Tengo otros datos…
Jorge
Durand
https://www.jornada.com.mx/2022/07/17/opinion/014a2pol
La
estrategia de López Obrador para tratar el tema migratorio, en su reciente
visita a Washington, no tuvo en cuenta un análisis adecuado del pasado, no
conocía bien el presente y, sobre el futuro, no calculó bien la coyuntura
política de Estados Unidos.
Rememorar al
Programa Bracero (1942-1964) no venía al caso, fue un modelo añejo para tiempos
de guerra, posguerra y agricultura estacional; en el presente Estados Unidos
tiene solucionado el abasto de mano de obra para el trabajo agrícola que
requiere de 1.1 millón de trabajadores, de los cuales 80 por ciento son
mexicanos, en su inmensa mayoría indocumentados tolerados; otro 12 por ciento
proviene de 170 mil visas, en promedio, de trabajadores temporales H2A y cuando
requiere de más, simplemente amplía la cuota; finalmente no previó el futuro
político de Joe Biden, que en este momento no puede hacer concesiones de tipo
migratorio en vista a las próximas elecciones.
Por otra
parte, considero incorrecto ir a ofrecer mano de obra barata. Eso no se hace.
Menos aún cuando México ya había ingresado en un proceso claro de transición
migratoria y las estadísticas, antes de la pandemia, indicaban que la migración
irregular tenía una clara tendencia a decrecer y se había reducido, en la
última década, en casi 2 millones. Obviamente, la emigración ha repuntado, como
efecto directo de la pandemia, pero el problema mayor ahora no es México, sino
la migración que llega de Centroamérica, el Caribe, Sudamérica y otros lugares.
Según datos
del Homeland Security, para el año fiscal 2019, se habían otorgado 897 mil
visas, de las cuales 15 mil eran trabajadores en ocupaciones especiales; 419
mil eran visas H2A para la agricultura; 101 mil H2B para servicios; 8 mil
trabajadores con habilidades especiales; 33 mil de atletas y artistas; 35 mil
de intercambio de compañías; 43 mil de visas para el acuerdo comercial y 239
mil de otros tipos. Además, hay 175 mil estudiantes o de intercambio y viajaron
como turistas unos 20 millones.
Con estas
cifras, no tiene mucho sentido la petición de favorecer, con visas, a
trabajadores calificados; lo que resulta ser un contrasentido, si al mismo
tiempo se solicitan inversiones que requieren de mano de obra calificada.
Estados Unidos recluta con mucha facilidad a los especialistas que necesita, y
hay decenas de miles de mexicanos, técnicos y profesionales trabajando en ese
país. La industria automotriz estadunidense piratea a miles de ingenieros que
se formaron en México. La industria de la construcción depende de los
trabajadores mexicanos calificados.
Por otra
parte, Estados Unidos otorga anualmente un promedio de 170 mil visas de
residencia ( green card) a mexicanos, forma parte del proceso legal
de reunificación familiar de ciudadanos y migrantes legales que solicitan a sus
familiares. Y estas cifras dan cuenta de la solidez y antigüedad que tiene la
comunidad mexicana radicada en el exterior, que puede hacer uso de estos
recursos legales. Estos nuevos migrantes legales ya no van a volver al país, lo
que implica una pérdida considerable.
Asimismo, en
2019 había 21 millones de mexicanos con visas de residencia o naturalizados y
todos los años se naturaliza un promedio de 125 mil mexicanos, que obviamente
no pierden su nacionalidad, pero sí pierden derechos al ser binacionales, un
asunto pendiente en nuestra legislación que no se acaba de resolver y que
limita su plena participación en una serie de actividades económicas y
políticas.
En vez de
pedir el incremento de visas temporales H2, habría sido pertinente evaluar
primero su funcionamiento, que del lado mexicano es un caos total, con
reclutadores, contratistas, abogados y coyotes que abusan y extorsionan a los
trabajadores que quieren acceder al programa. Y en Estados Unidos existen
también numerosas irregularidades y abusos, sobre los cuales el gobierno
mexicano no tiene manera de intervenir, salvo en casos excepcionales.
Se han dado
y documentado muchas situaciones de trata laboral, de discriminación en cuanto
a condiciones laborales, salariales y de alojamiento, de engaños y costos
excesivos por parte de abogados y tramitadores, de listas negras de
trabajadores que se quejan o reclaman ciertos derechos, de condiciones
inaceptables e insalubres de vivienda y de días de trabajo que no se remuneran
por cuestiones del clima o cualquier eventualidad.
Otro tema
tratado en las conversaciones entre los presidentes fue el tráfico de migrantes
y la necesidad de trabajar de manera coordinada. A unas semanas de la muerte de
migrantes por asfixia, en un tráiler cerca de San Antonio, ya se presentan
resultados de cerca de 300 traficantes aprehendidos.
En lo que
respecta a México, hace más de seis meses que murieron más de 50 migrantes en
el accidente de un tráiler en Chiapas y que se formó un Grupo de Acción
Inmediata (GAI) para combatir el tráfico de migrantes, pero no he escuchado de
resultados que se hayan comunicado y difundido. Valdría la pena contar con esos
datos y tener en cuenta los otros.
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