es pertinente señalar que los números
del Banco Mundial indican que la deuda externa acumulada total del país, la
octava en el mundo por su volumen, pasó de 348 mil 945 millones de dólares a
432 mil 602 millones en los primeros dos años del actual gobierno.
La semana pasada el titular de la SHCP,
Luis Videgaray, sostuvo en una comparecencia senatorial que México tiene un
bajo nivel de endeudamiento y cuenta con una línea de crédito flexible del
Fondo Monetario Internacional por 65 mil millones de dólares para casos de
crisis de liquidez, y se refirió a las buenas calificaciones de la deuda
nacional en los mercados internacionales.
Ciertamente, si se toma en cuenta la
relación entre la deuda y el PIB, el país se encuentra muy alejado de la zona
de desastre en la que han caído países europeos, como Grecia y España, e
incluso en una situación más favorable que la de Estados Unidos. Pero no por
ello debiera dejar de extremarse la prudencia en la contratación de más deuda
pública, y evitar llevar el endeudamiento del país a niveles que en una
situación económica adversa y por definición imprevisible pudieran hacer
imposible el rembolso del dinero recibido.
Por otra parte, es recomendable tener
en mente que los créditos contratados por el sector público mexicano no son
meros índices económicos abstractos, sino reflejan una carga concreta para las
finanzas públicas, para los causantes y la población en general.
El pago de intereses de la deuda
pública, de acuerdo con la cifra mencionada al principio, significa una
erogación mensual promedio de más de mil 600 millones de dólares, lo que
equivale a casi 360 mil millones de pesos anuales que provienen en buena medida
de los impuestos que pagan los ciudadanos y que el Estado podría destinar, en
otras circunstancias, a gasto social, a infraestructura y a inversiones para
generar empleos.
No debiera olvidarse, por último, el hecho de que, independientemente de
sus montos, la deuda contraída hoy constituye una carga impuesta en forma
injusta y abusiva a las generaciones de mañana, que son las que tarde o
temprano tendrán que pagarla.
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